"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

jueves, 5 de septiembre de 2024

La intuición

Vienen tiempos farragosos, en los que querrán convencernos, más o menos a hostias acompañadas de intrincados y espesos argumentos, de que es factible que Cataluña tenga un concierto fiscal singular sin que las demás autonómicas pierdan.
Déjese llevar por la intuición y no intente desencriptar los obscenos argumentos de los malhechores que nos gobiernan: la intuición dice que es imposible que todos mejoren cuando a Cataluña se le de un trato prioritario. 
Si quieren cargarse de razón y vacunarse contra la batería de drones y misiles trufados de mentiras, léase el artículo-entrevista de El Mundo de hoy con Angel de la Fuente, un experto mundial en economía de la hacienda. Al final reforzará su intuición básica: que si una región, digamos Cataluña, se beneficia de un concierto especial, las demás sufrirán un recorte económico muy importante, especialmente las más pobres y de población más envejecida. Es decir, habrá una separación más grande de riqueza que la de ahora. 
Además, de pasada aprenderá Ud que lo que hace Madrid bajando lo máximo sus impuestos, no atañe al resto, pues Madrid sigue contribuyendo exactamente igual a la caja común. Una cosa es tener un saldo con el Estado que se debe a la normal imposición en Madrid y su aportación a Hacienda, y otra cosa es como se gestione internamente el resultado neto: o bajando los impuestos para atraer más inversión, o subiendo la recaudación para ofrecer más servicios públicos. Lo que no se puede es las dos cosas a la vez, y como dice Angel de la Fuente, la elección la deciden los votantes. Y parece que a los votantes de Madrid les complace el sistema de Ayuso en favor de las empresas, el avance y el empleo. 
Claro que todo esto es más o menos provisional, pues Sánchez está dándole vueltas a ver cómo se carga este molesto chiringuito totalmente contrario a su ideología de asfixiar a las clases productivas con impuestos alzados una y otra vez, recurrentemente, y ofrecer servicios públicos a discreción para los que votan a la PSOE. Aparte de que si no le basta, vuelve a subir la deuda nacional, que está por las nubes. 
Lean el artículo, por favor. 

martes, 3 de septiembre de 2024

La firma de Stalin

Transcribo aquí unos párrafos de “El fin de la inocencia”, de Stephen Koch. La razón es muy sencilla. En unas líneas nos resume cómo el comunismo cambiaba la historia matando, cuando le venía en gana, a sus mejores servidores. Stalin fue el más virtuoso… en seguir las enseñanzas de Lenin.

La gratitud de Stalin era mortífera. Sólo su indiferencia dejaba vivir a la gente. Otto Katz fue arrestado y ejecutado en Praga como una de las víctimas de las purgas Rajk-Slánský, la serie de procesos políticos que se llevaron a cabo en todos los países del Este europeo entre 1948 y 1952 y que formaban parte de una vasta y demencial aunque significativa operación por la cual Stalin consolidó su paranoico poder en los recién conquistados territorios. 
Las purgas Rajk-Slánský fueron el detonante para el inicio de la guerra fría. En 1948, mucha gente como Otto Katz, grandes figuras entre los dirigentes veteranos «antifascistas», muchos de los que habían sentado las bases en Europa para la expansión del poder comunista a lo largo de los años treinta y la propia guerra, salían a la palestra esperando la merecida recompensa. El autócrata los consideró sirvientes comprometedores y jubilados. Muchos de ellos, además, eran judíos. Había llegado la hora de deshacerse de ellos. 
A cientos, incluso a miles, se les arrestó, condenó y ejecutó. Los políticamente invisibles o inutilizables simplemente fueron ejecutados sin más. A las figuras más conspicuas se las llevó al juicio político, acusadas generalmente de una lista de delitos inventados que sirvieran de propaganda y dejaran al descubierto la doble vida del desertor. De ese modo, décadas de servicio secreto se convertían en vidas sospechosas de traición, a la manera socialista. En todas las capitales de Europa Oriental dio comienzo un grotesco circo de confesiones y muertes; fue una gira circense de terror político que no se detuvo durante cinco años. Muchas de las «confesiones» que se producían de ciudad en ciudad eran extravagantes contorsiones precisamente del tipo de historia que aquí estamos indagando; de hecho, una parte esencial del fenómeno fue el esfuerzo sistemático por reescribir la historia desde cero.

lunes, 26 de agosto de 2024

Gerard Brenan y España

Ya hace muchas décadas que no leo a Gerard Brenan, y solo recuerdo de él una portentosa capacidad para calar muy hondo en el alma española. Creo que no lo he vuelto a sentir con nadie más, aunque haya leído muchos otros ensayistas e historiadores veraces. Pero la ventaja de Brenan es que no estaba sometido a ninguna ideología, ni política ni de cualquier otro tipo. Fue un miembro, un poco arrinconado y escéptico, del Grupo Bloomsbury, en mi opinión muy sobrevaluado: creo que el único miembro con peso histórico real fue Keynes, quien además era el que se hacía cargo de mantener y financiar a esos hijos de papá hipersensibles que se creían venir de un ángel caído. Ni las pinturas dejadas por Vanessa Bell, ni los escritos de su hermana Virginia Wolf, ni otros intentos de iniciar una nueva ética y estética, han pasado el filtro de la historia, si bien algunos se recuerdan con agrado. 
A cambio, Keynes encontró ahí desahogo contra la frustración de la rigidez social británica, cobertura y alivio a sus deseos homosexuales perseguidos, y un ámbito donde respirar aires de libertad inencontrables en aquella pacata sociedad.
Porque, eso sí; si algo no abrazado por sus miembros era el marxismo, que es que lo hace interesante a esta isla de intelectuales quizás absurdos, quizás un pelín esteticistas, pero liberales en el amplio sentido de la palabra.
Brenan venía de ser el amante de de Dora Carrington, una de las musas más importantes del grupo; pero él tenía demasiado carácter como para vivir de la nada en ese ambiente estéril. Por efectos de la I Guerra Mundial, desengañado de casi todo, decidió buscarse la vida en un país que no estaba entre los países devastados, regañando estos por las migajas que quedaban tiradas por el solar europeo: España, que además tenía la virtud de que la vida allí era muy barata. Y Brenan tenía pocos recursos y no pensaba ganarlos en mucho tiempo, siendo su proyecto un largo periodo de estudio y lectura de libros que no había podido leer. Un proyecto autodidacta, por definición, y ese fue casi su único bagaje: libros y libros, aislamiento, soledad en la naturaleza, en fin, empezar de cero en un país ignoto para él, España. Y acabo echando raíces en la sierra de Granada. 
Este tan improbable personaje se afincó en lo más arrisco de España y le debemos una libros que retratan, con gran objetividad, los acontecimientos de ese convulso periodo que desembocó en la II Guerra Mundial; sin la participación de España en ninguno de los dos conflictos, sino convirtiendo el conflicto europeo en nuestra visión particular de la historia. Leyendo a Brenan se entiende algo de esa diferencia - y gran indiferencia - de nosotros hacia los demás. Quiero decir que la no participación de España en los conflictos donde participaron todos los demás es harto elocuente de un gen nuestro particular, y Brenan arroja mucha luz sobre esas zonas de sombras. 
En ese artículo de Ricardo Cayuela, El hilo de Brenan, encontramos una valiosa remembranza de Brenan y su forma de vernos, bajo su óptica personal, única e irrepetible. Como se dice ahí, 

“Está lleno de relámpagos iluminadores. Por ejemplo, la trasmutación del carlismo en el nacionalismo conservador vasco del PNV y en el catalán de la Lliga, la relación entre la represión de Severiano Martínez Anido y los crímenes en la retaguardia barcelonesa o lo que significó para el sindicalismo español el asesinato del moderado Salvador Seguí y la marginación de Ángel Pestaña. También, el impacto que tuvo la independencia cubana dentro del empresariado catalán como impulso nunca reconocido del nacionalismo: «La pérdida de Cuba, en la que los industriales tenían cuantiosos intereses, provocó un sentimiento de irritación con Madrid, a cuya intransigencia se atribuía tal pérdida. Lo cual no era completamente justo, pues la oposición de los propietarios de fábricas catalanas a la autonomía de Cuba había sido uno de los factores que contribuyeron al desastre».”
Dos iluminaciones fugaces que yo no recuerdo haber visto en otras obras. Efectivamente, la madre del separatismo fue el carlismo fracasado, y en Cataluña este separatismo se hizo adulto cuando su burguesía perdió la riqueza de Cuba. 
Es decir, estamos perdiendo una batalla contra unos sujetos que devienen de una locura religiosa ultramontana que provocó tres guerras civiles, y que se irritó con Madrid cuando éste perdió, en 1898, nuestras últimas posesiones coloniales, y decidió echarse al monte e irritarse continuamente con Madrid.
Y continúan irritados, esta vez por la falacia que ellos pagan más impuestos que nadie a ese Madrid sucio y pendenciero
Les invito a que lean el buen artículo de Cayuela y les llegue el aroma de este hispanista de raza, original y único. 

