"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

viernes, 4 de diciembre de 2020

Links del día

Cristina Losada: https://www.libertaddigital.com/opinion/cristina-losada/un-hospital-de-pandemias-es-innecesario-en-una-pandemia-isabel-zendal-madrid-ayuso-6686501/

Crecimiento y productividad en España. 1858-2020

De un artículo de Rallo llego a éste, de Leandro de la Escosura (https://voxeu.org/article/long-run-perspective-productivity-slowdown-spain-1850), una visión de largo alcance sobre el crecimiento de la economía española y factores contributivos. Es impresionante como las venturas y desventuras económicas acompañan a la historia de España. 
Concretamente, la gran alza de productividad de 1950 a 1985 no pueden llamar a engaño sobre el decisivo contexto político para la economía de aquellas décadas, de mayor crecimiento de la Productividad de Total Factores. Este concepto hace referencia a la productividad residual, es decir a la que no se debe cantidades de capital y trabajo, lo que hace que la  productividad por persona crezca significativamente más que con las meras cantidades de factores se obtendría. La productividad residual es la cualitativa, inmedible, que hace que el futuro en todos los órdenes sea mejor. El autor Leandro de la Escosura ofrece el análisis siguiente (Traductor Google):

Una mirada más cercana a la evolución de la PTF también nos permite distinguir varias fases diferentes,o con ciclos de expansiones de la PTF seguidos por períodos de tasas de crecimiento de la PTF lentas o negativas. La PTF contribuyó a cerca de la mitad del crecimiento de la productividad laboral, pero con tasas de crecimiento bastante modestas de 1850 a 1892. Esos años estuvieron marcados por la apertura y la modernización, incluida la introducción de ferrocarriles y otras tecnologías industriales extranjeras. Este ciclo fue seguido por un período de crecimiento de la productividad más lento que se prolongó hasta el final de la Primera Guerra Mundial, con tasas negativas de PTF. La década de 1920 experimentó un sólido crecimiento de la productividad laboral al que la PTF contribuyó entre la mitad y dos tercios y las tasas de crecimiento de la PTF superaron el 2% anual. El sector manufacturero se expandió vigorosamente durante este ciclo gracias a la adopción de la electricidad y otras innovaciones importadas. Esta expansión se detuvo abruptamente con la Gran Depresión y la Guerra Civil Española. Los primeros años de la dictadura de Franco vieron un lento regreso a los niveles anteriores, pero la recuperación tomó más tiempo que en otros países europeos. Hasta este momento, el capital humano había contribuido solo marginalmente a las ganancias de la productividad laboral. Figura 2 Productividad total de los factores: estimada con la calidad del trabajo basada en los ingresos y la educación (2010 = 100) (registros)

La situación cambió drásticamente durante la Era Dorada (1954-85), en la que la producción por hora trabajada creció excepcionalmente rápido (5,7%). Las ganancias de eficiencia contribuyeron a casi la mitad de su crecimiento y el capital físico representó otras dos quintas partes (Figura 2). Las tasas de crecimiento de la PTF fueron excepcionales, superando el 3% anual. En el período, el sector manufacturero español adoptó la producción en masa, así como una reasignación de la mano de obra de la agricultura a la industria y los servicios. Entre la adhesión de España a la UE (1985) y la víspera de la Crisis Global (2007), el crecimiento de la productividad laboral en realidad se redujo y la profundización del capital contribuyó con cuatro quintas partes. Durante los años de crisis (2008-2013), el capital impulsó la leve aceleración del crecimiento de la productividad laboral, mientras que el crecimiento de la PTF fue negativo. En la recuperación posterior a 2013, la PTF ha liderado un escaso crecimiento de la productividad laboral, ya que la contribución del capital se volvió negativa.


En otras palabras, el periodo de las décadas 1954-85 franquistas fueron una verdadera edad de oro para la economía española, en los que creció en cantidad y calidad de manera excepcional, como no se vio ni antes ni después. Todo esto no es fruto de la casualidad. Como Mi experiencia me dice que el rendimiento económico no depende de la injerencia del estado, bien al contrario, habrá que reconocer que la gestión de política económica fue muy eficiente y bastante liberal por parte de los encargados, y que había una estrategia innegable en los objetivos económicos. Con todo el lastre negativo que se quiera inculpar por el carácter dictatorial de régimen, las instituciones funcionaron bien. La historía ha de ser veraz, y si no, es propaganda.
Es claro que esa estrategia funcionó. En un momento determinado el dictador decidió renunciar a su falaz diseño autárquico, de fatales resultados hasta los cincuenta, y giró hacia un modelo similar al que gran parte de Europa se orientó. Los únicos países quedan decidieron dar la espalda al Plan Marshall americano fueron los países comunistas, por razones que tienen que ver con la lógica del poder y su perduración en las mismas manos. Con resultados calamitosos, que todavía hay gente con aspiraciones de reeditar. 
Si, como dice Daron Acemoglu & al, 




las instituciones son las claves que explican el motivo de la riqueza y pobreza de las naciones, hay que reconocer que en aquellos años hubo instituciones que funcionaron y que ahora están desaparecidas o son fantasmales, por diversas y variadas razones que convergen en un resultado: España es hoy un Estado fallido. 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

La economía empresarial según el Banco de España

La impresión que se desprende de un estudio basado en la Central de Balances del BDE hasta el tercer trimestre es desoladora.

CONCLUSIONES
• La información de CBI evidencia que el sector empresarial había mantenido, hasta finales de 2019, una tendencia expansiva de su actividad, desde una posición de relativa fortaleza, si bien persistían algunos segmentos en una situación de mayor vulnerabilidad.
• La CBT, con datos hasta septiembre de 2020, refleja el fuerte impacto negativo de la crisis del Covid-19 sobre la actividad de las sociedades no financieras españolas...
• ... provocando descensos acusados de los resultados, el empleo, y la rentabilidad, así como un aumento del endeudamiento y la carga financiera...
• ...si bien la recuperación del tercer trimestre ha mitigado parcialmente este deterioro
• Las microsimulaciones realizadas apuntan a que...
• ... el deterioro de la rentabilidad sería especialmente intenso en el segmento de pymes y, sobre todo, en los sectores de hostelería, restauración y ocio y de vehículos de motor...
• ... y que se habría producido un aumento notable de la presión financiera (problemas de liquidez) soportada por las empresas, así como un empeoramiento, aunque más moderado, de su situación de solvencia y, en algunos casos, de su viabilidad.
• Las políticas económicas han contribuido, hasta ahora, a mitigar los riesgos de liquidez de las empresas, si bien la presión sobre la solvencia empresarial constituye uno de los principales retos en el corto y medio plazo.

Son las PYMES las que cargan con el grueso de los mayores efectos negativos en cuanto a solvencia, rentabilidad, liquidez y riesgo de impago de sus deudas. Por sus ratios de deudas, algunas empresas dejarán de ser viables, aunque esto depende de la estimación de resultados futuros: algunas empresas viables podrían pasar a ser inviables. La banca endurecerá probablemente sus condiciones de préstamo según evolucionen estos indicadores, lo que condenará a muchas empresas a cerrar. 
Por otro lado, en El Economista podemos leer:

... La segunda ola de contagios condenaba a la economía española a una nueva caída del PIB para finalizar 2020, pero hasta ahora el mayor golpe se lo llevaba el sector servicios más dependiente del contacto social. El dato de actividad del PMI manufacturero de noviembre muestra que no solo el turismo, la hostelería y el comercio se está volviendo a parar, el sector industrial también sufrió una severa recaída por la caída generaliza de la demanda que paraliza el país.

La caída de los nuevos pedidos fue la razón principal del retroceso en la actividad. El descenso de encargos fue el más pronunciado desde mayo pasado, mientras que los nuevos pedidos para exportaciones bajaron por primera vez en tres meses.

A pesar de que los nuevos pedidos decrecieron, los fabricantes españoles en general optaron por mantener su producción en los volúmenes de octubre, aunque las empresas observaron un exceso de capacidad en sus plantas, lo que llevó a una reducción de puestos de trabajo por primera vez en tres meses.

Estrangulamiento en los precios de compra y de venta 

La caída de la demanda es el principal problema de la industria española, pero también cada vez tienen más presión sobre los márgenes. Las empresas denuncian que "la actividad especulativa del mercado ayudaron a impulsar el precio de los insumos para una amplia gama de productos". Los precios de compra a proveedores se aceleró hasta su nivel más alto en dos años, pero las empresas nuevamente no pudieron aumentar sus tarifas. La encuesta de noviembre mostró que los precios cobrados se redujeron, aunque levemente.

