"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

sábado, 30 de julio de 2016

Mega optimismo sin base

En Juan A Beño, una gran exhibición de optimismo que ya salta a los ojos en el título, "Un gran mercado alcista ha nacido, pese a quien le pese" (I) . Tengo que confesar que no entiendo el asunto técnico del chartismo, así que no voy a decir nada. Tan solo diré que no creo que se puede ser optimista cuando la bolsas están tan alejadas de las proyecciones futuras de la economía  real. Quien más quien menos, ve un futuro de baja intensidad, con la inversión paralizada, lo que lógicamente frena la productividad. Esta productividad sería esencial para compensar las lúgubres perspectivas demográficas -y estas sí que son fiables-, porque el aumento del producto es la combinación acertada de aumento del trabajo y Productividad. Esto es pura aritmética: el PIB es igual a capital más trabajo más productividad. 

En el gráfico vemos el PIB nominal USA desde 1947 y la capitalización bursátil desde ídem. 

 

Como ven, la capitalización bursátil ha ido por debajo del PIBN hasta hace bien poco, precisamente cuando las turbulencias financieras han empezado a dar el coñazo y arruinar a la gente. Crisis del 2000: 50% de caída de la capitalización. 2008: más del 40%, a lo que habría que añadir la caída de otros activos, como las viviendas. 
También observamos que la bolsa está ahora otra vez en un nivel muy superior al PIB, quien, por su parte, ha bajado un escalón importante en su tendencia a largo plazo. Este efecto escalón más claro si acorto  el periodo del gráfico

 
Para recuperar la pujanza, lo primero sería que la inversión remontara, pero está cayendo, como vimos en el post anterior 

 

En suma, a ese optimismo desbordante sobre la bolsa, no le veo fundamento alguno. Que los tipos de interés estén bajos son signos evidentes de la falta de demanda de inversión, no de optimismo. Pero, ¿saben que les digo? Ojalá me equivoque. 

El PIB español. Un rayo de esperanza

Aquí, el resultado de una conversación que mantuve con mi amigo Mario, sobre el último dato de PIB. Sostengo que el gobierno ha tenido la inmensa suerte de no ser penalizado por Europa, y ya dije que eso se podía enlazar con lo que dice AE-P  de que se huele una actitud de rendición ante el fracaso del austerismo, lo cual se traduciría en más impulso fiscal de los principales países, lo que a su vez daría un chute a la economía que podría ampliarse en 2017. Eso sería la derrota del dogma del euro, y por otra parte la única manera de mantenerlo vivo. 
Sí, amigos, el euro será querido y estimado por el pueblo porque consienta en cada país i) la inflación compatible con el pleno empleo, ii) flujos de capital de norte a sur, iii) revisión de las deudas de algunos países que obviamente no pueden pagar. 
Esto es obvio que enlaza con el mea culpa del FMI  algo que abre más puertas a un cambio de paradigma. Menos Lucas y más Keynes. Quizás me equivoque. 
Es un rayo de esperanza, que esperemos no llegue demasiado tarde. 
 

Eclesiastés

Todo es vanidad

 Palabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusalén. 

Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vanidad de vanidades, todo es vanidad. 

¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol? 

Generación va, y generación viene; mas la tierra siempre permanece. 

Sale el sol, y se pone el sol, y se apresura a volver al lugar de donde se levanta. 

El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. 

Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. 

Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. 

¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol.(Reina-Velera)