domingo, 25 de agosto de 2024

La “respuesta” al desafío catalán

Vomitivo. La respuesta del resto de España al latrocinio catalán, basada en nacionalismos regionales que NO existen. Ya solo falta sacar en procesión al islamista Blas Infante. Si esta va a ser la “respuesta” del PP, bye bye, Feijoo.
Fracaso seguro. Como tender una alfombra roja al paso de la comitiva catalana triunfante…


lunes, 19 de agosto de 2024

La inevitable desintegración de España

“Si el diagnóstico es incorrecto, el paciente no se cura. Es desolador escuchar a altos responsables del principal grupo de oposición insistir en que el Estado de las Autonomías es un “modelo de éxito”. Por desgracia, son una exigua minoría en España a estas alturas de la película de terror en la que estamos atrapados los que perciben con claridad la naturaleza y alcance de este error fundamental y se atreven a denunciarlo.“ Alejo Vidal Cuadras en Voz Populi, domingo 18 de agosto

A continuación reproduzco el artículo de Vidal Cuadras que expresa mejor que nadie el panorama que se vislumbra tras el órdago de Cataluña a Sánchez, que éste ha aceptado frotándose las manos. Un panorama de pesadilla diseñado por un loco con una tiza. 
Ya he dicho otras veces que la fragmentación de España en 17 comunidades crearían intereses centrífugos. Ya está sucediendo. Menos Madrid, las demás comunidades, ante el regalo a Cataluña, sólo les preocupa “que hay de lo suyo”. Imbécil: Lo tuyo NO existirá si deja de existir España. Y España dejaría de existir, y se convertiría en un pieza de caza muy apetitosa. Lo lógico es que ante tan suma debilidad, alguien sacaría provecho, por ejemplo dos o tres potencias repartiéndose el solar. 

Las fuerzas políticas y las instancias sociales que en estos días tormentosos claman justamente contra el último y tremendo golpe de Pedro Sánchez contra la unidad nacional, el orden constitucional y la solidaridad interterritorial esgrimen argumentos sin duda válidos cuando señalan que el acuerdo de investidura de Salvador Illa con los separatistas dañará gravemente el principio de igualdad de los españoles y desbaratará la Hacienda estatal al privarla del control fiscal del 20% de nuestro PIB. Sin embargo, lo que no advierten ni comprenden es el origen de la postrera fase, iniciada tras el fallecimiento de Franco, de este alarmante fenómeno que Julián Marías llamó en su imprescindible libro La España inteligible un “proceso de desagregaciones”. Tampoco las decadentes elites políticas que en el arranque del siglo XIX dirigían un imperio transatlántico tricentenario supieron reaccionar ante el ataque avasallador de un poder tiránico extranjero y actuaron con una mezcla lamentable de cobardía, bajeza y completa ausencia de visión estratégica, dejando al pueblo abandonado a su suerte y obligado a combatir heroicamente para salvar por lo menos el solar peninsular. Y ¿qué decir del Desastre de 1898, resultado asimismo de una flagrante ceguera que impidió ver que la marcha de la Historia requería medidas reformadoras de la relación entre el Reino y sus provincias de ultramar que evitasen la explosión de pulsiones secesionistas tan bien aprovechadas por potencias hostiles?

Ahora, la pesadilla conocida como “sanchismo” revela de nuevo que las hipótesis erróneas conducen a soluciones inadecuadas. Ya he señalado en otras ocasiones que la Transición, que alumbró sin traumas destacables la Constitución de 1978, apaciguó con aceptable éxito cuatro de nuestros viejos demonios familiares, la cuestión social, la militar, la religiosa y la de la tensión monarquía-república. El Estado social de Derecho, la supeditación de los ejércitos a la autoridad civil, la aconfesionalidad del Estado y una Corona democrática y parlamentaria sentaron las bases de un sistema institucional, jurídico y político homologable a los imperantes en los demás países de la Europa occidental. Ahora bien, el quinto elemento de discordia, el territorial, no fue abordado de manera correcta. El intento fue innegablemente bien intencionado, impregnado de la mejor voluntad de arreglo, generoso hasta límites arriesgados y no exento de nobleza, pero es sabido que el infierno está empedrado de los más loables propósitos.

El planteamiento, tan ingenuo como desprovisto de conocimiento del nacionalismo identitario como doctrina política y del pasado de estos movimientos supremacistas y racistas en Cataluña y en el País Vasco, consistió en transformar un Estado centralista en uno de los más descentralizados política y administrativamente del mundo. Los padres constituyentes y los demás actores principales del diseño de la nueva estructura creyeron que la aceptación de una parte sustancial de las reivindicaciones nacionalistas atribuyendo a todas las Comunidades Autónomas amplias facultades legislativas y ejecutivas, lengua cooficial allí donde la hubiere, reconocimiento de sus símbolos y el control de la educación, calmaría sus exigencias y el conjunto de los ciudadanos de estos territorios podría vivir en armonía interna y con el resto de los españoles. Nada más lejos de la realidad. No sólo las concesiones sucesivas no disminuyeron las pretensiones desaforadas de los particularistas, sino que las exacerbaron, y fueron interpretadas por sus líderes como debilidad del Estado, al que siempre presentan, en contra de toda evidencia, como opresor y abusivo, incrementando sus desafíos y su deslealtad al pacto establecido en el tránsito de la dictadura a la democracia.

La persistencia por parte de los dos grandes partidos en la técnica de las cesiones a pesar de la reiterada constatación de que a mayor autonomía otorgada más intensa ofensiva separatista desatada, ha desembocado en la desastrosa situación actual, en la que un ególatra carente de moral y patológicamente obsesionado por mantenerse en La Moncloa a toda costa está dispuesto a desguazar la Nación y desmontar el Estado.

No hay salida posible a semejante catástrofe que no sea traumática porque cuarenta y cuatro años de Autonomías han creado una clase política cuyo modus vivendi está indisociablemente ligado a un modelo territorial disfuncional, divisivo, financieramente insostenible e ineficiente y una sociedad infectada con el virus identitario hasta el punto de que asistimos a espectáculos tan grotescos como la existencia de corrientes de opinión crecientemente agresivas que demandan una comunidad leonesa diferenciada o la resurrección del bable como lengua oficial en Asturias. El hecho de que a raíz de la decisión del Gobierno de imponer una financiación “singular” para Cataluña análoga al cupo vasco, los presidentes autonómicos de las restantes Comunidades únicamente afirman enojadamente que no tolerarán ningún perjuicio resultante para “la suya” con absoluta pérdida de la perspectiva nacional, nos da la medida del nivel de confusión conceptual en el que nos hallamos.

Si el diagnóstico es incorrecto, el paciente no se cura. Es desolador escuchar a altos responsables del principal grupo de oposición insistir en que el Estado de las Autonomías es un “modelo de éxito”. Por desgracia, son una exigua minoría en España a estas alturas de la película de terror en la que estamos atrapados los que perciben con claridad la naturaleza y alcance de este error fundamental y se atreven a denunciarlo.



viernes, 16 de agosto de 2024

Política, preeminente de la economía

He sido economista “malgré moi”. Siempre he pensado que la economía oficial, o académica, adolece de lagunas inquietantes que impiden llegar a conclusiones válidas. Creo que el origen del mal es el afán de hacer de ella un imposible: una ciencia exacta con metodología rigurosa de formulación matemática y contrastación empírica. 
Eso le ha hecho partir del supuesto nefasto que las cosas no cuantificables, como la política, no entraban en el campo económico. El resultado ha sido la inanidad. 
Como explica Acemoglu, el historiador y economista en su obra magna, “Why Nations Fail” (que cito a continuación), el economista no debe dejar de tener en cuenta cosas como la naturaleza humana y la política. Desgraciadamente la economía ha seguido el camino equivocado del rigor matemático, en contra de la humilde metodología de Adam Smith, que no se equivocó en su enfoque.