La única buena noticia son las expectativas para los próximos doce meses gracias al desarrollo de las vacunas. El grado de optimismo fue el más alto registrado por la encuesta en más de un año y medio.

Desde luego esto no afectará al PIB de 2020 positivamente, lo que debería empeorar los pronósticos. Recordemos que ahora están en el -15% para el conjunto del año.

lunes, 30 de noviembre de 2020

El euro y los riesgos que afronta. La consolidación y la fusión de deudas

Juan Ramón Rallo se hace un lío morrocotudo con la deuda acumulada en el Sistema de Bancos Europeos de Banco Centrales, o en resumen, en el BCE.
El BCE, para mantener el dinero en circulación y y el tipo de interés adecuado a la crisis pandémica, ha hecho compras de deudas nacionales en circulación (nunca en emisión) para poder emitir dinero a cambio. Teóricamente, esa deuda pasa a convertirse en un activo del BCE (pasivo el estado emisor), igual al dinero emitido, que es pasivo del BCE... pero un pasivo especial, pues sólo obliga al BCE a devolver un euro por otro euro nuevo. Esto no se traduce, ciertamente, en un aumento del dinero en circulación.
El nivel del activo por deuda pública del BCE dependerá del ciclo económico. Si superamos la pandemia y las economías empiezan a crecer, el BCE detendrá sus compras y, según el dinamismo que adquiera la economía, incluso podrán empezar a poner en venta la deuda. Ello subiría el nivel del tipo de interés hacia el nivel óptimo, que sería teóricamente la tasa de crecimiento del PIB más la tasa de inflación. Un tipo de interés a largo plazo del 5% podría descomponerse en 3% de crecimiento real del PIB y 2% de Inflación, el objetivo medio de los Bancos Centrales. 
Ahora bien, supongamos que la recuperación es más lenta e incierta, y el BCE no quiere modificar su política, sino que decide adquirir más deuda pública. ¿Qué pasa con la deuda almacenada? como explica Bernanke, no es ningún problema, pues si es necesario esta deuda se mantiene hasta el vencimiento y si las cosas siguen igual de mal, se renueva automáticamente con otra emisión de similares condiciones, lo que mantendría el stock de deuda invariable. Si se quiere aumentar, no hay más que adquirir más deuda emitida, y si es necesario, mantenerla en el activo hasta el vencimiento. 
En suma, el BCE puede modular a voluntad la deuda que retira del mercado a cambio de dinero en circulación, y mantener el tipo de interés que crea conveniente. Esto sería una consolidación de deuda encubierta, claro que condicionada a que los países miembros del BCE se comprometieran a mantener una política de emisión dentro de límites que no comprometan la política inflacionista deseada. 
No hay pues, ningún misterio ni riesgo escondido en la gestión de deuda por parte de un banco central, que tiene infinitas posibilidades de adquisición debido a que la paga con dinero emitido de la nada, lo que no tiene ningún coste, salvo el de posible inflación derivada de una emisión excesiva de dinero, algo que en BCE puede prever y actuar en consecuencia. 
Por lo tanto, yo no le veo tanto sentido a que se hable de una consolidación de deuda europea, algo que ya existe de facto cuando la deuda de un país se conserva por el BCE hasta el vencimiento y se renueva con la adquisición de otra emisión. Otra cosa es la emisión conjunta de todos los países de una deuda común, a un tipo de interés común, determinado por cuotas según el tipo de mercado, y que conduciría a una política fiscal común, lo cual, según dice Rallo, “es indeseable”. 
Pero esto ya es otro tema que no hay que confundir con la consolidación. La consolidación es una emisión perpetua, que como hemos visto la puede lograr el BCE de la emisión a plazo simplemente perpetuando la posesión/adquisición de una deuda. 
¿Está el euro a salvo de una crisis de confianza como la de 2012? En opinión de Ambrose Evans-Pritchard no, como explica a continuación:

El caso es que la eurozona no se parece en nada a Japón, el Reino Unido o los Estados Unidos, donde los rescates monetarios siempre respaldarán al sistema. Los estados de la UEM están legal y constitucionalmente en apuro por su propia deuda separada por países.

Una vez que los mercados comienzan a anticipar el fin de la "oferta" del BCE, la insolvencia implícita de Italia (160% de deuda/PIB) y otros países se vuelve explícita. Los tenedores de bonos descontarán las futuras reestructuraciones de deuda y volveremos a los escenarios de contagio de 2012.

En otras palabras, en un país normal, el riesgo de la acción de su Banco Central y su fiscalizad es la inflación o la deflación. En el euro, es su ruptura, y además depende de las emisiones de deuda. 
Por lo tanto, no estamos fuera de riesgos de confianza sobre el sistema. ¿Ayudaría a eludirlo una fusión de deudas?
La fusión de deudas, sea conveniente o no, es otra cosa. Es la emisión conjunta de todos los países de una deuda común, con una política fiscal, y por ende, de gasto, y también de ingresos, común. Esto estrecharía los márgenes del diferencial de política fiscal ahora existente, pero exigirían una autoridad fiscal común, lo que es dudoso que países como España, que está haciendo sus experimentos fiscales heterodoxos y fuera de toda regla prudencial, desearía adoptar. Alemania no ha ocultado su rechazo fusionar sus emisiones con países más díscolos en política fiscal. 
¿Nos convendría ir avanzando poco a poco hacia una fusión de deuda de los partidos países del euro? Antes de opinar, hay que saber que ello implicaría una gobernanza más uniforme y férrea que trascendería el ámbito fiscal, pues éste afecta a toda la economía al determinar los incentivos de consumo, inversión, ahorro, y empleo, y la composición del PIB, lo que tiene consecuencias a largo plazo. No es lo mismo incentivar la educación y la inversión - y por ende, la productividad- que el gasto público corriente y el despilfarro. Cada gasto público debería proyectarse al futuro y medir las consecuencias y los efectos sobre otros sectores, sobre todo privados. Si miramos a los países del norte, es claro que a España le conviene una fusión fiscal, pues corre enormes riesgos en muchos apartados de encontrarse insolvente, mismamente, por ejemplo, pero no único caso, las pensiones. Pero también la desunión fiscal de las CCAA debería ser eliminada. 
Esto implica tensiones políticas obvias, pues es Estel gobierno, intencionadamente, el que ha puesto el desequilibrio fiscal en su objetivo. En otras palabras, determinadas ideologías fiscalmente “bravías“ son incompatibles con Europa. 
Pero eso ya indica que antes de llegar a esa fusión a España se le exigiría reformar estructuralmente muchos sectores de su política fiscal, y no sólo eso, sino la unión fiscal de las CCAA, pues difícil es pensar en una Unión Fiscal Europea si las partes están desunidas. Todo un desafío político que en panorama español no se adivina de dónde vendría la iniciativa, con una extrema izquierda pro deuda y una extrema derecha anti Europa. 
La Unión Fiscal es un tema crucial íntimamente relacionado con la UME, pues la creación de una moneda única exige la unión de otras facetas. Y no sólo la fiscal, sino incluso la política: como decía Nick Rowe, “si creas una moneda, o creas un Estado o creas un problema”. En un sentido de rigor lógico, una moneda exigiría una fusión política, con un estado único, y una hacienda única que respaldara al banco emisor. Un banco emisor sin estado detrás, que lo respalde, es un sinsentido que no tendrá larga vida. 
¿Es esto una admonición contra el euro? Sí, como señalamiento de una debilidad de la que el euro ha dado más que contundentes señales, como en 2012, año de la primera, pero no última, crisis del euro. Para solucionar aquella crisis el perspicaz Draghi, nombrado Presidente del BCE tras el mediocre (por no decir inepto) Trichet, hizo una política expansiva que permitió consolidar al euro cuando estaban  punto de romperse, lo que eliminó las primas de riesgo entre países. 
El euro, por otro lado, no es una cosa que una vez creada, se pueda eliminar sin gravísimas consecuencias. Para empezar, todas las deudas intra comunitarias están nominadas en euros. La destrucción de éste sería un caos que tardaría años. Décadas, en solucionarse. Las negociaciones para saldar deudas sería necesario a cara de perro y con efectos colaterales indeseados en aspectos inesperados. 
Por eso creo que es mejor reforzar al euro que destruirlo (lo digo yo, que he sido tan escéptico con el invento). Ahora bien, llegar a un Estado Único Europeo va a costar muchas décadas, así que sería mejor empezar por lo más modesto, como los pasos que se han dado en la Unión reguladora y supervisora, y el avance en un autoridad fiscal que uniforme la anterior políticas fiscales. 
Eso tiene sus costes, sus pérdidas de soberanía, pero no veo muchas ninguna alternativa.