Hay cosas que cambian y cosas que no. Yo he visto cosas cambiar, y no ser reconocida por los hombres sabios, que por ello dejaron de ser sabios. 
Una cosa que no he visto cambiar nunca, en cuarenta años de experiencia, es el fracaso de los vanos intentos de los gobernantes de intentar forzar las fuerzas de la economía. La más nefasta ha sido el empeño de fijar los tipos de cambio como signo de seriedad y fortaleza.  ¿Por qué lo han hecho? Por aceptar malos consejos de mediocres economistas. "Señor, les han dicho, controle el valor de su moneda, y todo se le dará por añadidura: poder, felicidad del pueblo, dominio sobre los ciclos de vacas flacas y vacas gordas. ¿Quién puede resistir esa tentación? 
Sin embargo, es una llamada al fracaso a plazo. El signo verdadero de la moneda frente a las demás ha de cambiar forzosamente con los ciclos. Los ciclos son ineludibles. Son fuerza en movimiento no bien conocidas, que los economistas se ha  encargado de emborronar. Esas fuerzas están desatadas tanto por factores reales como factores financieros. Decir que un tipo de cambio fijo se va a mantener incolume ante estas fuerzas, es vanidad de vanidades. 
Al principio, parece funcionar. Véase el comienzo del euro. Todo parecía ir sobre ruedas bien engrasadas. Se asumió que ahora, con la misma moneda, ya no importaban los desequilibrios se balanza de pagos (lo que no dejaba de ser arrogante, porque la moneda no abarcaba al mundo entero).
Como profesional he asistido al fracaso sistemático de todos los intentos de fijar el tipo de cambio con el fin de atraer capitales con la promesa de que siempre iban a recibir, cuando quisieran salir, exactamente el mismo precio por sus capitales en su moneda de origen. Vanidad de vanidades. 
Al principio funciona, porque aplicas una devaluación antes de fijar el tipo de cambio. Es decir, devalúas, haces tus productos muy competitivos, y por ende, a los productos que fabricarán  los capitales exteriores van a instalarse aquí para aprovechar ese nuevo precio ventajoso frente al extranjero. Y se produce un arreón de optimismo, todo sube, la economía crece, los precios también. El gobierno usa y abusa de la ventaja obtenida acumulando reservas exteriores; está obligado, para sospeche empleo tipo de cambio contra la fuerzas que ahora lo empujan a apreciarse. 
Hincha pecho, les dice a sus votantes: "mirad, el paro está más bajo que nunca, estamos creciendo como nunca, y se están haciendo más viviendas que ñas ue jamás se han hecho". No dice que el precio de esas viviendas sube y sube, porque el crédito es barato y abundante, gracias a las entradas de capitales. Ganan elecciones. O no, porque es un país como China, donde hay una dictadura. 
Pero los ciclos son ciclos, es decir, vienen y van. El aleteo de una mariposa en una esquina del mundo, o la subida de tipos de interés de un país lejano, como EEUU, empieza a dificultar mantener posiciones de riesgo en el resto del mundo. Se enfrían las entradas, empeoran las salidas de capitales. Los precios han subido tanto, que el tipo de cambio inicial ya no es competitivo. Aumenta el déficit de balanza de pagos a niveles astronómicos, pero "no importa" dicen "estamos en el euro". Cuando el problema es precisamente que estando en el euro, que nos impide reponer el equilibrio interno/externo. 
A todo esto hemos acumulado un deuda externa inmensa, debido a las entradas de capitales. La solución sería devaluar -que reduce el coste salarial rápida y eficazmente - renegociar la deuda, atraer nuevos  capitales por la bajada del coste interno, y volver a poner la economía en marcha y crecer. Otros, los "liquidadionistas", dicen que lo mejor es liquidar todo, lo bueno y lo malo. Que el euro ni tocarlo, porque es el "futuro". Y nada de políticas fiscales anti cíclicas, ni siquiera estabilizadores automáticos, lo menos que se puede esperar para transferir el coste del ajuste del sector privado al público, el único capaz de diferir en el tiempo y suavizarlo. 
Toda esta confusión de confusiones se basa en un concepto erróneo de la naturaleza humana, que dice: "el hombre básico es racional, y se ajustará igual por el camino duro que el blando". Nada más falso. Por ejemplo, una persona, o millones, que pierden su trabajo a los treintaitantos años, y pasas siete ocho años en paro, y no tiene niguna esperanza de entrar de nuevo en el mercado de trabajo a los casi cuarenta porque nadie le quiere? Y así millones. Esto produce un efecto llamado histeresis, que dice cuanto más dura el paro, más aumenta. Se van acumulando capas de parados que llega un momento que no tienen salida. Ni ayuda al desempleo, por cierto. 
Y esta es la gran mentira que hay que denunciar, ahora que el FMI ha entonado la autocrítica, y ha dejado desnudo al rey del cuento. 
Hay que denunciar, hay que exigir cambios, no es excusa que la mayoría de la gente no sepa economía ni le interese. Hay que saber que el malestar social y la debacle política de los populismo tienen una razón explicable. 
Repito: nunca he visto una historia de tipo de cambio fijo que no se haya desarrollado así: euforia, desequilibrios acentuados por el tipo de cambio fijo, caída y una de dos/ levantarse y sacudirse el polvo, renunciando a lo imposible, o seguir cadavérico hasta el final. Créanme NUNCA. O el gobernante controla a TODAS las fuerzas que determinan el tipo de cambio, lo que obviamente es imposible, o se hace el más espantoso de los ridículos. 


viernes, 29 de julio de 2016

Cosmopolitismo versus nacional(ismo)

En este artículo de Cristina Losada, un buen análisis -como todos los suyos- de lo que Ignatieff llama la lucha del siglo XXI.

EEUU y la inversión

En Marcus Nunes et al, hay un recomendable análisis del último PIB de EEUU. A mí los que más me preocupa es la marcha  la inversión privada en caída libre, lo que viene a a corroborar las tesis de Larry Summers -altos beneficios, baja inversión, pese a tipos de interés cero- de estancamiento secular. 

 

Los autores del informe se centran en la crítica a la FED, pero, evidentemente, hay más cosas. El panorama es keynesiano sin paliativos, y sólo las bajas expectativas empresariales sobe el futuro pueden ser la base de este desastre. ¿Desastre? Sí, desastre, pese a que EEUU es el país que antes y mejor salió de la crisis. Algo huele a podrido en el reino de Dinamarca: la confesión del FMI comentada en el post anterior debería extenderse a muchas instituciones. 
A continuación, las variaciones anuales de la inversión privada, flanqueada por la a barras grises de las recesiones. Que cada uno piense lo que quiera:

 

Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa... Pero no tanto

El FMI, en un informe interno, 

 

ha entonado una confesión de errores encadenados en los rescates en los que participó en la crisis del euro, según nos cuenta aquí Ambrose Evans-Prichard. Lo que le faltaba al euro: un reconocimiento explícito, negro sobre blanco, de que no se podía hacer nada con la "infamia de la devaluación competitiva", pues sencillamente no se puede recuperar un 30% de competitividad a base de contraer la demanda interna, lo que lanza exponencialmente la deuda acumulada. Cuando el problema es una Debt Deflation, justo lo que se necesita es lo contrario: aumentar la demanda interna, que el estado absorba con su deuda la deuda privada, y que la inflación resurja para reducir el peso real de la deuda/PIB. Dice Ambrose E-P, 

TThe International Monetary Fund’s top staff misled their own board, made a series of calamitous   misjudgments in Greece, became euphoric cheerleaders for the euro project, ignored warning signs of impending crisis, and collectively failed to grasp an elemental concept of currency theory. 