“Defenderemos la idea de que, para comprender la desigualdad del mundo, tenemos que entender por qué algunas sociedades están organizadas de una forma muy ineficiente y socialmente indeseable. Algunos países logran adoptar instituciones eficientes y alcanzan la prosperidad, pero, por desgracia, son un número reducido de casos. 
La mayoría de los economistas y los encargados de formular políticas se han centrado en «hacerlo bien», mientras que lo que se necesita realmente es una explicación de por qué los países pobres «lo hicieron mal». En general, su situación no se debe a su ignorancia ni a su cultura. Como mostraremos, los países pobres lo son porque quienes tienen el poder toman decisiones que crean pobreza. No lo hacen bien, no porque se equivoquen o por su ignorancia, sino a propósito. 
Para comprenderlo, tenemos que ir más allá de la economía y el asesoramiento experto sobre lo mejor que se puede hacer y, en su lugar, debemos estudiar cómo se toman realmente las decisiones, quién las toma y por qué estas personas deciden hacer lo que hacen. Éste es el estudio de la política y los procesos políticos. 
Tradicionalmente, la economía ha ignorado la política, pero la comprensión de la política resulta esencial para explicar la desigualdad del mundo. Tal y como señaló el economista Abba Lerner en la década de 1970: «La economía ha ganado el título de reina de las ciencias sociales eligiendo como campo los problemas políticos resueltos». Defenderemos la idea de que lograr la prosperidad depende de la resolución de algunos problemas políticos básicos. 
Y es precisamente porque la economía ha asumido que los problemas políticos están resueltos por lo que no ha sido capaz de aportar una explicación convincente a la desigualdad mundial. Para explicar la desigualdad mundial, todavía es necesario que la economía comprenda que los distintos tipos de Estados y acuerdos sociales afectan a los incentivos y a los comportamientos económicos. Pero también es necesaria la [comprensión de] la política.”

jueves, 15 de agosto de 2024

Independentistas asfixiados

Me alegro infinito saber por este artículo de Joan López de que el veneno del nacionalismo catalán está en extinción. Lo hubiera estado hace tiempo si los políticos de Madrid no se hubieran dedicado a darles oxígeno en las ocasiones anteriores que estuvieron asfixiados. Pero eso sucedió, empezando especialmente con Zapatero (ese oscuro y tenebroso lacayo de Maduro), que les regaló un estatuto que fue el principio del process y del fallido golpe de estado de 2017. 
Toda la vida, desde el régimen de la Restauración (1876) dándoles oxígeno en vez meterlos en la cárcel, dándoles ventajas económicas como el arancel Cánovas, para que pudieran vender en España sus tejidos, mucho más caros que lo ingleses. ¿Nos lo han agradecido alguna vez? NO. Los hemos mantenido sanos y fuertes para que siguieran amenazando, eso sí, poniendo la mano “egipciana” donde siempre caía algo. La olimpiada de Barcelona, por ejemplo. 
Así que me temo que ahora será igual, o peor. Porque es Sánchez, mediante su peón Illa, quien los ha sofocado. Si es listo, no apretará del todo pero los mantendrá ahí, jadeando, mientras presume de su “pacificación” de Cataluña. Y me parecería muy bien, pero es Sánchez, el golpista, que de una tacada se ha apoderado de las “provincias” y ha dado un gigantesco paso hacia el poder absoluto. ¿Y la oposición? Ni se la ve ni se la espera. Seguro que está maquinando estrategias para atraerse a Puigdemont, que es su máxima esperanza, porque considera que “es de derechas” y se pueden entender. Todavía no distinguen bien un partido burgués de unos alucinados carlistas que un día bajaron del monte. Sánchez tiene mucho que hacer todavía, pero la senda hacia el poder absoluto se le ha ensanchado mucho.

martes, 13 de agosto de 2024

Excelente, y sin embargo…

Excelente, y sin embargo melancólico artículo de Antonio Elorza, en un día agosteño de playa y sol que casi nadie se va a molestar en leer. Yo lo cuelgo aquí como testimonio de que un día hubo alguien clarividente. Magistral. Hace un resumen del asombroso camino de Sánchez en seis años, y resulta que sí, que nos lleva una ventaja abismal en ese extraño proceso que Elorza define bien:
“Si conjugamos al desarrollo de estas aventuras privadas con las aparentemente alejadas de su política de Estado, existe base para pensar que Pedro Sánchez está construyendo una esfera propia de privilegio, absurda en su configuración externa, pero afincada sobre un entramado de intereses muy sólido, cuyo eje es la afirmación paso a paso, golpe a golpe de su poder.” 
Por este sendero de “gloria” no va a quedar ni las raspas de un Estado que desde su promulgación pedía a gritos el asalto de unos y otros. Al final, la cucaña la ha conquistado, como no podía ser de otra forma, un psicópata. A cada uno su victoria. Los demás hemos perdido todos, Rey incluido. 
Todo apunta a que Sánchez ha ganado en su magnífica carrera hacia la posesión del Estado como parte de su patrimonio. Como los reyes absolutistas, que no distinguían entre nación y resto de sus posesiones… Lloremos.

sábado, 10 de agosto de 2024

Puigdemont y el futuro nacionalismo

Ignoro si todo ha sido una fina estrategia del sanchismo, o una casualidad con la que se ha encontrado esta especie de mafia del poder. Pero, en todo caso, Sánchez ha dejado hacer el payaso a Puigdemont y, como sin querer, le ha robado la bandera del independentismo. La “buena” gente catalana, amenazada con que le robaran el uso del español y otros vínculos con el resto de su España, puede ya dormir tranquila: el mismo socialismo de toda la vida, el PSC, Socialism Catalá, va a ser el encargado de aplicar la receta independentista sin necesidad de que se suban al barco los Puigdemont y los Junqueras. Un nuevo producto, no ese casposo derivado del carlismo, de origen nada menos que de izquierdas, va a reconvertir Cataluña en un nuevo escenario político con detalles independientes - como un concierto único fiscal - pero sin romper los nudos con el Estado, nudos que el fin y al cabo ya no pintan nada. 
En todo caso, Sánchez ha dado un paso de gigante hacia su futuro; se ha quitado de en medio a los incordiantes nacionalistas/carlistas. Ha puesto el pie en CATALUÑA y será difícil que lo quite.
Siempre se sospechó que el nacionalismo de alta clase del PSC era mucho más fetén que el de los “locos furiosos”. Illa, ¿no es increíble su triple salto mortal desde su ministerio de Sanidad (infame, por cierto, su gestión de la pandemia)  a ser investido president, con su Concierto fiscal? Estamos asistiendo a nuevos tiempos, con sorpresas inauditas que un día vuelan un puente u otro una acrisolada fortaleza, sin tiempo para asimilar el sintagma. 
Salvador Illa, president, con su cara de seminarista mosquita muerta que no quiere romper nada. A Puigdemont ya no le queda más que hacer el salto de la cabra, mientras la trompeta la toca Sánchez. 
A ver cuánto dura el invento. Sospecho que las demás comunidades van a querer meter la cuchara. Entonces veremos si todo salta por los aires. 

viernes, 9 de agosto de 2024

El número de la cabra que se sube a un taburete

Qui prodest del numerito carnavalero de Puigdemont? Sin duda Sánchez.
Puigdemont ha hecho su último numerito de la cabra que se sube a la tarima mientras alguien toca la trompeta. (Numerito desgarrador que ya no se ve apenas). Puigdemont ya no es nadie. Si acaso, una pobre cabrita. Le han dejado creer que se ha reído del estado que tanto odia, pero el Estado lleva ya seis años haciendo exhibición de sus partes pudendas ante los niños incautos, que ya no se escandalizan de nada. Es el Estado que está maquinando su propio derribo, a espaldas de los españoles alelados (o sea, todos). 
Pero Puigdemont no era el enemigo. El enemigo era el exministro de Sanidad, Salvador Illa, que es quien lleva la antorcha olímpica de la independencia. Salvador, ese señor con pinta de de pompas fúnebres, de quien hace poco decía maravillas Felipe González, el gran embaucador. Illa ha ganado - decía don Felipe -, y tiene derecho a ser president “y más porque no es nacionalista”. Nos han embaucado a todos sobre que esto tenía solución, y que la solución era el PSC frente a Nacionalismo. Mentira: los que dieron grandes avances hacia la independencia fueron Maragall (PSC), de la mano de Zapatero y su oferta de un estatuto que era un insulto para la Nación, y Sánchez, que ha abierto la puerta al “tímido” Illa, que es Pequín ha negociado la cesión de impuesto a Cataluña. El PSC, criadero de criptoindependientes, que nunca hablaron claro. Estos son los que van a rematar la jugada de controlar A España desde Cataluña.
Así que persigan o no a Puigdemont, porque él ya no pinta nada. Por eso hace el número de la cabra, y Sánchez le deja encantado porque nos humilla a todos. El que se ríe a carcajada limpia de España es Sánchez, y si alguien ha maquinado el numerito de Puigdemont, es Sánchez. Ahora tiene la sartén por el mango en Cataluña y lo que queda de España. Y ya no hay remedio posible a su derrumbe próximo.