viernes, 27 de noviembre de 2020

El Estado, sus funciones. Su financiación

Schopenhauer decía que el Estado debía limitarse a ser “la policía interna, la policía externa, y la policía de la policía.” Una definición más que liberal, que incluso Hayek vería demasiado restrictiva.
Sin embargo, el siglo XIX es el gran siglo de la cristalización del estado liberal, cristalización para nada debida a un silogismo, sino que éste vino después de las acciones de un estado que trajo, además de la policía, la escuela pública, el ferrocarril (privado, pero impulsado por), y una serie de servicios que llegaron a los primeros cimientos de la seguridad social con Bismarck. 
En efecto, en el XIX, con el desarrollo del capitalismo industrial y financiero, el estado cobró una fuerza desconocida hasta entonces, y atendió demandas que las transformaciones sociales habían multiplicado. La difusión de una democracia liberal-socialista, el empuje creciente de una clase media, fueron factores de base que dieron apoyo a ese desenvolvimiento de la situación funciones estatales. 
Por cierto que este estado no despreció la guerra (sobre todo la imperial), y pese a la argumentación de Angell en “La gran esperanza” (best seller de la época), la enorme riqueza acumulada y bienestar conquistado no frenó a los países para iniciar la locura de la Primera Guerra Mundial. Esta guerra, en 1914-19, fue el fin el siglo XIX. 
Este estado decimonónico fue el gran fallo de la nación española, que a diferencia de otras naciones europeas no supieron hacer “patria” con un desarrollo de una educación nacional definitiva y para siempre. Los índices de analfabetismo comparados nos dan un mapa que para algunos países, como España, es bochornoso, como vemos en la tabla, referida a la mitad del siglo XIX.



 Leemos en “Descubrir la Historia”,

La legislación de las Cortes de Cádiz establecía la gratuidad y obligatoriedad de la enseñanza primaria. Esta medida no llegó a ser aplicada durante todo el siglo XIX.

Uno de los grandes problemas que tuvieron que afrontar los sucesivos gobiernos nacionales a lo largo del siglo XIX fue el de la educación. Tanto liberales como conservadores tuvieron que lidiar con los problemas de un país en el que las tasas de analfabetismo estaban muy por encima de la media europea, por lo que unos y otros trataron, a su manera, de revertir la situación.

Para que nos hagamos una idea, a principios de siglo, el porcentaje de analfabetos rozaba el 94%, y no fue hasta 1900 cuando se consiguió reducir al 64%. Un esfuerzo encomiable, pero sin embargo insuficiente, si tenemos en cuenta que muchos países europeos presentaban un 50% de población alfabetizada a finales del XIX. Esta dificultad para emprender el proyecto de reforma educativa se debió, en gran medida, al convulso clima político y social de la España del momento. En ella, la lucha del incipiente liberalismo por acabar con los últimos reductos del Antiguo Régimen se prolongó más de lo que ocurrió en otros lugares. E incluso cuando el sistema liberal se impuso definitivamente, los gobiernos de corte más progresista optaron por entregar un papel más relevante al Estado en cuestiones educativas, mientras que los más conservadores atribuían este papel a la Iglesia.

Un 94% de analfabetismo nos da un índice muy exacto de la inexistencia de una clase media que fuera la financiadora y la base social de un estado fuerte. El resultado fue que la enseñanza privada era de igual o mejor calidad que la dependiente del presupuesto, ¿como viene sucediendo hoy? 
Pero yo quería hablar del crucial significado para el atraso de España de esa dejadez o desidia del Estado en unas funciones que en Francia se entendió muy bien desde el principio lo que podía aportar a la integridad social. Durante la primera mitad del siglo, España pasó de la invasión napoleonica a una serie de coronaciones interrumpidas por periódicos golpes de estado, que imprimierion una discontinuidad permanente en las funciones de estado,  más pendiente de alcanzar el poder por unos y otros que se una continuidad administrativa constructora de un acervo acumulativo, siendo la primera víctima la enseñanza. Esto no puede quedar sin pagar un alto precio sobre el futuro. Seguimos leyendo en “Descubrir la Historia”,

En línea con la Ley Pidal de 1845, esta reforma seguía el modelo francés de educación centralizada y secularizada, lo que hizo que se topara con importantes contratiempos. Uno de ellos fue la escasez de recursos económicos de las diferentes regiones. A ello hay que añadir el rechazo de los emergentes nacionalismos periféricos hacia un sistema educativo en el que el castellano ocupaba una posición central. A todo ello debemos añadir la oposición de gran parte de la población a que sus hijos fuesen escolarizados, ya fuera porque consideraban la educación como un privilegio de las clases más pudiente, o porque simplemente no podían permitirse renunciar a la mano de obra que éstos suponían.

En cualquier caso, y a pesar de los problemas financieros, la Ley Moyano promovió la creación de al menos un centro de educación primaria en cada pueblo o ciudad con los fondos del ayuntamiento correspondiente. Al mismo tiempo, ordenaba la creación de un instituto de secundaria en cada provincia, y dos en Madrid, con la intención de hacer llegar la escuela a cada rincón del país. Estas medidas, junto con las iniciativas privadas, en las que las instituciones y congregaciones religiosas desempeñaron un papel muy importante, permitieron un cierto avance en la lucha contra el analfabetismo.

En la discontinuidad trágica de las funciones estatales incide de manera determinante la escasez crónica de financiación. En España no hubo ni capitalismo ni mercados financieros, lógico si se tiene en cuenta la baja renta per capita comparada con otros países europeos. Por eso, en parte, España fue de las primeras naciones en perder su Imperio: por falta de recursos para pagar una presencia militar y desarrollar en ultramar las funciones que apenas podía implementar en la metrópoli. La escasez crónica de recursos fiscales, una vez secada la fuente del oro y la plata de las Américas, hizo mediocre al estado, pese a la voluntad de algunos, como los lideres de la Restauración, de asimilarlo a los estados democráticos que apuntaban en Europa. A todo esto se añade la cantidad de recursos malgastados en guerras coloniales inacabables que restaban poder para otros menesteres. Periódicamente en deuda, el estado español fue siempre insuficiente para atender a lo que sí podían, por ejemplo, Alemania, Inglaterra y Francia. Incluso mostró una debilidad evidente para mantenerlo unido, como leemos aquí, en Juan Pro Ruiz.

La construcción del Estado español, pues, partió de esa base que hemos descrito de un poder completamente desmenuzado. Era una situación prácticamente confederal. El Gobierno central no poseía aún medios administrativos para conocer el territorio, para obtener recursos de él o para hacer cumplir las normas, si no era a través de la mediación de poderosos locales con los que tenía que negociar. Este es el origen de la estructura clientelar del poder político y de los partidos en la España del XIX, que culminaría en el fenómeno del caciquismo,denunciado durante la crisis de la Restauración. Antes de que ese tipo de denuncia hiciera aparición (en torno al movimiento regeneracionista y la crisis de 1898), el caciquismo sirvió como instrumento para suplir la falta de medios administrativos propios por parte del Gobierno. La relación clientelar con los caciques locales y regionales permitió controlar el territorio, mantener el orden, reclutar soldados y recaudar impuestos. Solo cuando el Estado empezó a ser capaz de realizar todas estas funciones por sí mismo -hacia finales del siglo XIX-, la realidad social y política del caciquismo empezó a ser criticada duramente por quienes aspiraban a un modelo de Estado más moderno.