This is the lacerating verdict of the IMF’s top watchdog on the fund’s tangled political role in the eurozone debt crisis, the most damaging episode in the history of the Bretton Woods institutions. 

It describes a “culture of complacency”, prone to “superficial and mechanistic” analysis, and traces a shocking breakdown in the governance of the IMF, leaving it unclear who is ultimately in charge of this extremely powerful organisation. 

Tremenda confesión que ciertamente se agradece, aunque las amargas víctima de los fallos -véase Grecia-  no se consolarán por eso. 

"In an astonishing admission, the report said its own investigators were unable to obtain key records or penetrate the activities of secretive "ad-hoc task forces". Mrs Lagarde herself is not accused of obstruction.

“Many documents were prepared outside the regular established channels; written documentation on some sensitive matters could not be located. The IEO in some instances has not been able to determine who made certain decisions or what information was available, nor has it been able to assess the relative roles of management and staff," it said.

El informe independiente no se muerde la lengua a la hora de buscar los orígenes de la sumisión -porque es una sumisión- del FMI a los dogmas de las bondades ilimitadas del euro:

The report said the whole approach to the eurozone was characterised by “groupthink” and intellectual capture. They had no fall-back plans on how to tackle a systemic crisis in the eurozone – or how to deal with the politics of a multinational currency union – because they had ruled out any possibility that it could happen.

“Before the launch of the euro, the IMF’s public statements tended to emphasise the advantages of the common currency," it said. Some staff members warned that the design of the euro was fundamentally flawed but they were overruled.

“After a heated internal debate, the view supportive of what was perceived to be Europe’s political project ultimately prevailed,” it said.

This pro-EMU bias continued to corrupt their thinking for years. “The IMF remained upbeat about the soundness of the European banking system and the quality of banking supervision in euro-area countries until after the start of the global financial crisis in mid-2007. This lapse was largely due to the IMF’s readiness to take the reassurances of national and euro area authorities at face value,” it said.

The IMF persistently played down the risks posed by ballooning current account deficits and the flood of capital pouring into the eurozone periphery, and neglected the danger of a "sudden stop" in capital flows.

El Sudden Stop, cuyo momento álgido de máximo riesgo fue el año 2012, el de la crisis de los bonos, se convirtió en una crisis de creciente desequilibrios exteriores entre países del euro, desequilibrios que han seguido aumentando. El BCE de Draghi frenó la sangría, y salvo al euro de uña norte cantada. Pero los problemas de fondo que genera el invento no se han solucionado. 
Recuerden lo que día  hace unos post sobre que de nuevo hay indicios de fuga de dinero en Italia y España en los débitos y créditos acumulados en el Target2, o cámara de comercio pensarían interbancaria del euro. 
 
 
http://www.miguelnavascues.com/2016/07/target-2-prosiguen-las-huidas-de.html

Lo mejor, el comentario de Christine Lagarde al IEO:

Overall, the conclusion I draw is that the Fund’s involvement in the Euro Area crisis programs has been a qualified success.  

 ¡Eso sí que es el paradigma del eufemismo! 