domingo, 4 de agosto de 2024

Acuerdo Illa-Aragonés

Les recomiendo este vídeo por su claridad 
Es decir, la muerte de España, simplemente. Y, por ende, la muerte del futuro de tus hijos, simplemente 

sábado, 3 de agosto de 2024

La “federalización” de España

Según Sánchez-dixit, el acuerdo de traspasar todos los recursos fiscales a Cataluña es bueno porque es un paso hacia la “federalizacion” de España. Esto es una rotunda falsedad, porque todo proceso de federalización es la búsqueda de una unión de partes que están separadas en algunas cuestiones perentorias. 
Por ejemplo, EEUU, tras su guerra de independencia frente a Inglaterra, eran trece colonias muy débiles que podrían ser atacadas por cualquier potencia, como la misma Inglaterra. De modo que si no estrechaban lazos fuertes, sobre todo en materia de seguridad, serían víctimas propiciatorias de países fuertes. Entre los dos bandos, uno que defendía continuar con una conferedación débil, pero gran independencia de decisión de cada una de las trece colonias. 
El bando contrario, el que se impuso, defendía que había que unirse y tener una última jefatura militarmente fuerte, una estructura de gobierno central que igualara en derechos a los individuos, no a las comunidades, que era la única posibilidad de sobrevivir como Nación emergente. 
Invito a dar un paseo por lo que hubiera sido la historia de Occidente si EEUU no fueran “Unidos” y si, por ejemplo, La Guerra de secesión de 1860-65 no la hubiera ganado Lincoln. En suma, EEUU no hubiera sido la primera potencia que derrotó a Alemania y luego a Hitler en las dos guerras mundiales. 
Es decir, EEUU, sus mejores hombres, decidieron federarse precisamente para formar un gran Estado frente a agresiones exteriores. Incluso estuvieron pensando en fundar una monarquía, y se le ofreció la corona a Washington, que la rechazó. De ahí que las elecciones a la presidencia sea totalmente aparte de las legislativas. El presidente es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas, tiene todos los poderes en materia de seguridad - aunque cuenta con asesores y secretarios de Estado que le aconsejan -, y para declarar la guerra debe pasar por un control del Congreso, que puede poner límites y asegurarse que el estado de emergencia está justificada. Pero si la guerra es irremediable, no se opondrán. No hay ley dictada por un Estado que infrinja una ley federal.
Lo que propone Sánchezpara federalizar España es todo lo contrario: es dispersar los recursos comunes entre el arbitrio de unas CCAA que, desgraciadamente, llevan ya 50 años demostrando su sed de volver al dispatare de la Primera República española, en la que se definía a España no como nación de los españoles, sino de los territorios que la componían. Es decir, después de discusiones entre seres totalmente obnubilados por ideas que es difícil rastrear en la cultura de entonces, a los padres constituyentes no se les ocurrió otra cosa que definir España como:

La gran novedad del proyecto era la organización federal («La forma de gobierno de la Nación española es la República federal», art.39) resultado de un pacto que daba nacimiento a una Nación española compuesta por «los antiguos reinos de la monarquía», cuya relación como Estados (regionales) aparecía en el artículo 1º, con la llamativa ausencia de León, y en la que se incluyó a Cuba y a Puerto Rico como forma de resolver el problema colonial —añadiéndose más adelante que leyes especiales regularían la situación de las otras provincias ultramarinas, pudiéndose convertir en Estados en el futuro—:1918

Artículo 1.º Componen la Nación Española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas.
Los Estados podrán conservar las actuales provincias o modificarlas, según sus necesidades territoriales.
Es decir, la Nación pasa a definirse como la suma de unos territorios que pasan a ser estados plenipotenciarios. Solo viendo las última frase del Artículo 1, “ Los Estados podrán conservar las actuales provincias o modificarlas, según sus necesidades territoriales.”; solo a un niño travieso y borracho, aparte de muy sádico, se le ocurre invitar a unos “estados” recién constituidos a conquistar provincias que “no han cabido” en su territorio. La invitación surtió efecto inmediatamente y las guerras cantonales de Cartagena contra Murcia, o ésta contra Alicante, etc, comenzaron denodada y fieramente, en una borrachera de intentos de conquista al vecino de al lado, sin un halo de sentido común que sólo llegó con la Restauración en 1875-76. 
Pues me temo que lo que está haciendo Sánchez es sembrar el terreno de agravios entre todos que pueden acabar con un estallido como ese. Cuando te retiran los medios de la razón y te montan un escenario surrealista sobre el que te has de mover - si un presidente loco decreta que la región catalana pagará menos impuestos pero recibirá igual o más servicios públicos -, lo único que se puede deducir es que no es una situación estable. Tarde o temprano se buscarán aliados contra tamaña sinrazón. No creo que esto pueda aceptarse sumisamente, sin que tarde o temprano surjan y se organicen grupos de agraviados, es decir, el resto de España. Este resto de España puede caer en la tentación de decir “y yo más”, enfrentándose al agravio con más particularismo regional. Ya hemos visto los últimos estatutos de autonomía aprobados… pueden incitar a Andalucía, por ejemplo, decir que ella lo mismo o más que Cataluña. Sueños locos hay muchos en España. Pero si el Estado central no asume su responsabilidad, esto destrozaría el Estado central inevitablemente, le vaciaría de recursos, y surgiría un escenario desconocido, pero quizás similar al endemoniado escenario de 1873. 

1) Por cierto, ¿qué tienen estos tipos, Zapatero y Sánchez, contra la Unidad de España? Un odio tan pendenciero no puede nacer más que de la imbecilidad, como dice Leguina, o de unas maquinaciones realmente perversas. Un malcriado como Monedero, analfabeto funcional aparte de aliado de Putin e Iran, se puede entender. 

viernes, 2 de agosto de 2024

Irreversible

Tengo la mala impresión de que lo que estamos viviendo es irreversible. No quiero que se interprete como una invitación a no luchar contra la riada. La lucha, oponerse, es lo único digno que queda por hacer.
Pero es verdad que hay muchos signos de que esto va p’alante a toda mecha. Y es que lo que cambia ya no vuelve, solo se transforma. Quiero decir que si la primera semilla de la ruina de hoy, que fue la inseminación del Woke, allá por lo años ¿80? Esa semilla se fue infiltrando, como dice Stanley Payne, sin encontrar resistencia, en todos los estamentos, instituciones, partidos políticos, escuela, universidades, etc, que al cabo de 50 años si no eres Woke eres un parias social. 
Y entonces el Woke es tan potente, tan inmisericorde, que lo único que puedes hacer para sobrevivir es declararte Woke y que no te pillen en un renuncio, porque entonces te aniquilan. Para empezar: eres sospechoso de partida, aunque hayas jurado sobre “Das Kapital” los sagrados principios del LGTBI+, que por supuesto llevan de por sí a la condena de todo lo que no sea, por resumirlo en una palabra, Guay, no binario, enamorado de tu yo, amante del selfie continuo de la vida, y ensimismado en tu ombligo al que cada dos por tres, sin motivo, le haces fotos y sientes un pellizquito de placer…
En fin, lo que se llama una liberación, un noman-nowoman nuevo, un ser que ya no tiene naturaleza pero tampoco historia, porque la historia recomienza todos los días. 
Hoy tenemos el ejemplo del candidato a vice del tíquet de Trump, un chaval que ha hecho lo que hacen en EEUU, como servicio a las armas, dura carrera, fogueado en competiciones políticas… pero, ay! El chaval es enormemente emotivo. Ha escrito un libro donde se descubre tras esa coraza inoxidable de varón republicano coriáceo, hay, oh Dios, un alma sensible y lacerante, un corazón que sangra, un sembrado ideal, en suma, para hacer un nuevo mix de sentimientos y votos bajo la bandera republicana. Creo que es lo que le faltaba a Trump para anular a Kamala Harris, una clásica del Woke fetén, el original con denominación de origen. 
Pues sí, las cosas cambian continuamente, se adaptan, a veces a velocidades inauditas. Claro, enfrentarse a unas elecciones como republicano de siempre sería una torpeza. Además, esto del Woke mola tanto! Es tan sutil, etéreo, y amable! Y aquí tenemos la lucha titánica entre dos candidaturas wokeanas, que lo de menos es quien ganará, sino cómo afrontarán los conflictos mundiales acechantes, como la guerra de Israel, la de Ukrania, Europa amenazada, etc. 
Esto es tan fluido como lo fue el cristianismo primitivo, que se enfrentó al imperio romano, pero que luego se fue adaptando hasta que Constantino “los metió dentro” y se hicieron con la maquinaria. Las cosas cambian, desde el tejado hasta el sótano. Luego, cuando haya un momento, se hace un alto para fijar las etiquetas y que no se despiste la gente. Se consolidan teologías. Lo importante es controlar las Almas y tirar un milenio. 

miércoles, 31 de julio de 2024

Juan Benet

Comentario pillado en “Londres victoriano”, de Juan Benet:

“Es sin duda la tensión, a veces ruidosa y a veces callada pero siempre manifiesta, de un pueblo que por la fuerza de los hechos se ha lanzado a una aventura que sus padres no habían previsto.”