Esperemos que no sea nuestro próximo destino.
Todo esto lo traigo a cuento de la nefasta ley de Educación recién aprobada, que como ven arrastra rémoras importantes al cabo de lo siglos. Porque la insuficiencia tiene también un sesgo político que ha llevado a cambiar de arriba abajo las leyes de educación cuando se cambiaba el gobierno o el régimen. 

domingo, 22 de noviembre de 2020

Un libro

El libro del que quiero decir algo es 



De Emilia Landaluce, de quien suelo seguir sus estupendas columnas en El Mundo. 
¿Por qué habría que leerlo? Yo suelo leer los libros de un tirón, y es una buena razón con esta novela, pues se trata de una novela histórica. Leer un libro es para mí montar en un barco y que éste desamarre y vaya navegando. El barco es el libro y yo me embarco en él. Cuando el libro me engancha hasta el final, me da pena que se acabe el viaje. 
Éste libro es una novela, o historia novelada, de un bueno trozo de la historia de España, de 1878 a 1955. Es decir, la Restauración, Alfonso XII, La Regencia de María Cristina, el rey Alfonso XIII, la República y la guerra Civil. En todos esos ajos estuvo metido el Duque De Alba, cuya vida se cuenta aquí. La historia de alrededor forma un palimpsesto de personajes reales que ayudan a explicar el fracaso de España como nación, fracaso que vino a sancionar brutalmente la guerra civil. Emilia Landaluce logra edificar una novela con su ágil estilo, donde a veces sobresalen ellos y a veces el palimpsesto “España”, pero muy bien imbricados ambos. Hay momentos álgidos, como cuando Alfonso XIII se da cuenta que se ha quedado solo y no le queda un apoyo, que ni el pueblo le quiere - le culpa de todo - y ya le han abandonado hasta los monárquicos, hasta su esposa la reina, salvo el buen duque De Alba, el único que le guarda fidelidad aunque no le perdone sus errores. Alba intenta seguir la tradición de su Casa, de servicio al rey por encima de todo. Patéticos los intentos del Duque de intentar sustituir a Franco por una monarquía encarnada en don Juan, estrategia preferida por Stalin para hacerse con la península.
Un libro muy bien escrito, sin refitolerismos estilísticos, que no enseñara nada nuevo a los que conocen la historia trágica de esos años, pero siempre se aprende algo nuevo, aunque se conozca. Porque la historia es infinita y proteica, cada anécdota nueva aporta una visión que no conocíamos, y el protagonista Alba tiene La ventaja de que es pariente de todas las dinastías europeas, y así por ejemplo, es pariente de Churchill, con quien comparte su afición  la buena mesa y los buenos vinos, y con quien tiene conversaciones cruciales. Por eso el papel papel del Alba es decisivo en la guerra civil y la II Guerra Mundial. Franco tuvo siempre buenos representantes y ministros en el frente exterior, muy importante para él, cosa desdeñada ya desde hace años en esta España que parece seguir los pasos decadentes de aquella. 

viernes, 20 de noviembre de 2020

Tardía reacción

El gobierno ha reaccionado tarde y mal a la crisis de Canarias, invadida ya por 18 mil ilegales. Es como si les hubiera tomado por sorpresa, sesteando, y repentinamente se ha caído de la silla, se han tropezado y chocado al levantarse, cuando alguien ¿quién? Ha dado la voz de “arreglarme esto ya”. Como si no se esperaran el fallo propagandístico desatado. 
De momento el doctor cum fraude se ha borrado de la imagen. Ha mandado a cuatro ministros, que han dado muestras de llevarse mal y entorpecerse unos a otros. Pero la cosa lleva ya largo tiempo sin que hasta ahora hayan movido un dedo. Y el mal está hecho. Ahora se pide a las demás comunidades solidaridad para encajar a los que ya han entrado. 
¿Ideología migratoria repentinamente rebatida por la opinión pública? Opinión pública que llega tarde porque la prensa dominante no había dicho ni hasta que la cosa era incontenible. ¿No habíamos visto una imagen del ministro “de Seguridad Social, Inclusión y no sé que más asistiendo satisfactoriamente hace semanas a la llegada de los cayucos? ¿Tendría ya planes de “Inclusión”?
Este gobierno va haciendo maldades cada día - ley de educación, Presupuestos, señales de entreguismo a a ETA, etc - sin que la debilidad de la oposición pueda siquiera manifestarse en los medios, por lo menos la que tiene algo que decir. 
Muy mal todo. La Ley de Educación es el ejemplo perfecto de lo que es esta España en que cada vez que cambia el gobierno, el entrante tiene que hacer una Ley de Educación nueva, haciendo tabla rasa con la anterior. Un signo desde luego de falla que atraviesa todo el entramado, me temo. Sólo que ésta última es especialmente siniestra. 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

La migración y sus corifeos

Empecé a sospechar de la teoría positiva de la inmigración cuando me di cuenta que los progres se habían apoderado de ella y la habían incorporado a su acerbo ideológico, como el feminismo, ecologismo, y otras flores que eran más o menos originales del jardín del liberalismo austriaco o de otros lares. Al último liberal que oí pronunciar alabanzas de la emigración fue a Mario Vargas Llosa, en uno de aquellos artículos del País en los que parecía “examinarse” de su curso intensivo de trasvase, con armas y bagajes, del socialismo al liberalismo puro y duro, hayekiano, hasta hacerse un maestro consumado. En aquellos artículos, seguramente recuperables, Vargas Llosa nos daba una lección cum laude de sus lecturas apresuradas de Von Mises y Hayek. En aquel al que me refiero, mostraba contundentemente su nueva convicción de que los movimientos migratorios eran buenos, pues mezclaban las etnias, cada una con su acerbo, que beneficiaba tanto al pueblo inmigrante como al receptor bendecido. 
Y hete aquí que repentinamente, casi sin solución de continuidad, me encuentro un artículo científico de un compañero de BdE, rojo amapola, defender la inmigración indiscriminada en España y Europa. 
Hombre, le dije, eso serán positivo siempre que se le se exija una adaptación sincera a las leyes y costumbres del país receptor, más si es un país demócrata y la etnia recibida no comulga bien con el grueso de la masa cultural de país receptor, empezando por la diferencia de lengua. Que menos que un mínimo de aceptación de las leyes democráticas, juramento de la Constitución, etc. Como ha hecho modelicamente EEUU, mostrando el único camino posible para evitar rupturas irreversibles. 
Si por supuesto, me respondió, pero no cambió ni una coma de su texto. A él concretamente, la democracia burguesa se la refanfila, como a gran parte de sus compañeros.
¿Qué había llevado a los rojos (creo que fue después de la caída del muro de Berlín) a un cambio del Stalinismo a Von Mises? El comunismo había sido expansionista, pero por la conquista, en todo caso por la conversión más o menos forzada, del resto del mundo. Estaban tan seguros de sus ideas que no dudaban de que con el tiempo todo el mundo se convertiría. Eso, sí, en la realidad, siempre tan peculiar y autónoma, cuando un país “se convertía”, no se sabe por qué pero no se hacían amiguitos, y por ejemplo la URSS se enemistó a muerte con China. Y así sucesivamente. Que yo sepa no ha habido nunca una fusión - no digamos ya relaciones cordiales - entre países comunistas, salvo por la bota férrea de la URSS sobre los países del pacto de Varsovia. 
Y hoy es un elemento más de la ideología de izquierdas que las migraciones son excelentes, sobre todo de países pobres a países ricos, capitalistas y susceptibles de romperse ante la invasión. 
Porque de eso se trata, de invasión lenta, pero eficaz, de destrucción por la base de los países mas avanzados, más democráticos, y más inermes ante el fenómeno, como cuenta Douglas Murray en



Donde explica minuciosamente las causas de la decadencia europea, empezando por la sumisión indefensa a la inmigración, incontrolable a partir de una línea en que se pierde el control, como le está pasando a Inglaterra. 
De modo que yo sólo veo una razón para esta conversión “post muro de Berlín” a las bondades liberales. ¡Pobrecitos, los liberales, que se han quedado en una burbuja llena de insignificancia! ¿Que dirá Vargas-Llosa ante la invasión actual de miles de marroquíes en Canarias, de la que la mayoría española no se entera? La está fomentando un gobierno social-Comunista.
Conste que reconozco razones económicas-demográficas para aceptar una inmigración regulada. 
Pero,  repito, no hablamos de inmigración, es invasión. Véase Francia. O Bélgica, con ciudades donde la policía no puede entrar. Por no hablar del caso de Inglaterra. Es una bomba de relojería en que los años pasan a favor de la implosión. En el ejemplo de Inglaterra que nos cuenta Murray, parece que la población nativa pasa del tema, y los políticos lo ven un problema irresoluble.
Bueno, ¿pero no eso eso lo que hicieron los bárbaros con el Imperio Romano, y al final surgió Occidente? y digo yo, los millones que quedaron en las cunetas de los siglos de Edad Media, en la que lo único que primaba era la inseguridad, la indefensión, el hambre, la peste? Ah, qué felices aquellos siglos ¿no es cierto? 
Nuestra civilización, que algunos, muchos, odian, está en peligro. No voy a explicar aquí por qué hay que defenderla - si es que se puede todavía. A mí me basta que los comunistas sean enemigos para tener una razón. Sé de cierto que es la que menos hambre y más Libertad ha gozado. Pero que cada uno se busque la suya. Según Vargas Llosa,