Indiscutible



LO­CO­MO­TO­RAS DE DIS­COR­DIA
'ABC' - 2016-07-29
La hos­ti­li­dad en­tre po­lí­ti­cos so­lo es el re­fle­jo de los odios que unos cul­ti­van y otros to­le­ran
HER­MANN TER­TSCH
ERA el día de ayer uno muy especial para los maltratados nervios de los españoles. Ellos ya empiezan a notar claramente, pese a las celebradas cifras de la EPA y del PIB, los inquietantes indicios de que España puede estar en el umbral de otro batacazo monumental. Político, económico y en su convivencia. Y tienen miedo. Lo que no parece importar demasiado a ninguno de los contendientes en los navajeos de estos pasados meses.
Todos parecen empeñados en ganar en el jueguito que tanto admiraban algunos en aquel guardián de discoteca griego con conocimientos contables que se llamaba Yanis Varoufakis. Él jugaba a lo grande en esa teoría de los juegos en la que se decía un gran experto. Presumía de que Angela Merkel acabaría asustándose y dejaría paso a su locomotora griega en el cruce. Y entonces tendría razón y habría ganado. Como se sabe, no fue así, la locomotora de Merkel pasó por encima a la griega de Varoufakis y de su jefe Alexis Tsipras. Y este ahora sobrevive, sin locomotora propia, escondiéndose de noche de los votantes de su partido y presentado cuentas por la mañana ante los contables extranjeros.
Pues, pese a sus resultados poco reconfortantes para aquel matón de camiseta, nuestros políticos están empeñados en emularlo. Llevan siete meses apostando a ver qué conductor de locomotora se asusta antes. Siguen sin corregir rumbo y es previsible que todas las locomotoras de juguete choquen y estallen en la cabeza al españolito de a pie. Ese que no acaba de creerse el espectáculo de egoísmo, mezquindad, falta de patriotismo y pasión cainita que se ha apoderado de todos los políticos en un espectáculo que parece una grotesca traca final en que se escenifica en clave de negra humorada el hundimiento de un sistema que nos había concedido estabilidad política y paz civil. Mariano Rajoy dijo ayer que intentará sumar lo que no ha sumado. Quiere hacer lo que todos quieren impedirle. Todo menos irse. Y la alternativa es profundizar en el lodo. Las terceras elecciones acabarán por destruir los aprecios que se mantienen vivos y dispararán la discordia.
Es posible que el día en que algunos decidieron usar de nuevo la guerra entre españoles para ganar elecciones se diera ya un paso irreversible. Se comenzó a despreciar el pacto de buena fe de hace cuarenta años. Ya nadie parece saber qué es eso de la buena fe. La hostilidad entre políticos solo es el reflejo de los odios que unos cultivan y otros toleran. Y ahora estalla la siguiente carga que es el nuevo paso de la sedición de una clase política golpista catalana alimentada y mimada desde Madrid. Financiada y protegida en su impunidad, pese a la cada vez mayor contumacia en el delito.
Ayer se atrevía el PP a publicar un tuit que parecía una provocación gratuita: «El Estado vigila para que ni un euro de los españoles vaya al proceso independentista». No hay necesidad de insultar a la gente con mentiras tan obscenas. Cuando el proceso golpista en la Generalidad gasta ingentes cantidades de dinero para la destrucción de España. Otro tuit, este de Rajoy, anunciaba también ayer: «El Gobierno seguirá actuando con firmeza y proporcionalidad para garantizar el cumplimiento de la ley en Cataluña». ¿De verdad que necesitan ofender con frases en las que no hay verdad ninguna? ¿Qué proporcionalidad frente al golpe de Estado en marcha? ¿Qué firmeza en defensa de la ley cuando no se cumple ninguna y todas sus violaciones han sido impunes hasta hoy? Nadie sabe cómo acabará esto. Muchos creemos que no puede ya acabar bien. Pero los españoles se merecen, en estos momentos de discordia y zozobra, algo de verdad y un mínimo de respeto. Nadie parece querer darlos.

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jueves, 28 de julio de 2016

Nuevo enfoque keynesiano para la economía mundial

Habrán visto que Bruselas no multa a España por su déficit galopante. Ambrose Evans-Prichard nos informa que, gracias al Brexit (la excusa perfecta), la moda ha cambiado: se acabó la austeridad y el austerismo. Todos lo países importantes se ha  lanzado a una inconfesable política keynesiana del gasto, a tipos de interés cero. 

Entonces, debo reconocer, si soy coherente, que me he equivocado en mi pesimismo, y que la segunda mitad de este año va a ser la bomba. Gasto público directamente financiado con dinero barato es como droga en vena. Aumentará la economía sí o si, el empleo, y por supuesto, las bolsas. 

Unos países, como EEUU, necesitan inversión pública. Otros, como España, no. Pero el efecto mundial será una bomba de optimismo, y unos ordenada y otros desordenadamente crecerán. 

Eso sí, jamás confesaran que hasta ahora lo han hecho mal. Seguirán hablando de la necesidad de controlar la deuda, o se inventaran otra milonga, pero el euro se salvará por segunda vez, y nosotros de paso. 

Draghi puso la primera piedra con su "What ever it takes" de hace justo cuatro años. El relevo ahora lo toman los gobiernos. Desesperados (la peor manera de decidir las cosas) pero es que la criatura se les va por el desagüe. 

Ahora, a rezar para que el crecimiento y La Paz social sean suficientes para frenar los populismos en Europa, y para que ese PIB crezca más que lo hace el déficit. A ver si nos da para unos años de vacas gordas después de siete de vacas flacas y apestosas. Lo necesitamos, aunque sea no confesado abiertamente. Estábamos al borde de la desesperación. Ojalá sea cierto. 

Pokémon

 A riesgo que me llamen gilipollas, he de confesar que todavía no he entendió lo que es Pokémon. He preguntado, me han explicado, pero a las primeras palabras he bostezado como una vaca y no he conseguido seguir el hilo. He intentado leer algo de lo que se habla tanto, y se me ha caído la cabeza en el regazo. Nada. 
Dentro de poco no entenderé nada de lo importante del presente. Hay un lío de juego informático  para niños y acciones que suben y bajan que por la radio han comentado tres tios muy enterados, y tan enterados estaban, que no les he entendido. Ah, sí, eran periodistas, o sea, divulgadores. Pero el periodista ahora se ha pasado a las trincheras del experto, al que se llama urgentemente cuando hay que divulgar algo. 
Debe ser que a mí Pokémon me resulta una palabra desagradable. Y eso me frena. Es como si me mencionaran un anagrama de siglas. ¿Tiene algo que ver con Putin? ¿O Trump, o el Brexit? se me desencaja la mandíbula del bostezo. Incluso mi Santa me ha echado una bronca porque yo decía Poquemón, y me ha dicho que el acento lo pongo mal, y es con K (no sé cómo se ha enterado que yo le ponía "qu"). Pero muy seria, eh, no se crean...
Puta post modernidad...