Brillante, para mi gusto. Por otra parte, ¿no es siempre así, la historia como interminable hilo de consecuencias no deseadas?

martes, 30 de julio de 2024

El derribo de España

Algunos no se quieren enterar: lo ven como un agravio comparativo que habrá que compensar de otra manera… 
La propuesta de privilegiar fiscalmente a Cataluña con un régimen especial, prácticamente similar al del “Cupo” vasco, es la liquidación de una unidad económica de España y, por ende, política. 
No puede existir un país como tal con un sistema fiscal al albur de la fuerza negociadora de una región. El único sujeto fiscal posible en una democracia (o simplemente eficaz) es el individuo físico o empresarial - aunque este último sólo por razones de eficacia recaudatoria: porque lo racional sería cargar fiscalmente a cada individuo (el impuesto de sociedades es una aberración que obliga a doble imposición al empresario que paga sobre la renta algo que ya ha hecho sobre beneficios). 
En España, desde la transición, se han transigido regímenes especiales por razones espurias, como derechos históricos en beneficio de supuestos territorios con una “historia” diferente y superior a las demás. Por la misma razón se podría haber beneficiado a Extremadura por ser cuna de conquistadores que trajeron grandes caudales a la hacienda de la corona…
De todas formas, todos tragamos la excepción constitucional para País Vasco y Navarra porque, a nivel nacional, no eran muy significativos. Cataluña, de confirmarse el boquete del 20% que le van a hacer a la hacienda española, sería una carga insoportable para el resto de España, que cargaría con el gasto público decidido políticamente en Cataluña sin voz ni voto del resto de España.
El deterioro, además, no sería lento, porque resulta que este país tiene dos características que la condenan a un futuro siniestro; más aún si se consuma el oprobio. España tiene una deuda pública nada desdeñable del 141,9% del PIB (como expliqué aquí). A esto habría que añadir la deuda implícita, gigantesca, que generará el sistema sanitario y de pensiones si sigue ejecutando las aberraciones de este gobierno. La Seguridad Social está en quiebra técnica, que se mantiene gracias a un creciente endeudamiento, y ello pese a las exuberantes recaudaciones fiscales gracias a la inflación, lo que infla el PIB nominal que es con lo que se paga la deuda. Porque del PIB real, o deflactado, no se puede esperar mucho: somos el único país de la UE que no ha recuperado el PIB per capita previo a la la pandemia. En teoría, para que un nivel de deuda/PIB se estabilice, el PIB nominal ha de crecer igual o más que el tipo de interés devengado.
Y sí, estoy insinuando que la senda que lleva ahora mismo la deuda es de dificultades crecientes para pagar los vencimientos, si no se  da “a la máquina de hacer billetes”, que, como decía Keynes, es la forma más indolora de salvar la deuda, siendo las otras la confiscación fiscal, el default que reconoce la quiebra y la negociación, o la difícil conversión en deuda perpetua, si es que la economía florece y permite pagar los intereses penalizados. En todo caso, la inflación puede funcionar sólo cuando hay ilusión monetaria, y eso sólo se da si la inflación no pasa de tasas moderadas. Además, la inflación es un negociado del BCE; lo que no deja de suponerle un problema que haya países que se endeuden alegremente y se vea forzado a comprar esos títulos para evitar la crisis de huida hacia la liquidez.
En resumen, el atraco legal a España supondría que el 80% de la economía tendría que pagar los desmadres de sir Pedro y los que causarían sus majestades los catalanes… un disparate que sólo podría funcionar en sueños, es decir en una economía muy eficaz (que no somos, y cada vez menos), en una aceptación voluntaria de, por ejemplo, los extremeños (como el resto), de pagar sumisamente un 20% adicional del teórico servicio público que les da el Estado. 
Los españoles son un pueblo muy sumiso aparentemente, que aguanta hasta que estalla. 

domingo, 28 de julio de 2024

La oleada

Me temo que la trascendencia de lo que sucede hoy en Venezuela le importa una higa a los españolitos trasnochados. ¿Qué nos estamos jugando en Venezuela que nos pueda importar, en plenos juegos olímpicos y otros eventos deportivos que nos sorben el seso? 
En Venezuela, el chavismo/castrismo, apoyado por Zapatero y Sánchez, tanto como a la recíproca, ha lanzado un órdago convocando de mala gana unas elecciones que pueden perder. Se han visto obligados a hacerlo por la presión - no de Europa, no de España -, de los demás países sudamericanos, nada democráticos, pero hasta las narices de las olas de exiliados por millones que fluyen incontenibles, que huyen del apestoso régimen chavista. Ocho millones de venezolanos han huido para salvar su vida.
Este régimen indigno que apoya nuestro indigno gobierno, con tenebrosas operaciones como las famosas maletas de Delcy en Barajas. Delcy Rodríguez, vicepresidenta de Maduro; Maduro, heredero de Chávez por orden de Fidel Castro. Fidel Castro, sucedido por su hermano Hugo en la satrapía de Cuba, infame historia de una dictadura que está ahí instalada, matando de hambre a su pueblo, desde 1959. Infame tiranía, un día objeto de adoración por nuestros intelectuales de izquierda, seguidores, sin saberlo, de la política cultural-propagandística de Stalin, la más eficiente y menos escrupulosa, cuyos objetivos eran desorientar a las mentes más preclaras de occidente hacia el odio por la democracia y la libertad. Una propaganda muy eficazmente conducida desde el Komintern de Lenin con ese objetivo genial, no de elogiar al rudo campesino ruso, sino de teledirigir a los blandengues rebaños intelectuales “libres” hacia las salas de cine y ensayo donde se vilipendiaba la cultura democrática ¿democracia para qué? Era la idea dominante en nuestros opulentos países, ¡qué infamia, haber acabado con el hambre, con lo noble y espiritual que es! 
Y así, durante décadas, Fidel Castro fue cubierto de oropeles, sin importar que estuviera a punto de lanzar, en 1962, los cohetes nucleares rusos, instalados en Cuba, para acabar con el capitalismo kenediano de una tacada… Su fama brilló sin tacha hasta que murió en olor de santidad, no sin haberse encargado antes de dejar atado y bien atado el chavismo en Venezuela con el conductor de autobuses Maduro…
Todo se entrelaza, como ven. No hay puntada sin hilo en este sinsentido que es la historia (o si lo tiene, juro por los dioses que no hay nadie capaz de urdirlo). 
Si hay un vencedor en esta historia es la gran maniobra propagandística de Lenin y Stalin, ese Komintern dirigido por aquel Münzenberg, inculto sujeto pero dotado de un instinto único para saber a quien tener en nómina o a quien había que despachar. Una nómina larguísima, donde cabían desde Oppenheimer a Norman Mailer, de astros de Hollywood a premios Nobel, a los que se les alimentaba ese resorte antioccidental de que los primeros sospechosos son los ricos y los americanos. Llegó un momento que si no pertenecías a ese bando, tu carrera artística estaba en cuestión. 
Luego cayó el muro de Berlín, y hubo que buscar otros blancos a los que disparar, lo que fue fácil porque el ambiente ya estaba creado. 
Ambiente que ha ido invadiendo el territorio por oleadas de malintencionadas ideas en nombre del Woke, el Me Too, que han venido a florecer sobre las piedras derribadas del Muro de Berlín. Es difícil luchar contra esta infiltración insidiosa que se mete por todas la rendijas de las adormecidas conciencias rellenas de dibujos animados.

jueves, 25 de julio de 2024

La confusa (y politizada) economía de hoy

En “Project Syndicate” me encuentro con un artículo de Jeffrey Frankel. Intenta explicar el insólito movimiento alcista a la vez del dólar, la bolsa americana y el oro. Esos tres elementos, muy sensibles a las expectativas de todo tipo, no suelen moverse en la misma dirección.

“CAMBRIDGE – The US stock market has been on a tear over the past two years. The S&P 500 has increased by roughly 40% since President Joe Biden assumed office in January 2021 and, along with the Dow Jones and NASDAQ, is repeatedly setting new records. Moreover, the dollar has strengthened sharply against every major currency, while the price of gold surged to an all-time record of $2,470 an ounce earlier this month.”