Las políticas antiinmigrantes están condenadas a fracasar porque nunca atajarán a éstos, pero, en cambio, tienen el efecto perverso de socavar las instituciones democráticas  (¿?) del país que las aplica y de dar una apariencia de legitimidad a la xenofobia y al racismo y de abrirle las puertas de la ciudad al autoritarismo. Un partido fascista como Le Front National, de Le Pen, en Francia, erigido exclusivamente a base de la demonización del inmigrante, que era hace unos años una excrecencia insignificante de la democracia, es hoy una fuerza política respetable que controla casi un quinto del electorado. Y en España hemos visto, no hace mucho, el espectáculo bochornoso de unos pobres africanos ilegales a los que la policía narcotizó para poder expulsar sin que hicieran mucho lío. Se comienza así y se puede terminar con las famosas cacerías de forasteros perniciosos que jalonan la historia universal de la infamia, como los exterminios de armenios en Turquía, de haitianos en la República Dominicana o de judíos en Alemania.

¿Quizás habría que prohibir a Le Pen?
Como decía Ortega Y Gasset, “el hombre no es naturaleza sino historia”, y es difícil, sino imposible, mezclar historias tan distantes. Yo la próximas vez, si voto, lo haré al partido para el que sea prioritario esta cuestión. 
NOTA: les recomiendo el artículo de 
Stephen Smith citado por Pablo

jueves, 12 de noviembre de 2020

Ideología y ciencia

Dice Zoe Valdés en Libertad Digital que se ha quedado suspendida en el aire sin ideología, ni de izquierdas ni derechas. Añade algo muy confuso que no logro entender, como que se quedó en España y no fue a Francia porque ésta había renunciado a su racionalismo en favor de un sentimentalismo estéril.
Todas las ideologías son entramados para conquistar el poder, lo sepan o no los humildes militantes que las practican. No se le puede pedir a una ideología coherencia lógica, ni espíritu científico, ni dudas y vacilaciones, sino certezas contundentes. Y cuando al final de su artículo dice que ha vuelto a sus orígenes cristianos-católicos, me temo que ha hecho un viaje en redondo para llegar al mismo punto. 
La máxima representación de una ideología es el marxismo. 
Decía yo hace un par de años, 

Como dice García Dominguez en un Twitter, “podría no haber nacido, pero hace 200 años y 100 millones de muertos nació Marx”. No se me ocurre resumen mejor del profeta del siglo XIX y sobre todo XX. Porque Marx fue eso, profeta, de ahí la envergadura de su influencia. La ironía es que fue el inventor y promotor de socialismo “científico”, lo cual era una pretensión infundada. Si llegar a serlo, científico, no hubiera salido de un ámbito familiar y de conocidos ni hubiera causado cetenares de millones de víctimas. 
Pero tuvo éxito, sobre todo una vez muerto. Y fue por su carácter profético, religioso, y acientífico. No sé si se dio cuenta, pero fue un imitador de las profecías De la Iglesia, salvo porque su paraíso sucedía en esta vida, no después de la muerte. Es más, si se tiene en cuenta que los primeros cristianos, San Pablo, y el evangelio según san Mateo, promete que la inminente Segunda venida sería para instaurar el reino De Dios en esta Tierra, más coincidencia. 
Al igual que el cristianismo, al ver que la Segunda Venida y el Paraíso se retrasaba, hubo que alargar el periodo de transición, y de ser inmediato según San Pablo - profeta escatológico por excelencia -, la Iglesia tuvo que reconstruir la doctrina para que la gente no se fuera. Idem Marx, cuyos seguidores prorrogaron la transitiva  “Dictadura del Proletariado” como un chicle para mantener a sus huestes bien sujetas, porque a fe que era dictadura. No había engaño en ello... hasta que se cayó el Muro de Berlín. Muro que fue construido para que no se escaparan los alemanes del este, aunque la excusa era que no se infiltraran los del oeste. Sin embargo cuando la caída, la gente huía en una sola dirección. 
Todos los regímenes comunistas inspirados en el marxismo fueron totalitarios, crueles y arbitrarios hasta el paroxismo, hasta el punto de ejecutar gente por usar gafas, signo de señoritismo o aburguesamiento. No hubo ni un solo régimen marxista lejanamente benévolo, y afortunadamente los historiadores han dado buena cuenta de las atroces carnicerías inspiradas en esta religión, sin duda la más sangrienta de la historia. Si no en cantidad, lo fue en una fe férrea sin fisuras, inmisericorde, donde todo rasgo humano como la misericordia y el amor fue perseguido con saña. Dice Carmen Calvo, diputada del PSOE, que el romanticismo “es machista”. Por lo menos es humano. 
En cuanto al valor científico del legado, Marx cometió tantos errores en su obra Máxima, “El Capital” que no tiene ningún valor. Algunos dicen que fue un sociólogo genial, precursor de no sé qué y no sé cuántos, pero no tengo mucha fe en que sea así. Y su visión de la historia fue simplemente paranoica, centrando TODA ella en la lucha de clases. Ridículo. 

Desde el punto de vista racional, Marx es un completo error. Sin embargo, ha vuelto a estar presente tan sólo veinte años después de la caída del muro de Berlín. Ya ni siquiera se lee, sólo se le cita como si lo fecundara todo, todo lo que le conveniene al ideólogo. 
En “El manifiesto comunista”, Marx no pudo reprimir su admiración a la capacidad del capitalismo para movilizar recursos. Ninguna “fuerza” había sido capaz de promover en tan poco tiempo la acumulación entre el XVIII y el XIX. Pero tenía un pecado original, que era la plusvalía, parte del salario que el burgués le sustraía al trabajador. Todo esto basado en la “Teoría del Valor-Trabajo, una entelequia que el mismo Marx descartó en su tercer volumen de su Das Kapital
Pero no por eso renunció a sus ansias de ser científico, de fundar una ideología sobre una ciencia, su ciencia. Esa “ciencia” produjo cientos de millones de víctimas, porque ese carácter de ciencia le dio una fuerza especial a la ideología a la hora de difundirla. No quedaban nada por discutir, todo estaba bien trabado en esa seudociencia que se imponía en las conciencias como un márchamo definitivo. El que no creía, se le rompía la crisma y ya está.
Ante esta contundencia, ya que no veracidad, la derecha se ha visto siempre en desventaja para el combate de las ideas. Me hace gracia que leyendo “Madrid de Corte a Checa” (novela recomendable pese a su parcialidad), nos presenten al partido de Gil Robles como el PP de hoy, maricomplejines, vendiendo eficacia de gestión y nada de ideología, mientras la izquierda ofrecía “lucha de clases”, “matar al burgués”, “expropiación”, “acabar con la Constitución burguesa”, ideas-fuerza mucho más atractivas para su clientela.
¿Estamos en una contextura similar? Pues para mí hay muchos puntos en común, de uno y otro lado. Si la derecha fuera capaz de ganar unas elecciones, ¿le montaría la izquierda un golpe de estado como el del 1934?
Por la amenazas de Iglesias sin rodeos, parece ser que sí (“Uds no volverán a gobernar jamás”).
Aquel golpe fue, sin duda, el comienzo del la Guerra Civil, pues las izquierdas se quitaron la careta y fueron directamente a la yugular el “Estado burgués”, que había que sustituir por una dictadura del proletariado.
Todo este desaguisado se intento borrar por siempre con la Transición; pero hemos comprobado la fuerza, basada en su falta de escrúpulos, de la izquierda, que quiere derribar este régimen. Como ha anunciado Bildu, socio del gobierno, “vamos a Madrid a derribar el régimen”. 