Futuros a PIB

Scott Sumner, el fundador y líder indiscutible de la escuela Market Monetarist, lleva tiempo proponiendo crear un mercado de futuros donde se cotice el PIB nominal esperado. La FED, siguiendo sus teorías simplistas, anunciaría un crecimiento idóneo del PIBN, un 5% por ejemplo, y el mercado, con sus cotizaciones, le avisaría de que se está desviando del objetivo, lo que se solventaría con una corrección al alza o a la baja de la cantidad de dinero emitido. 
Por ejemplo, el objetivo del PIBN sería de u crecimiento del 5%. Si la cotización del bono PIBN fuera del 1,04  (crecimiento del 4%), la FED debería aumentar su base monetaria para que el mercado subiera a 1,05. Y viceversa. El mercado sería el canario de la mina que avisa cuando hay gas grisú. 
En Cullen Roche tenemos un refutación estruendosa de esa teoría, por lo demás hecha par ingenuos. Las dos razones que esgrime Roche  para desmontar la ilusión son: 

1) Un mercado de futuros de este tipo no sería un mercado de futuros, y además sería suceptible de manipulación. (ver Hillary Till).  Para que un mercado de futuros funciones, tiene que cumplir una condiciones: una demanda privada de cobertura contra un riesgo, un pool de especuladores que están dispuestos a ganar dinero especulando contra las expectativas de los demás, y no debe haber injerencia de los poderes públicos. Es que claro que en este caso habria continuas tentaciones de que la FED puede secretamente comprar y vender  posiciones que le favorezcan y "dirigir" el precio del mercado al 1,05% pronosticado. 

2) Pero hay otra razón más de peso. La post crisis ha demostrado que las acciones de la FED no se traducen una a una en reacciones de la economía real. El canal de tras misión no es tan sencillo. Cada dólar nuevo emitido por la FED no es un dólar nuevo gastado en consumo o inversión. Ergo, no hay una relación directa, sino más bien tortuosa, entre la base monetaria y el PIB. Esto parece que a Scott ni se le mete en la cabeza. Para que el dinero llegue al público la banca debe crear crédito. El dinero se genera de crédito. El dinero es endógena, en el sentido de que no obedece al banco central, sino a las condiciones crediticias, expectativas de beneficio, "animal spirits", etc. 

¡Qué magnífico sería poder predecir el futuro tan fácilmente! Pero la economía tienes eso: no existen atajos. 

miércoles, 27 de julio de 2016

Español español

De un amiga gaditana (Mamen, mil gracias) me llega esto, toda una lección de castellano versión sureña. Disfruten (mis lectores de EEUU y Rusia, triplemente más numerosos que los España, no se desanimen. Es un slang de una zona de España). 

"Hoy estoy guarnía. Y lo que más me gusta de estar guarnía es poder decir que estoy guarnía... Es una expresión que me encanta... como tantas otras que son tan nuestras. Como cuando una se harta de comer y acaba engollipá o cuando riegas las macetas más de la cuenta y las dejas enguachinás... Yo nunca pido churros, sino calentitos... de niña nunca iba a las atracciones, sino a los cacharritos... a los amigos pesados se les dice jartibles y cuando me tangaba del colegio lo que hacía era rabona.

"A lo largo de mi vida he conocido a más apollardaos que tontos y a más esnortaos que despistaos... pero nunca a ningún antipático, sólo a malajes o saboríos... Aquí lo mucho es una jartá o una pechá, y lo poco es una mijita... y la gente no pasea, da vuertas... Lo que está muy sucio está empercochao y lo que limpias a fondo lo dejas escamondao... Si se te va la olla te quedas majarón, y si das mucho la lata te llaman pejiguera...

"Los borrachos, que son papaos, no deambulan, sino que dan camballás... y la gente no odia la mentira, sino el falserío... Lo roto está descuajeringao y lo pasado de fecha revenío... los cobardes son jiñaos y lo muy visto está mu manío...

"Por expresiones como estas, y las miles que se quedan en el tintero, cada vez me gusta más el andalú... y quien diga que hablamos mal que aprenda a entendernos y verá como le coge el gusto.

Buenas tardes

"Y que conste que lo que acabo de soltar no es ninguna tontería, sino una
chuminá.

NO, NI NÁ: Tres negaciones, para una afirmación rotunda."

¿Somos tontos? O nos quieren tomar por tontos?