La subida del oro denotaría una desconfianza hacia el futuro de la economía y/o la inflación. Una notable incertidumbre sobre estos indicadores básicos levantarían sospechas que se convertirían en una carrera hacia el oro, como de hecho ha sucedido. 
Pero esto es incompatible con la subida del dólar, que en tres años se ha apreciado un 14% frente a las monedas más importantes. Este alza del dólar desde luego es perfectamente compatible con la subida de la bolsa: una gran confianza en la economía americana atraería flujos de capital que apreciarían al dólar y se volcarían en acciones, haciendo subir las bolsas. 
Desde los años ochenta del pasado siglo, lo que mueven las divisas son los movimientos financieros a través del mundo. Es lógico porque en un solo día se mueven muchos más capitales que pagos por exportaciones e importaciones. Además, las materias primas son hoy activos tan especulativos como cualquier valor puramente financiero. 
Por eso choca que el oro, el dólar y la bolsa se muevan en paralelo. Porque el alza del oro señala un foco de desconfianza que casaría mejor con una caída de las acciones. 
La economía americana, contra todo pronóstico de principios de 2023, se ha portado excepcionalmente bien. La FED ha conseguido la proeza de controlar la inflación sin causar una recesión, que todo el mundo anunciaba, y además es lo que ha pasado siempre. Ésta vez, la inflación ha caído a cifras cercanas al 2%, mientras el paro ha seguido por debajo del 4%. Nadie se lo esperaba. La economía ha crecido por encima de su media de los últimos 24 años. 
Digamos que la política fiscal expansiva - y endeudadora - de Biden ha contribuido a mantener una demanda de consumo fuerte. Por su parte, los tipos de interés altos de la FED han contenido la inflación. Esto desde luego no explica la explosión del oro, valor muy solicitado cuando las cosas van lúgubres o peor…
Quizás esta turbiedad se aclare algo con las elecciones y lo que resulte de ellas. Porque por ese lado sí hay nubarrones que podrían estimular las compras de oro - sea quien sea el vencedor-: Trump quizás sea bueno para los negocios, pero para Europa y su economía podría ser la ruptura de la Alianza Atlántica que ha funcionado bien… hasta 1990, cuando cayó el Muro de Berlín y emergió en el horizonte China. Por cierto, este país ha estado maniobrando con sus aliados comunistas para quitar al dólar su privilegio en los mercados, la moneda más demandada. Para ello se han confabulado para comprar oro y revalorizarlo frente al dólar, pero les ha salido el tiro por la culata. La estimación de oro, cuya muerte se viene anunciando desde los años 1960, sigue teniendo muy buena salud, en mi opinión por una razón muy sencilla: en comparación con los demás países, EEUU siguen siendo una marca de confianza para el dinero del mundo, aunque desde luego muestre debilidades. Pero sabes que allí la propiedad privada se respeta, mientras que en China el gobierno no hace ascos a la expropiación. El dólar tiene el mercado más amplio del mundo, y es la divisa que se usa como referencia entre otras monedas: si quieres cambiar libras por coronas suecas, el precio es el que resulta de comparar el dólar/libra con el dólar/corona. Eso es así porque para muchas monedas no hay mercados entre ellas… lo que hace al dólar la más líquida del mundo. Y la marca EEUU, en comparación, las más valorada moneda. 
También habría que tener en cuenta que China ya no brilla como hace 20 años en el panorama económico. Ha tenido una burbuja inmobiliaria inmensa, todavía ni digerida, que quiere hacer tragar a su pueblo con un ajuste salarial por decreto. Por primera vez, la clase media china sufre una baja salarial y una abrupta caída del su patrimonio inmobiliario, y se sospecha que sus bancos están trufados de activos chungos. Un colapso que quieren sofocar con métodos marxistas, es decir, por las bravas. Eso podría explicar una parte de la riada hacia el dólar y el oro a la vez. 

miércoles, 24 de julio de 2024

El estado real de la España económica (II)

En un sencillo artículo de Rotellar, éste nos demuestra que España, aparte de su grave problema de incontinencia de deuda, del que hablé hace unos días, está a la cabeza de Europa en dos estadísticas sumamente importantes (y relacionadas negativamente con la solución de la deuda): una renta per capita que todavía no ha recuperado su nivel prepandemia, y la tasa de paro más alta de Europa. 




Esto tiene un enorme gravedad para nuestro futuro. El anémico crecimiento del PIB per capita denota una muy baja productividad del trabajo. La enorme tasa de paro quiere decir que no se emplea el recurso más importante, y por ende el PIB es mucho más bajo que el potencial. 
Esto no es un problema coyuntural que vaya a disolverse en unos trimestres. Es un problema estructural que condiciona el potencial del PIB futuro. Esto, a su vez, implica que en ese futuro la renta (o PIB) será regularmente inferior a la óptima para hacer frente al problema futuro de la deuda. Porque el problema de la deuda no se resuelve solo con parar el endeudamiento desbocado: es más, a largo plazo la mejor solución es crecer sólidamente y en capacidad de renta para cumplir con los plazos de devolución e intereses, de manera que la ratio Deuda/PIB decrezca.
Esto es aún más grave: en el artículo anterior yo hablaba sólo de la deuda presente, cifrada en 141,9% del PIB. Pero es que hay, aparte de otras partidas escondidas allí y allá (ejemplo: la deuda de las empresas públicas), unos pasivos futuros que son los crecientes déficits de la Sanidad y de Pensiones, con un gasto desmadrado y cada vez más necesario políticamente para retener los votos cautivos de los interesados, inconscientes de la insostenibilidad para sus hijos y aún sus nietos. Esto garantiza dos alternativas: o un tajo brutal en el gasto de estas partidas, o una quiebra del país… con el inevitable recorte, no menos brutal, exigido por los acreedores. 
No es el único país en estas condiciones, con un futuro oscuro en sus rentas pasivas y funcionariales, que habrán de ser segadas tarde o temprano. Pero España está empeñada en llevar el liderazgo hacia el tortazo. 


martes, 23 de julio de 2024

Los dioses se impacientan

https://theobjective.com/elsubjetivo/opinion/2024-07-23/mundo-ayer/
Invitación al olvido. Los dioses se están cansando de nosotros. Los hemos sustituido por idolillos con camiseta que cuesta un riñón porque las rediseñan cada temporada para que los padres se rasquen el bolsillo. Ya no hay Trascendencia con mayúscula; declaramos trascendentes a unos fugaces dioses del estadio. Ellos llenan esa sed de transcendencia que siempre ha mostrado el hombre (los animales también juegan, pero inocentemente). Son ídolos fugaces, rápidamente sustituidos por otros nuevos, a los que se les enfrenta aunque ellos no se odien. Se les estabula en marcas, equipos y colores que cuando hay un evento vemos vestir a todo el mundo. 
Decía George Steiner que no hay  verdadero arte sin “Presencias reales”: sin anhelo de trascendencia. 
Tantos siglos de avances científicos, y conocemos apenas la naturaleza humana, una idea de la que todo el mundo habla pero nadie conoce. Ésta expresión se refiere hoy a que hay un componente indefinible, quizás turbio, a veces místico, en el alma humana, imposible hoy de acotar y definir (Freud fracasó en su empeño de descifrarlo). Esa faceta se vuelca, como siempre ha sido, en el “pan y circus” romano, necesario para la paz social (por eso lo odian las izquierdas revolucionarias)… 
Lo que falla hoy es el vacío de Trascendencia. Cuando esto ha pasado, los dioses se han enfadado y han dado grandes sacudidas a la tierra para que les recordemos. Hace tiempo que los dioses tienen sed.

lunes, 22 de julio de 2024

La sociedad civil invisible

Antes de volver a la sesuda cuestión de la deuda pública, me gustaría hacer un comentario sobre este excelente artículo de García Domínguez sobre el mito de la “sociedad civil” catalana. Efectivamente, no existe esa mito que nos vendieron en la senilidad de Franco: la sociedad catalana era superior al resto de España porque tenía una sociedad civil inexistente en las demás provincias. 
Esto último era y sigue siendo verdad: en España hemos adolecido de una falta de vertebración social. Franco presumió ante Kissinger, cuando vino a verle en sus postrimerías para ver cómo veía Franco su posterioridad, y éste le contestó: “ya, ustedes quieren saber lo que va a pasar cuando yo me muera y, como le dije a su colega Vernon Walters, me ufano de haber legado al futuro algo que no existía antes: una clase media amplia y numerosa, que forjará una sociedad estable”.
Pobre: no le faltaba razón, pero él, como todo el mundo, no veía lo que iba a acontecer después de la agonía y muerte del comunismo en el mayor oprobio: su reconversión en una filosofía Woke que era mucho más potente que el comunismo ortodoxo, que no ponía cachondeo a nadie. La prueba es que todos los regímenes comunistas llegaron al poder mediante cruentos conflictos y exterminios. El modelo fetén lo implantó Lenin.
Lenin también inventó (no era tonto, pese a ser un psicopata) la propaganda indirecta , consistente no en hablar bien del comunismo, sino de utilizar a los intelectuales occidentales para contar horrores de la sociedad democrática, especialmente la americana. Y le salió muy bien, aunque se le fueron todos los recursos en eso, porque requería mucha gente en nómina…
Y perdieron en la oprobiosa caída del muro de Berlín, pero solo fue una batalla; han ganado la guerra cultural. Ahora somos una sociedad de lerdos que se debate entre si apoyar a Kamala Harris, o votar directamente al niño viejo llamado Trump. 
Aquí en España estamos en nuestras cuitas particulares, como no menos que Inglaterra, que se hundirá en el mar, Alemania que ha destrozado su orgullosa industria, la mejor del mundo o Francia, a dos pasos de tirara por la borda la V República tras 70 años de buenos servicios. Somos sociedades en extinción. 
El problema de hoy no es que ya no haya estadistas como De Gaulle, Adenauer, Churchill, etc. es que la batalla social para frenar la memez y la vulgaridad es irreversible. La bastedad se ve por la calle. Antes venían 40 millones de turistas al años medio decentes y gastaban dinero. Ahora vienen ¡100 millones! Y son unos zarapastrosos mal vestidos que no sé cómo, da igual que suba el petróleo a las nubes, siempre consiguen embutirlos en un avión o en un megabarco de pisos y llegar al fin del mundo haciendo selfies, que lo único que importa.