miércoles, 11 de noviembre de 2020

Cuando la primera ola del Covid remitió, Sánchez & co nos dio su bendición y nos anunció que habíamos “vuelto” a la “nueva” normalidad. ¿Vuelto, nueva? en fin, que habíamos atravesado el desierto, había sido duro, pero podíamos irnos de vacaciones. Fue lo primero que hizo, por cierto, antes que nadie. Las cosas no salieron como se esperaba, la pandemia volvió y la nueva normalidad se embarró. Nos echó  la culpa, como Moises al bajar de Sinaï a los judíos, pero culpa o no, la pandemia alcanzó cotas de alarma superiores incluso a la primera oleada. 
Y aquí estamos, volviendo a tomar medidas que lo único seguro es que desbarrarán la economía todavía más. He leído en alguna parte que cuando esto se acabe, habremos retrocedido 30 años. No se trata de volver al nivel de PIB y empleo de antes de, eso sería simplemente una esperanza... retrasada. Se trata de volver a donde hubiéramos estado sin la pandemia. 
Ad calendas griegas.  
No esperemos que las esperanzas que nos venden con la vacuna lleguen antes de 2022, Bill Gates dixit. ¿Por cierto, cómo se llamará esa nueva normalidad? Nueva-nueva? 
De momento hemos de conformarnos en asistir cómo van quebrándonos empresas, como el poder público facilita créditos para que las pymes puedan pagar impuestos antes de quebrar, manera muy sutil de encanallar el ambiente, porque no han perdonado, si acaso atrasado, el cobro de impuestos. 
(Ahí tienen una diferencia entre la política de EEUU y España. Pese a ello, la deuda española avanza a toda vela.)
A final de año veremos llanto y crujir de dientes (caray, qué bíblico estoy). Pero no será más que una etapa más hacia el desescalabro. 
Nos mienten todos los días. El rebote del PIB del tercer trimestre es mentira. El paro oculta entre los ocupados los ERTES y los inactivos, que si se pusieran en su sitio, el paro llegaría al 22%. Fácil que a final de año llegue al 25%. Pero no será ese su límite. 
Mientras, no veo esperanzas de unas elecciones que nos quiten estas garrapatas que gobiernan con terroristas y separatistas. Me tomo muy en serio la amenaza de Pablo Iglesias a la derecha: “Uds no volverán a gobernar jamás”. No es una predicción, es reconocer que hay una estrategia y está bien pensada. 

domingo, 8 de noviembre de 2020

Lo que nos espera para final de año (corregido)

El gobierno ya ha publicado los tres primeros trimestres del PIB. Sin embargo, la Comisión, en el resultado esperado para el conjunto del año, será más pesimista que el gobierno: se apunta a una contracción, año sobre año, del -12,4% (similar a la del Banco de España), frente al del gobierno de un 11%.
Las cifras ya obtenidas de los tres primeros trimestres, y el conjunto de año de la Comisión (cercana a la del Banco de España), Nos permite estimar el cuarto trimestre, dado que la suma de los interanuales divididos entre 4 de los cuatros trimestres, divididos entre 4, suelen coincidir con el total anual. 
Así tenemos que el cuarto trimestre de año será igual de funesto que el segundo, con un - 16,6%
Total.- 1T. -  2T. -  3T. = - 4,4% que, multiplicado por 4, da un - 17,6%.

Una cifra que lleva consigo a un aumento del paro que, sin falsas contabilidades y habida cuenta del final de muchos ERTES, será posiblemente superior al 25%.
Si el segundo trimestre fue el periodo en que más negocios cerraron, como vimos en el post anterior, el cuarto no va a ser más benévolo. Recordemos las palabras de Daniel Lacalle que yo reproducía en el post anterior:

Es como mínimo intolerable que el Gobierno lance al triunfalismo en un país que encara el segundo confinamiento con 100.000 empresas menos que hace un año, un 16,9% de paro y 730.000 personas en ERTE. Según ATA, en septiembre se perdían 100 autónomos al día. En octubre la cifra se triplica.”

Traigo aquí las palabras de gobernador sobre el 17,7% trimestral de tercer trimestre:

Conviene señalar, en cualquier caso, que esta tasa intertrimestral tan elevada es, en gran medida, una consecuencia estadística del marcado retroceso del producto en los dos trimestres precedentes. De esta forma, e incidiendo en la naturaleza incompleta de la recuperación actual que ya he mencionado anteriormente, es importante tener en cuenta que el PIB de nuestra economía en el tercer trimestre aún se encontraba un 8,7% por debajo del registrado en el mismo periodo del año anterior y era un 9,1% inferior al alcanzado a finales de 2019.
Además, como detallaré más adelante, la intensidad de esta recuperación se habría visto afectada adversamente desde principios del mes de julio por los nuevos rebrotes de la enfermedad que se han producido en nuestro país y que han provocado un nuevo deterioro de la situación epidemiológica.

Lo que concuerda bastante con las palabras de Daniel Lacalle que citaba el otro día en el post anterior:

“Es increíble que la ministra de Economía, Nadia Calviño, confunda (o utilice) de manera triunfalista un rebote como "crecimiento" y sacar a trabajadores del ERTE como "creación de empleo". Porque España en 2020 ni crece ni crea empleo, más bien decrece y destruye puestos de trabajo.

Esto no es "crecer", es un rebote por efecto base que muestra que tras meses de reapertura la devastación económica es enorme y no tiene precedentes en nuestra democracia.”


Y todo esto dando por bueno el dato del tercer trimestre, algo que yo rebato.
El tercer trimestre, según el dato oficial, ha crecido un 16,7% trimestral, lo que ha dado el resultado de un -8% interanual, y un - 5% interanual para en cuarto (sobre el mismos trimestre un año antes). Pero si, como sospecho, ha sido menor, la interanual del cuarto será más negativa, lo que daría una contracción en el año inferior (mayor en valor absoluto) al -12,4%.

Nota: fuente de datos, INE, https://www.ine.es/jaxiT3/Datos.htm?t=30679#!tabs-tabla

viernes, 6 de noviembre de 2020

Empleo y paro en EEUU

Mientras en España seguimos adormecidos, en EEUU se sigue creciendo, creando empleo y reduciendo el paro. Según Calculated Risk, 

Total nonfarm payroll employment rose by 638,000 in October, and the unemployment rate declined to 6.9 percent, the U.S. Bureau of Labor Statistics reported today. These improvements in the labor market reflect the continued resumption of economic activity that had been curtailed due to the coronavirus (COVID-19) pandemic and efforts to contain it. In October, notable job gains occurred in leisure and hospitality, professional and business services, retail trade, and construction. Employment in government declined.




...
In October, the unemployment rate declined by 1.0 percentage point to 6.9 percent, and the number of unemployed persons fell by 1.5 million to 11.1 million. Both measures have declined for 6 consecutive months but are nearly twice their February levels (3.5 percent and 5.8 million, respectively).
... 




The change in total nonfarm payroll employment for August was revised up by 4,000 from +1,489,000 to +1,493,000, and the change for September was revised up by 11,000 from +661,000 to +672,000. With these revisions, employment in August and September combined was 15,000 higher than previously reported.

lunes, 2 de noviembre de 2020

El PIB, un camelo descomunal

Nadia Calviño, responsable de economía, ha echado las campanas a volar porque el INE -que casualmente depende de ella - Ha anunciado un crecimiento del PIB de 16,7% en el tercer trimestre. Bueno, pues yo pongo en duda esta cantidad, aparte de que lo que se nos viene encima con la Segunda ola de pandemia es aterrador. En Daniel Lacalle encuentro una buena síntesis de lo que han hecho los indicadores adelantados de los distintos sectores económicos:

Los datos reales del PIB del tercer trimestre niegan el triunfalismo ministerial. Echemos un vistazo: 

- El PIB refleja una variación interanual de -8,7% tras cinco meses de reapertura e incluyendo dos meses de crecimiento. El segundo peor dato de la serie histórica.

- El desplome interanual por sectores es aterrador: comercio, transporte y hostelería -22%. Actividades profesionales, científicas y técnicas -13%; actividades artísticas y recreativas -18,5%; construcción -11%; información y comunicaciones -7,3%; industria manufacturera -4%. Solo la administración pública, la agricultura y las actividades financieras han crecido en términos interanuales. Además, recoge el peor dato interanual de la serie histórica en servicios e industria.

- El gasto de los hogares cae un 6,8% interanual.

- La inversión cae un 12,8% interanual.

- Las exportaciones caen un 17% interanual a pesar de la fuerte recuperación del PIB global, [especialmente en la partida turística, que no creo posible haya sido compensada por el turismo interior.]

- Solo el gasto público sube (+3,7%) en términos interanuales, muy por encima de la media de los últimos años.

Recordemos una cifra aterradora: según la EPA del tercer trimestreel sector privado ha perdido 805.900 empleos mientras que el sector público ha aumentado en 108.500 personas. Una situación insostenible.