Demasiados interesados en convencernos que invirtamos en bolsa. Irritante. La bolsa es un juego que se basa en invitar a los pardillos cuando las cosas están calientes, para que suban un poco más las cotizaciones y entonces los expertos venden lo que habían comprado un poco antes. Esto se basa en laasimetría  en la información entre los dos tipos básicos de jugadores, los expertos, y los pardillos. Los organismos como la CNMV no sirve de nada porque se basan en que cualquiera ciudadano tienen el mismo acceso a la información disponible, lo cual es manifiestamente falso. Pero pasemos. El mundo ha sido siempre así y lo que hay que hacer es no hacerles caso. No compren sellos, estampitas, ni bonos, ni acciones. 
Y menos cuando las cosas están así: las bolsas están muy altas. No hay inflación. Los tipos de interés están bajísimos. Ergo, cualquier cosa que compre tienen una alta probabilidad de desmoronarse. Yo me mantendría en liquidez, a menos que disponga de información privilegiada que existir no existe, pero haberla, hayla. 
El punto clave es que últimamente hay gente empeñada en decir, como aquí, que la bolsa se EEUU está muy alta porque se espera un gran crecimiento. Entonces el que no compra acciones americanas es tonto. 
Hace poco citaba un gran artículo de Krugman que mostraba que la relación entre la bolsa y la economía real no es fiable. Citó de la traducción de El País sus argumentos más importantes,

Lo cierto, en cualquier caso, es que hay tres grandes elementos de discrepancia entre el precio de las acciones y el éxito de la economía en general. Primero, los precios de las acciones son un reflejo de los beneficios, no de los ingresos totales. Segundo, también reflejan la disponibilidad de otras oportunidades de inversión (o la falta de estas). Finalmente, la relación entre el precio de las acciones y las inversiones reales que amplían la capacidad de la economía se ha vuelto muy tenue.

En cuanto al primer punto: evaluamos el éxito de la economía por la medida en que genera un aumento de los ingresos de la población. Pero las acciones no reflejan los ingresos generales; solo reflejan la parte de los ingresos que se traduce en beneficios. Esto no tendría importancia si el porcentaje de beneficios de los ingresos totales fuera constante; pero no lo es.

El porcentaje de beneficios de los ingresos nacionales varía, pero durante los últimos años ha sido bastante más alto que a finales de la década de 1990, cuando las acciones se pusieron por las nubes; es decir, se ha producido un gran aumento de los beneficios sin que haya tenido lugar una expansión económica de escala similar, lo que significa que la relación entre beneficios y prosperidad es escasa, en el mejor de los casos. Lo cierto es que esto no es una fiesta, como en 1999.

En cuanto al segundo punto: cuando los inversores compran acciones, compran también un porcentaje de beneficios futuros. El valor que eso represente para ellos depende de las demás opciones que tengan para convertir el dinero actual en ingresos futuros. Y, hoy en día, esas opciones son bastante malas, ya que los tipos de interés de los bonos del Estado a largo plazo no solo son muy bajos vistos en perspectiva, sino que son cero o negativos si se tiene en cuenta la inflación. Así que los inversores están dispuestos a pagar mucho por los ingresos futuros, de ahí el elevado precio de las acciones a cualquier nivel de beneficios.

¿Pero por qué están tan bajos los tipos de interés a largo plazo? Como explicaba en mi última columna, la respuesta es básicamente la debilidad del gasto en inversión, a pesar de la bajada de los tipos de interés a corto plazo, lo que indica que dichos tipos tendrán que seguir bajos durante mucho tiempo.

Sin embargo, puede parecer que esto plantee una paradoja. Si el sector privado no considera que tenga muchas oportunidades de inversión buenas, ¿cómo pueden ser tan altos los beneficios? La respuesta, diría yo, es que actualmente parece que los beneficios suelen guardar poca relación con la inversión en nuevas capacidades. En lugar de eso, los beneficios provienen de alguna clase de poder del mercado (la posición de la marca, las ventajas de una red consolidada o un buen monopolio a la antigua usanza). Y las empresas que obtienen beneficios gracias a ese poder pueden, al mismo tiempo, tener acciones con precios altos y pocos motivos para gastar dinero."

Lo que dice es muy razonable. Ya he explicado los motivos para mostrase optimista cuando se tiene un puñado de acciones y quieras que suban antes de vender. Es lo malo, de dedicarte a esto, que tus intenciones son transparentes. 
Otra cosa opuesta es que cuanto la bolsa esta alta, cuanto más alta esté, más riesgo de corrección. En la imagen, el Nobel de capitalización de la empresa cotizantes  
Dividido por el PIB nominal. 

 

Este indicador, que relaciona la bolsa con la economía real, está en su segundo máximo histórico. Es fácil ver que todo máximo ha sido seguido de una corrección posterior. El máximo absoluto fue el de 2000, el de la euforia del Dot-Com. La corrección fue tremenda, de más de un 50%. Tampoco fue maca la de 2008, de más del 40%,  y eso que la burbuja era inmobiliaria. 
¿Quiere esto decir que hay una corrección inminente? Nadie lo sabe. Lo que sí se sabe es que no hay inflación, por lo que no espero que la economía crezca mucho; lo tipos de interés son verdaderamente disuasorios, y no veo nada alternativo al sinero para invertir. De momento. Es mi más sincera opinión. 

martes, 26 de julio de 2016

España va bien... Gracias a Keynes. Déficit se despendola

España va bien... Gracias a Keynes. España crece porque el tras CCAA, municipios), siguen gastando en incumpliendo cada vez más con los objetivos de la UE. No solo nos penalizarán, es que por la regla de oro metkeliena del austerismo, nos van a meter un paquete de unos 10 mm de €. 