jueves, 18 de julio de 2024

Sobre el estado real de la España económica (I)

En el cuadro adjunto, tomado del Boletín estadístico del Banco de España, 


Podemos ver el estado más reciente de la deuda pública española, es decir, a deuda que pagaremos nosotros y nuestros sucesores a través de los impuestos. Aclaremos que para mayor sencillez representamos los valores en relación al PIB, que no es más que nuestra renta anual que nos permite afrontar los pagos periódicos cuando vencen. Cuanto más alto es el PIB, mayor capacidad de renta hay para saldar los devengos periódicos.
En la primera columna, que recoge el saldo vivo de deuda en circulación (es decir, emitido y no saldado), vemos que el volumen de Deuda/PIB ha alcanzado una gran velocidad de crecimiento. A final de 2007 la Deuda/PIB tan sólo era un 47,7%, es decir, menos de la mitad del PIB. El último dato conocido, primer trimestre de 2024, estamos en un 141,3% del PIB, un valor más preocupante. Es verdad que la Deuda ha pasado por momentos más graves, pero se debió a la Pandemia, que obturó los canales básicos de la producción y, por otra parte, obligó al Estado a afrontar gastos extraordinarios en atención a los más necesitados. Eso siempre pasa en situaciones catastróficas, y se asume una emisión extraordinaria de deuda que luego se espera ir consolidando a media que la normalidad vuelve. 
Pero el problema es que la normalidad ha vuelto, nos han abierto otras fuentes de financiación, como los Fondos de la UE, y pese a ello, el gobierno ha seguido emitiendo deuda con voracidad. Voracidad que no se ha traducido en grandes inversiones públicas o privadas (concertadas), todo lo contrario: la inversión no ha vuelto todavía al nivel de 2019 precio a la Pandemia, algo bastante chocante, porque la mayoría de los demás países europeos sí lo han hecho. Esto, además, ha repercutido en un estancamiento de la productividad, medida esencial para saber si la economía cumple con los mínimos requisitos para el presente y el futuro. España lleva una trayectoria nada brillante en productividad, que es la última garantía de crecimiento futuro. 
Desde que llegó este gobierno en 2018, se han emitido un total de 350 mil millones de deuda. A un ritmo de unos 60 mil millones por año. A esto, repito, a de añadirse los fondos teóricamente allegados y fiscalizados por la UE como ayuda a salir de la crisis de la pandemia, que son un misterio en cuanto a su canalización y destino final. Pero sí sabemos que en definitiva, las AAPP han dispuesto de una cantidad excepcional de fondos disponibles que, a falta de un rastreo contable pertinente de origen y gasto, el gobierno ha dispuesto libérrimamente de ellos sin distinción de sus consecuencias futuras en términos de cumplir con los devengos de lo que sea deuda y no menos con el destino marcado a priori por la UE para sus ayudas. 
Como verán el el cuadro, hay una columna, la 11, llamada Deuda según PDE (protocolo de déficit excesivo) que es la cifra oficial de deuda reconocida por la UE. De esos ajustes resulta una deuda muy inferior al bruto de la primera columna: 108,9%; una diferencia del 32% del PIB. ¿Está “ajustada a derecho” esta merma? En mi opinión no. Contablemente es irreprochable, pero no todo lo contable refleja la realidad. La merma se debe a una serie de pasivos que se excluyen de la cifra bruta, y a la consolidación del neto debido. Me explico: la deuda de las CCAA son en realidad papelitos que no tendrían venta en un mercado. Es decir: No tiene mercado: su valor es nominal y por ello el Estado central ha de comprarlas, transferir el dinero a ellas, y emitir deuda para poder financiar la operación. Si tenemos en cuenta que esa deuda comprada por el gobierno a la CCAA tiene valor nulo (las CCAA no tienen apenas capacidad para generar recursos propios), por ende, aunque contable mente es un activo del gobierno, su valor real es cero. Si este gobierno pusiera en venta esa activo contable, obtendría cero euros. Esa es la realidad. Por ello el valor de deuda real se acerca más a la cifra bruta inicial que a la oficial (y no es consuelo que esto pase en todos los países de la UE).
En realidad todos los países desarrollados nos hemos endeudado frenéticamente desde la crisis de 2008, que fue una crisis financiera gravísima que se taponó con deuda pública. 
En 2007 el % de PIB de los países desarrollados y de la UE tenían una deuda del 71% (España estaba en la coqueta cifra del 45%). 
En la tabla siguiente, tomada del FMI,  vemos com han evolucionado estas cifras:




Todos los países avanzados, europeos o no, han aumentado su deuda/PIB hasta el 11%. La UE hasta el 88,6%. Ergo, España está desviándose seriamente del resto de países del área euro, lo que obedece tener dos consecuencias. Una, que cada vez encuentre más dificultades para financiarse, en términos de coste de interés y plazo, y tanto para el sector público como el privado, que depende totalmente de lo que haga el gobierno, que representa siempre la deuda mejor cualificada. Dos, que dificulte la política monetaria del BCE, quien posee ahora mismo unos 359 mil  millones  de deuda española (si, casualmente lo que ha aumentado el saldo de deuda el señor Sánchez; que es como decir que el BCE ha monetizado la deuda de Sánchez). No olvidemos que España es el segundo país con mayor inflación de la Zona Euro, por lo que técnicamente el BCE debería estar vendiendo deuda española para subir los tipos de interés y enfriar la demanda. Es decir, el BCE está en una posición muy mala para reconducir la inflación española sin provocar un empeoramiento de las condiciones de financiación y un posible crowding out (efecto expulsión del mercado de fondos prestables de las empresas menos cualificadas). 

martes, 16 de julio de 2024

Vox se quita la careta

Al fin Vox se ha decantado de forma definitiva. Ya no hay marcha atrás: Vox ya no es un partido de derechas a favor de la unidad de España y la devolución de competencias de las CCAA al gobierno central. Al menos esta era una propuesta que tarde o temprano, por necesidades financieras (y de otra índole) tendría que plantearse. 
Pero esos son consideraciones prácticas que ya no vienen al caso. Vox ha decidido quitarse las caretas de la ambigüedad y ha mostrado la faz que venía ocultando durante estos años de transfuguismo disimulado: de repente se ha aliado con la derecha más extrema en Europa ¡que resulta ser la amiga de Putin! y ha tomado distancias con el PP, dejándole en la estacada en varias CCAA y ayuntamientos en los que ambos gobernaban. Lo que se murmuraba del núcleo era cierto: el “Yunque”, secta radical religiosa de origen no español, existe y controla al partido con mano de hierro, la mano de Buxadé. 
Buxadé es un falangista con todo lo que eso implica. La Falange fundada por José Antonio estaba inspirada en Mussolini, y tenía una mezcla de catolicismo rancio (José Antonio era un ferviente católico), junto con una propuesta idealista de un mundo de pequeñas empresas familiares, financiadas benévolamente por bancos nacionalizados, no opresores con los pobres y sudorosos trabajadores. Una visión idílica, no amenazante, cuyo único - y mayor defecto - es que ese mundo no existe. Ni existirá esa mezcolanza boboncia de comunismo con una Arcadia feliz, sin oligarcas, en la que nadie es más que nadie y en la que una autarquía tendría a todo el mundo trabajando solo para España. José Antonio, por lo que sé, era buena persona, pero eso no garantiza que viera la realidad como es. Leyendo los discursos y ensayos de José Antonio se infiere una mezcla de buenas intenciones totalmente ineficaces que definen una utopía. 
Pero Buxadé es un tipo brillante, que no va a pecar de ingenuo. No va a darle vueltas al molino de las cogitaciones de Primo de Rivera, que solo sirvieron para vestir el régimen militar de Franco desnudo y necesitado de carta de presentación - ideología - en sociedad. La falange, durante un tiempo, ya sin José Antonio, hizo ese papel de disfraz: había un ideal, uniformes, himnos, que eran absolutamente necesarios. Se inventó esa falacia del “Movimiento”... Si alguien traicionó a la Falange y la usurpó fue Franco. 
Ahora Vox va a hacer lo mismo: usar una nueva versión amable de lo retro. Pero no va a ser fácil casar la pretendida Unidad de España con la alianza con Putin, de quien se ha demostrado que ayudó y asesoró a Puigdemont en su golpe de estado a España en 2017. Eso no es moco de pavo: una autócrata ayudando a un loco separatista a dar un golpe contra España. ¿Si lo llega a conseguir y nos encontramos con una republiqueta catalana teledirigida por Moscú? Qué soponcio, no? Y no solo para España, claro…
Pues eso, a ver quién se traga esa píldora indigesta de patriotismo ultra aliado a Putin. 