Es increíble que la ministra de Economía, Nadia Calviño, confunda (o utilice) de manera triunfalista un rebote como "crecimiento" y sacar a trabajadores del ERTE como "creación de empleo". Porque España en 2020 ni crece ni crea empleo, más bien decrece y destruye puestos de trabajo.

Esto no es "crecer", es un rebote por efecto base que muestra que tras meses de reapertura la devastación económica es enorme y no tiene precedentes en nuestra democracia.

Conviene explicarle a los lectores que el cálculo del PIB del tercer trimestre se ha hecho con datos de solo dos meses. El mes de septiembre se ha calculado con indicadores estimados, no reales.

Explica el INE que "la mayoría de los indicadores estadísticos coyunturales ofrecen a día de hoy resultados hasta el segundo mes del trimestre (agosto). Ahora bien, como ya ocurriera en los dos primeros trimestres del año, el INE, en respuesta a este desafío estadístico, ha añadido a la información de base habitualmente empleada resultados adelantados de las fuentes de información normalmente utilizadas referidos al mes de septiembre, estimaciones de indicadores basados en datos administrativos y otras fuentes adicionales".

Es como mínimo intolerable que el Gobierno lance al triunfalismo en un país que encara el segundo confinamiento con 100.000 empresas menos que hace un año, un 16,9% de paro y 730.000 personas en ERTE. Según ATA, en septiembre se perdían 100 autónomos al día. En octubre la cifra se triplica.

Pero, insisto, yo pongo en duda la cifra, que me parece una burla ante los indicadores parciales mostrados. 
Lo peor es que estamos en segunda ola, que ha venido a acumularse a la resaca de la primera, sin que sus efectos se hayan disipado ni mucho menos, en paro (mucho más elevado que el oficial), en ERTES que caducan (de los quedan 750 mil vigentes) y un aumento de la morosidad a la banca. 
¿Vamos a seguir creciendo a “fuerte” ritmo con un tejido industrial mermado severamente, con menos empleo, y con más incertidumbre?
No me lo creo.

viernes, 30 de octubre de 2020

EEUU, PIB


El PIB de EEUU en el tercer trimestre se recupera con fuerza, aunque a una velocidad inferior a la de España: 8% frente a nuestro 16,7% (algo que cada vez me parece más increíble). 





Según comenta la web de Calculated Risk, la inversión ha sido el Gran repulsivo del PIB:

La inversión ha sido débil durante algún tiempo, se desplomó en el primer trimestre y cayó por un precipicio en el segundo trimestre junto con la economía en general. La inversión se recuperó en el tercer trimestre, especialmente para la inversión residencial y la inversión en equipos, pero no para las estructuras no residenciales. La inversión residencial (IR) aumentó a una tasa anual del 59,3% en el tercer trimestre. La inversión en equipo aumentó a una tasa anual del 70,1% y la inversión en estructuras no residenciales disminuyó a una tasa anual del 14,6%.

Es curioso el gran dinamismo mostrado por el PIB español. Es curioso porque se refiere a Julio, agosto, septiembre, los meses típicos del turismo que este año, como se sabe, ha naufragado en el plano del turismo extranjero.
¿Y eso ha sido más que compensado por el turismo interior? Me cuesta creerlo. 

PIB tercer trimestre

El PIB ha tenido una reacción positiva espectacular en el tercer trimestre, con un 16,5% de incremento, gracias al turismo interior (sic) que se lanzó con el final de la primera oleada de la pandemia y el relajamiento de las medidas confinatorias. Este incremento no cierra la brecha con el nivel del 2019, nos deja a un 4,5%. 
Otras actividades también tuvieron registros positivos, como la construcción y el comercio, es decir, todas aquellas ramas de actividad más afectadas por el confinamiento. 
Sin embargo, ahora viene  una segunda ola, que nos hará retroceder sin remedio en el cuarto trimestre, y probablemente el primero de 2021.
Ahora bien, yo tengo algunas dudas sobre de dónde ha salido esa fuerza del turismo interior cuando el paro más los inactivos representan más del 22% de la población activa y los ERTES significan una renta insegura y mermada. ¿Será un impulso de solidaridad de los españoles con el sector turístico? 
No sé. Es curioso el gran dinamismo mostrado por el PIB español. Es curioso porque se refiere a Julio, agosto, septiembre, los meses típicos del turismo que este año, como se sabe, ha naufragado en el plano del turismo extranjero.¿Y eso ha sido más que compensado por el turismo interior? Me cuesta creerlo. Más que nada porque el turismo interior ha sido el de siempre, es decir, imposible de que iguale y menos supere al extranjero en pleno asedio de los países que aconsejaban no venir a España. 2+2 suman 4, pero 2+0 suma 2. 

lunes, 26 de octubre de 2020

El estado estacionario

El estado estacionario sería el de una sociedad que considerara haber llegado a su plena satisfacción material, y por ello que no necesitaría crear más bienes, sino sólo reproducir ad eternum los mismos y en idénticas cantidades que en el presente. 
Esto, como dice Niall Ferguson, 




llevaría a la decadencia perpetua, no al estado estacionario soñado.
La economía, sí deja de crecer, perece. 
En realidad, antes de Adam Smith, la economía era estacionaria: entre la antigüedad y su tiempo apenas hubo más cambios que alzas y bajas aleatorias determinadas por eventos como pestes, guerras, o grandes alzas debidas a conquistas a costa de otros, o cambios tecnológicos inesperados. El Imperio Romano desfalleció y murió por estancamiento, que le debilitó fatalmemte frente a sus enemigos.
La idea de que debemos trabajar cada vez menos y simplemente repartir el trabajo entre más gente, o sólo ocuparnos de cosas tales como el calentamiento, o disfrutar de más del ocio, es ilusoria, y lleva al colapso de las sociedades como se vio en los regímenes comunistas. La única virtud de éstos es habernos enseñado lo que pasa cuando se difunden estas ideas, y lo que pasa no es precisamente un cambio pacífico. El estancamiento trae el descontento y represión, la única que puede garantizar el mantenimiento del empecinamiento en el error. Porque para lograr tal estado utópico hay que redimir cualquier iniciativa privada de inversión, innovación, que fatalmente producirían crecimiento y cambio. 
Fuera del crecimiento no hay salvación. El crecimiento es necesario para acabar con el hambre y la necesidad, por muy poco que haya, pues no es la redistribución lo que va a curarlo, y paradójicamente para tener paz social. Las necesidades no son constantes, ni la economía es estacionaria. 
El gobierno español, con un estado de alarma de seis meses, ha apostado por desdeñar estas consideraciones y estancar la economía después de la enorme contracción sufrida, lo que se puede llamar suicidio. Dentro de seis meses, en mayo de 2021, nos echaremos las manos a la cabeza al ver la pobreza en la que hemos caído, y habrá un descontento que se traducirá en violencia. A esas alturas ni el gobierno sabrá como afrontar el caso producido por él mismo, y me temo que el panorama político no será precisamente una balsa de aceite.  