Esto es lo que se lee en un artículo de LD, de D Soriano, que deja poco lugar a las dudas. El freno y marcha atrás de la economía española, embalada, va a ser de órdago. De enero a mayo, ya nos hemos endeudado en lo que habíamos prometido para el total de año 

 

ahí está ahí está  la calle de Alcalá,  que viene y va. Keynes tenía razón: a veces un impulso fiscal hace crecer. Pero luego hay que devolver. 

Esto es consecuencia directa de tantas elecciones, que llevamos siete desde 2015. La deuda real no es de 100% del PIB, es del 130% según las cuentas consolidadas  del cuadro del BdE.

España va bien.  


Curva de Phillips

El especialista  en FED watching Tim Duy lleva varios artículos anticipando que la reunión de julio  del FOMC -inminente- no decidirá una subida de tipos de interés. Hay varios indicadores que señalan un fortalecimiento de la economía USA, pero la inflación más observada (el índice del deflector del consumo, PCE) sigue por debajo del 2%. 
Es curioso el gráfico que ofrece de la correlación inversa tasa de desempleo - aumento salarial, es decir, un Cueva de Phillips como un piano de cola. 

 
 O sea, "la Meigas no existen, pero haberlas, haylas". En el gráfico, los puntos morados (que no se ve muy bien, la verdad), que corresponden a 2016, están por debajo de la función que une los puntos de toda la serie. La presión salarial no justifica uno aumento de los tipos de interés. 
Otro argumento curioso es el general descenso en su tono Hawkish de los miembros del FOMC, Que representa en el siguiente gráfico según el peso de cada uno en la opinión pública. 

 
Las ocas del Capitolio han hablado. 

Nacionalismos versus cosmopolitismo

Una buena combinación de estados nacionales de plena capacidad y una cooperación internacional es la solución más realista al exceso d intencionales o.

Voters deserve responsible nationalism not reflex globalism

Larry Summers

July 10, 2016

It is clear after the Brexit vote and Donald Trump’s victory in the Republican presidential primaries that voters are revolting against the relatively open economic policies that have been the norm in the US and Britain since the second world war.

Populist opposition to international integration is on the rise in much of continental Europe and has always been the norm in Latin America. The question now is what should be the guiding principles of international economic policy? How should those of us — who believe that the vastly better performance of the global system after the second world war than after the first world war is largely due to more enlightened economic policies — make our case?

The mainstream approach starts with a combination of rational argument and inflated rhetoric about the economic consequences of international integration. Studies are produced about the jobs created by trade agreements, the benefits of immigration and the costs of restrictions. In most cases the overall economic merits are clear. But there is a kind of Gresham’s Law of advocacy whereby bolder claims drive out more prudent ones. Over time this has caught up with the advocates of integration.

While there is a strong case that the US is better off than it would have been if the North American Free Trade Agreement had been rejected, the most extravagant predicted benefits have not materialised. And it is fair to say that claims that China’s accession to the World Trade Organisation would propel political liberalisation have not been borne out. The willingness of people to be intimidated by experts into supporting cosmopolitan outcomes appears for the moment to have been exhausted.

The second plank of the mainstream approach is to push for stronger policies to resist inequality, cushion disruptions and support the poor and middle class, and then argue that if domestic policies are right, the pressure to resist globalisation will reduce. The logic is right and certainly measures like government assurance of mortgages and the interstate highway system were part of the political package that permitted the US to underwrite an open global system.

But the last eight years have seen America at last adopt universal health insurance, expand a variety of support programmes for the poor and bring unemployment below 5 per cent with trade becoming ever less popular. It is not that strong domestic policies are unnecessary to undergird global integration. It is that they are insufficient.

A new approach has to start from the idea that the basic responsibility of government is to maximise the welfare of citizens, not to pursue some abstract concept of the global good. People also want to feel that they are shaping the societies in which they live. It may be inevitable that impersonal forces of technology and changing global economic circumstances have profound effects, but it adds insult to injury when governments reach agreements that further cede control to international tribunals. This is especially the case when, for reasons of law or practicality, corporations have disproportionate influence in shaping global agreements.

If Italy’s banking system is badly undercapitalised and the country’s democratically elected government wants to use taxpayer money to recapitalise it, why should some international agreement prevent it from doing so? Why should not countries that think that genetically modified crops are dangerous get to shield people from them? Why should the international community seek to prevent countries that wish to limit capital inflows from doing so? The issue in all these cases is not the merits. It is the principle that intrusions into sovereignty exact a high cost.

What is needed is a responsible nationalism — an approach where it is understood that countries are expected to pursue their citizens’ economic welfare as a primary objective but where their ability to harm the interests of citizens elsewhere is circumscribed. International agreements would be judged not by how much is harmonised or by how many barriers are torn down but whether citizens are empowered.

This does not mean less scope for international co-operation. It may mean more. For example, tax burdens on workers around the world are a trillion dollars or more greater than they would be if we had a proper system of international co-ordination that identified capital income and prevented a race to the bottom in its taxation. Taxes are only the most obvious area where races to the bottom interfere with the achievement of national objectives. Others include labour and financial regulation and environmental standards.