Las conspiranoicas calenturientas

Arcadi Espada, hoy en El Mundo, sobre el atentado a Trump:

 Contra mi costumbre, el sábado antes de dormir eché una última ojeada a las webs noticiosas. Trump estaba dando un mitin y de pronto empezó a sangrar por una oreja. Pero en todas las que vi se lo tomaban con una cierta tranquilidad. Estaba bien. La bala era de pequeño calibre. Había algo en lo que las webs coincidían, incluida la del Times: aparentemente había sido un atentado. Aparentemente. El frame duró muchas horas. Al día siguiente, las ediciones impresas de este periódico y del otro lo mantenían. Vete a ver si el tramposo no lo había urdido todo. Reforzaban la sospecha los impresionantes fotogramas de sus hilos de sangre en la cara, con el cuerpo aplastado por los miembros del servicio secreto pero, aun con todo, blandiendo el puño y gritando fieramente: «Fight, fight, fight!» [¡Luchad!]. Tan absolutamente excepcionales que más parecían una depurada ficción que un hecho por completo inesperado. El paso del tiempo empezó a dictar sentencia. La bala no era de pequeño calibre sino la propia de un sofisticado fusil AR-15. El fotógrafo del Times Doug Mills incluso había captado su estela, en una foto inverosímil. Y el asesino yacía muerto sobre el tejado desde donde disparó. Pero la sentencia era tardía. Las teorías de la conspiración más obstinadas se alimentan de esos instantes primeros. El conspiranoico cree ver en el origen del suceso la verdad inmaculada y en los relatos posteriores solo un vano intento de enmascaramiento. Este atentado dejará leyendas exuberantes. No solo entre los que creen que Trump fabricó la escena, sino también entre los que divulgan que todo lo ordenó Joe Biden y, como el viejo tembloroso que es, falló el tiro. Pero los delirios de las redes solo divierten. Lo importante son los sesgos veraces de los medios. No leí -ni he leído- un solo titular que dijera: «Trump, a punto de morir en un mitin». Sí he visto muchos otros que vienen a decir, para resumirlos: «Trump, herido leve». Casi un accidente doméstico. Y lo más importante de este fin de semana y de muchos fines de semana no es la sangre en la oreja ni el puño levantado, fight, sino que Donald Trump ha estado a punto de morir. A punto quiere decir, exactamente, que no está muerto por milímetros. Tantas estupideces diarias sobre el inicio de la guerra civil en Estados Unidos y desaprovechan el momento Sarajevo para desencadenarla. Si Trump hubiera muerto en Butler, Pensilvania, lo habrían enterrado, y ya. Aun así, es crucial observar el fútbol en circunstancias como esta. La minúscula distancia entre que el balón llegue a la red o salga rozando la oreja, y la inmensa diversidad de las consecuencias que separan una cosa de otra.”

domingo, 14 de julio de 2024

MENAS como solución a nuestros problemas

Sobre los menas y otras argucias de la izquierda.
Un inmigrante de patera no es solución a nuestros problemas social-financieros. No sustituye exactamente a los trabajadores que se van jubilando y dejando un hueco cada vez más grande. No tienen, como se decía antes, “ni oficio ni beneficio”. No tienen la cualificación de los que se van jubilando - o los que se van a otros países que pagan mejor. Por ejemplo, un MENA de 24 (sic) años no viene a sustituir un médico o enfermero español que se va a Londres. No. Un MENA (24 años) es una persona que confiesa que recibe 1500 euros al mes y “se mete en líos”. 
O sea, de entrada un inmigrante nos cuesta más que el salario mínimo por no trabajar. 
La solución para España (y Europa) no es importar 25 millones (Banco de España digital) 
en 2050. Por la sencilla razón de que “eso” ya no sería España. Como Francia ya no es Francia, Inglaterra ya no es Inglaterra desde hace un par de décadas. Ustedes verán.


sábado, 13 de julio de 2024

Secular stagnation. Releyendo a Larry Summers

 Hace más de una década el economista Larry Summers lanzó un hueso duro de roer a los economistas de la Mainstream. Estábamos enfrentándonos, según él, a un futuro económico nada halagueño para etiquetar el cual inventó la expresión “Secular Stagnation”, o estancamiento secular: un largo periodo en el que ya no volveríamos a disfrutar como en el periodo de postguerra, sesenta años de crecimiento fácil y, desde 1990, sin la pesadilla de los setenta, la inflación. Un futuro no optimista, pero mejorable con las políticas económicas adecuadas.
La cadena argumental de Summers partía de una decadencia poblacional acelerada que condicionaría todo lo demás. La caída y envejecimiento de la población en los países ricos (especialmente los occidentales), se traduciría en una caída de uno de los factores básicos (capital, trabajo, tecnología, más un épsilon que recoge cosas no medibles como el know how): la mano de obra, pero no sólo. Además, también se asistiría a una constante caída de la demanda, lo que invitaría a los inversores a bajar sus expectativas en un mercado cada vez más estrecho para sus productos. Por eso habría que añadir que la menor inversión en capital llevaría a una debilidad de la productividad, factor clave en el pasado para llegar al gran nivel de bienestar alcanzado antes de la Gran Crisis de 2008. 
Estas circunstancias menguarían las oportunidades de invertir rentablemente; habría un exceso de ahorro difícil de colocar, por lo que los tipos de interés caerían, en parte porque el exceso de ahorro se dirigiría a la compra de títulos financieros, con lo cual los precios de éstos caerían, llevando el tipo e interés a caer muy por debajo de lo normal en los años “virtuosos”.
En suma, estábamos, según Summers, ante un futuro con una baja productividad (que es la pieza clave que determina el nivel de salarios, beneficios, y el cupo que la sociedad quiera dejar a gastos sociales), población en caída imposible de frenar, falta de incentivo a invertir en capital físico y tecnología… una sociedad decadente en suma, pero gestionable para reducir otros riesgos mayores. 
Ha de resaltarse el horizonte a largo plazo que proponía Summers para sus predicciones. Digo esto porque la economía mundial estaba, en efecto, cuando formuló su tesis, en un periodo post crisis de escaso crecimiento, precios casi deflacionistas, intereses muy bajos que, desgraciadamente, los gobiernos no dejaron de aprovechar para una masiva emisión de deuda, con la excusa - totalmente inválida - de que había que compensar la causa de la demanda privada. Obviamente esa deuda no se empleó bajo un criterio condicionante de que fuera productivo (en EEUU la productividad se calcula para el sector privado). 
La pandemia de 2020-21 vino a emborronar el cuadro, y los gobiernos volvieron a elevar su deuda, con la excusa de reforzar la política de los bancos centrales de dar muchas facilidades de liquidez para que la economía no colapsara del todo. Por una u otra razón funcionó, pues la caída de la economía fue muy intensa, pero muy breve, salvándose el peligro, como en 2008, de una larga convalecencia: no hubo una gran deflación y contracción, con altos niveles de desempleo, como en la Gran Crisis de 1919, en la que los economistas y los políticos no acertaron a ponerse de acuerdo, haciendo por ello más intensa y duradera, a nivel mundial, una contracción que generó el profundo malestar que propició la paralización política que llevó a guerras civiles y, finalmente, la II Guerra Mundial. 
No quiero decir que la crisis económica, agravada decisivamente - por la impericia de economistas y políticos -, fuera la causa directa de la II WW. La crisis deflacionista se quiso curar con la reimplantación del Parón Oro, lo que fue un inmejorable acelerador de la deflación.
Pero la crisis sí pudo ser el caldo de cultivo del malestar que disparó la polarización de unos gobiernos muy extremistas que degeneraron en psicopatías en el poder como Hitler, Mussolini, y sus oscuros compañeros de izquierdas y derechas que entraron encantados en un conflicto que podría habrá acabado con la civilización.
Tal como en 1920-sig, hoy estamos en un mundo descontrolado al que los políticos han desistido (en gran parte por incapacidad) de encauzar por senderos de sensatez, virtud ésta que ha dejado de pisar la tierra. Un mundo en el que el ciudadano se ve obligado a elegir entre los dos extremos, izquierda y derecha, aunque no como se entendían estos términos hasta hace poco, sin que se vislumbre una oferta medianamente plausible.
Un mundo que empieza a sospechar, con temor, que se le viene encima una amenaza bélica y tiene que invertir en armamento (de momento disuasorio), cosa bastante difícil con unos gobiernos tan endeudados. La desviación de recursos cada vez más escasos hacia la defensa rebajará el nivel de vida y aumentará la inflación, que siempre hace acto de presencia en periodos amenazantes, pues la inflación siempre ha sido un buen lubricante cuando los gobierno son absolutistas y tienen que quitar ingentes cantidades de renta a unos para dárselo a los combatientes. Si no lo han pensado ya, sí, nos acercamos a un Gran Hermano como el que nos predijo George Orwell en “1984”, acertada visión de cómo sería un mundo gobernado por dos o tres autócratas dotados de infinitos medios informáticos, interesados en mantener un ambiente bélico que justifique sus dictaduras. 
En esta contingencia, cualquier tesis como la Secular Stagnation salta por los aires, porque el amenazante corto plazo lo emborrona todo, impide ver lo que se nos viene después.