sábado, 24 de octubre de 2020

La ruina

No sé si, como aseguran algunos, es lo que desea el gobierno, pero nuevas medidas de confinamiento y cierre o limitación de horarios serán la ruina de España. Lo de que quizás lo desea el gobierno viene de la conjetura de que “Cuanto peor, mejor, antes nos apoderaremos del país y sus instituciones, además de la economía”. Total nadie se va a mover, nosotros controlamos la calle... lo queremos sería un motivo para los “poderes fácticos” para apoyar a este gobierno, pues con otro habría luchas callejeras. 
Yo diría a los de esta teoría que no se preocupen, que no hay ninguna posibilidad de desbancar a este gobierno, tal como está la oposición (Lean mi post anterior). Este gobierno es inamovible porque la mitad de la oposición a decidido apoyarle (PP), y a la otra mitad no se la ve, ni de lejos, con capacidad de formar un gobierno. PP se ha entregado esposado a Sánchez e Iglesias, lo que le impide siquiera soñar con una mayoría absoluta. El sonrojo de ayer cuando recibió las alabanzas de Sánchez e Iglesias le condena a no ser alternativa y desbarata su mezquina estrategia del “Cuanto peor mejor”, como hizo Rajoy con el anterior gobierno Zapaterista y como ha hecho siempre el PP. Véase Aznar, por ejemplo. 
El PP, lo dicen ellos, no quiere batalles ideológicas y culturales, son por definición la gestión, la eficacia, la creación de empleo, los economicistas. Pero resulta que así no te votan más que en determinadas condiciones, que estén gobierno se encargará de querer no se repitan. 
Por lo tanto, estamos curiosamente en dos grupos interesados en el “cuanto mejor”, a la derecha (PP) y a la extrema izquierda (Gobierno), lo que desde ya hace muy factible que nos arruinemos. 
España ya ha dado la nota por habérse dejado en los dos primeros trimestres un cuarto de su PIB, que se dice pronto y es además es récord mundial. Pero es que además, no vamos a rebotar.
El paro real no es 17% confesado oficialmente. Si incluimos como parados el limbo donde el INE mete a 1.640.000 gentes que no trabajan pero son catalogados como no activos, “gente que quiere trabajar pero no encuentra la forma” (Sic), el paro sería casi de 22% de la población activa. Con nuevas medidas de restricción económica, ¿podríamos llegar a superar el 25-27%? En mi opinión, desde luego. Y esto sin tener en cuenta los ERTES, que ahora sí, muchos se truncarán, y los cataloguen como los cataloguen, serán parados. 
Por mucho que controlen la calle, creo a este gobierno, con esas cifras, no van a poder sofocar el enfado. Otra cosa es que definitivamente vayan a por un golpe de estado que les permita perpetuarse en el poder. Pero ¡ojo! Eso no dejará de desatar violencia, lo que configura un futuro tenebroso además de muy incierto. Les recomiendo un libro que relata magistralmente la toma del poder por Hugo Chávez en Venezuela:



Con la apariencia de novela, describe punto por punto la trama que llevó al fracaso primero, luego al poder, a Hugo Chávez. 
En resumen: violencia, violencia y más violencia. Y después más violencia, una fomentada por el poder, otra de los pobres venezolanos, la inmensa mayoría, que tiene hambre. 
Quiero decir con esto que tenemos un panorama de descontento creciente, y yo no sé si habrá turno de elecciones pacifico para el turno de poder. Pero lo único que sé es que habrá ruina, y no será fácil salir de ella si no hay un mínimo de normalidad democrática. ¿Quien nos ayudará?

viernes, 23 de octubre de 2020

Sospechas al hilo del debate

Me ha entrado una sospecha sobre la que no hay pruebas, sólo indicios. La sospecha es que antes del debate ya había negociaciones secretas entre el Gobierno y el PP. 
Antecedentes: el gobierno se ha visto la oreja mojada por Europa, que le cantó las cuarenta a Sánchez por su proyecto de modificar la ley sobre nombramientos de los miembros del Poder Judicial (CGDPJ), ley que dejaba a la arbitrariedad de éste los nombramientos y se cargaba lo poco que queda de independencia de dicho poder. Sánchez anuncia su renuncia a seguir ese camino de una manera sospechosamente fácil. 
Pero Sánchez es cualquier cosa menos tonto, y le viene como regalo la moción de censura de Vox, de la que puede extraer un buen partido. Le interesa sobre todo agudizar las pendencias entre el PP y Vox. Para ello - esta es mi sospecha -, habla con el líder del PP, Casado, le invita a reanudar las negociaciones sobre el nombramiento de los jueces, y de paso le hace ver que le conviene, por el aluvión de sentencias judiciales que le van a caer al PP por los casos judiciales aún no vistos, especialmente el caso Kitchen. Creo además, que las relaciones entre Casado y Sánchez son continuas, y que una de las piezas sacrificadas es la destitución de Cayetana AT como portavoz del PP, que con sus intervenciones- especialmente esa en la que llamó “hijo de terrorista” al vicepresidente Pablo Iglesias -, abrió una profunda herida en el gobierno que había que reparar. Solución: cesar a Cayetana... no renuncio a creer que hubo conversaciones gobierno-PP antes del cese.
Las claves de esta podredumbre, desgraciadamente legal, son las palabras de unos y otros en la moción de censura promovida por Abascal, líder de Vox.
Éste no estuvo acertado precisamente, pero es que Casado dedicó su intervención a una agria y monologa crítica conta Abascal, además de anunciar que votaría contra su moción. Algo inesperado por todos, que esperaba una abstención. Una agria crítica que complació enormemente a Sánchez y a Pablo Iglesias. Daba sonrojo oír las loas de éste a Casado, a quien semanas antes le había augurado que jamás volvería a gobernar en España... lo que no dijo es el porqué de esta seguridad. 
Las palabras de Sánchez no fueron menos complacientes con Casado, al que invitó a reanudar negociaciones sobre el nombramiento de los jueces, como si le perdonara la vida.
En resumen, Casado y Sánchez más amiguitos que nunca, Cayetana desfenestrada y prácticamente sin partido, Abascal fuera de juego, y los jueces... pues los jueces que acuerden nombrar estos dos taimados, nos darán la clave de ésta que yo llamo sospecha. 
Sánchez no es tonto. No gobierna para España, sino para sí mismo, y cuando necesita a alguien primero le aplasta y luego le redime, pero cuando está bien herido. Nos hemos quedado sin oposición, Sánchez está más consolidado que nunca, y Casado se queda como marioneta articulada por Sánchez. El partido Popular, que siempre desdeñó a Vox, pese al apoyo de gobierno de éste en varias regiones, algunas clave como Madrid, entra en una fase de lenta depresión que va a influir en las elecciones, cuando sean, y cuyos resultados no son difíciles de adivinar. Es a lo que ha jugado el PP siempre, a que España vaya muy mal para que el hartazgo de la gente le dé la mayoría absoluta. No es una manera muy noble de desgastar al poder, pero es incapaz de hacer otra cosa, siquiera porque está metido hasta las trancas en procesos judiciales inacabables. Casado no ha sabido limpiar, y ha metido la basura debajo de la alfombra. No puede permitir que los jueces los nombres el gobierno, aunque es un pájaro con un ala herida, maltrecho y sin fuerza para imponerse, así que no creo que tenga ventaja en este juego al que le invita Sánchez, relamiéndose de antemano. Será que tiene razón Pablo Iglesias: “ustedes no gobernarán nunca más en España”. Cierto, al menos en un largo tiempo.
Ahora, a esperar a ver cómo reacciona Sánchez ante el deterioro económico evidente ante la pandemia y el malestar social que se avecina. 
Lo que está claro es que España esta en manos de tahures, que juegan a una partida en la que el rehén es España, herida a muerte por la pandemia. No esperemos un cambio radical de expectativas. Mientras los demás países empiezan a virar hacia la recuperación, liderados por el fuerte repunte de EEUU (yo no esperaría que las elecciones las perdiera Trump, por mucho que nos vendan esa moto en nuestra servil prensa), España se hunde más. En suma, una situación aberrante sin que nadie apunte a un liderazgo serio, que en estas horas tendría que ser de alguien sobrehumano, inmune a los cantos de sirena y con un gran apoyo de la ciudadanía.

jueves, 22 de octubre de 2020

Entre el tremendismo y la rendición

Se veía venir que el choque de trenes iba a ser entre Vox y el PP. Lo que no se preveía es que se iban abrir tanto las brechas de dos partidos que gobiernan juntos en varias autonomías y municipios.
Abascal, líder de Vox, ha cometido el inmenso error de optar por el tremendismo de declarase antieuropeista, algo que muchos españoles no van a entender, como no entenderán quien es esa bicha malaya llamada Soros. Este tremendismo ha facilitado el papel de Casado, dejándole terreno para ataques aéreos y tanquistas, tipo blitz, contra Abascal, no contra Sánchez, ante quien parece rendirse esperando que sea él quien caiga, como Zapatero. Me indigna esa táctica del PP de esperar que las cosas se pudran para recolectar una mayoría... que no será tal, porque el bipartidismo no existe ya. 
Ruptura total entre las dos derechas que, repetimos, gobiernan juntos muchas regiones y municipios.
Hay que reconocer que el trato del PP a Vox ha sido más que vejatorio, tomando con desdén esos votos de Abascal que necesitan en Andalucía et all. 
Pero Vox no ha medido bien sus pasos. Se ha enajenado los votos de muchos españoles con su alarde anti Europeo y otras cosas que rememoran a Le Pen. Quizás pensaba romper su techo y lo que ha hecho es cimentarlo. 
Mientras, Pedro y sus compis se frotan las manos. Los ganadores han sido ellos, para que nos vamos a engañar.
EL futuro no es de los españoles siempre que sean unos los que quieran liderarlo a costa de lo suyo demás.