Reflex internationalism needs to give way to responsible nationalism or else we will only see more distressing referendums and populist demagogues contending for high office.

Se suicida Europa?

Algunos párrafos de la prensa de hoy 

Las discusiones, al Congreso

Arcadi Espada

Solo hay una manera democrática, transparente y definitiva de exhibir la irresponsabilidad de pedro sánchez castejón y Albert Rivera, y es llevándolos al parlamento a que digan con solemnidad que prefieren la ausencia de gobierno a un gobierno encabezado por la lista más votada, claramente más votada, por los españoles y la única con la que puede formarse una mayoría de gobierno. Pero el presidente Rajoy, aconsejado por sus temibles asesores, parece preferir la repetición de la maniobra de diciembre y eludir el debate de investidura si no tiene garantizados los votos necesarios para seguir siendo presidente. Como en diciembre vuelve a oírse el peregrino argumento: a la investidura se va a ser investido. El argumento, de una insoportable tosquedad, refleja bien el papel del parlamento: un lugar con trampa, donde los resultados están amañados, al que no se acude a argumentar ni a convencer sino solo a sancionar. Rajoy, con su actitud remisa, no descubre nada nuevo sobre el funcionamiento parlamentario; pero la exhibición no deja de resultar obscena. 

MA­GIA
'ABC' - 2016-07-26
DA­VID GIS­TAU
UN hijo se me acerca inexorablemente a la edad en la que sólo ciertos desengaños pueden demostrar que su inteligencia progresa adecuadamente. Dicho de otro modo. Si al final de la próxima Navidad sigue creyendo que los regalos son consecuencia de la magia y no del trabajo, si aún piensa que un camello masticó apio en nuestro salón mientras un barbado ser mitológico deglutía turrón de chocolate sentado en mi sillón de leer, no me quedará más remedio que sacarlo yo mismo a empujones de su Disneylandia mental para que no demore por más tiempo su resignación a las prosaicas miserias terrenales. Aquí quedaría fenomenal una «punch-line» graciosa si dijera que mi hijo tiene treinta y tantos años, como Rivera.
Como Rivera, sí. Ay, Rivera. Treinta y tantos años y aún cree que los reyes dejan regalos y hacen magia. Que se les puede incluso transferir las responsabilidades de adulto, como las que uno asume voluntariamente cuando pide un mandato popular y, una vez concedido éste, no sabe qué hacer con él. Más lágrimas se derraman por las plegarias atendidas, y Rivera pidió ser Suárez, un personaje vertebral, central, alrededor del cual pivotara todo. Pero sin delegarlo, sin transferirlo, sin despejarlo a córner, sin pedir luego que sea otro el que se haga cargo de la tarea.
El nuestro es un pueblo providencialista que siempre se sintió cómodo confiando más en la magia que en el mérito –de ahí la importancia cultural de la lotería– y delegando en la infalibilidad de un ser tutelar –«Vivan las caenas»–, ya fuera éste un rey absolutista, un dictador o un Estado proveedor....

EL AB­SUR­DO SUI­CI­DA
'ABC' - 2016-07-26
HER­MANN TER­TSCH
SE han abierto los amplios salones europeos de unos pueblos avejentados, débiles, consentidos y disipados a una tropa de muy saludables guerreros del desierto desbordantes de hormonas e instintos vitales. Se nos dice que hay que hacerles sitio porque ellos lo necesitan y porque aquí también los necesitamos. Como se han invitado unos a otros y se ha corrido la voz, ellos son ya muchos más que los miembros del servicio de la finca. Los organizadores de este alegre y bienintencionado encuentro multicultural tan enriquecedor han prometido que con la llegada de los invitados se arreglarán muchos problemas de la casa. Ante todo, esa maldita falta de personal que hay aquí dada la costumbre de no tener hijos que te fastidien las salidas nocturnas y la «realización personal». Ellos, fíjense cómo son, se realizan teniendo hijos a mansalva.
Como todos los humanos valemos lo mismo, se ha deducido que todo lo que hacen unos y otros vale lo mismo, todas las culturas, todas las tradiciones, las ideologías, artes, creencias, religiones. Como se suele decir en España: «Todas las ideas son respetables». Aunque al decirlo nadie suele reparar en que todos los crímenes, todas los males, todas las perversiones, todas las tiranías parten de ideas y son todo menos respetables.
En todo caso, aquí en la Casa Europa vale ya la máxima de que respetamos todo menos a nosotros mismos. Y desde luego que nos humillen, vejen, aterroricen y destruyan. Los medios de la prensa solo emiten programas de consuelo con formato de informativos para fomentar la armonía y limar las pequeñas diferencias o malentendidos que pudieran surgir. Los encargados de las noticias han sido bien adiestrados en dar solo pábulo a las noticias que generen empatía, emociones y sentimientos positivos hacia los recién llegados. Incluido el perdón preventivo que consiste en ignorar convenientemente cualquier tipo de emoción negativa o agresión que se haya podido registrar por parte de los invitados. Aquellos periodistas que intenten crispar exponiendo los posibles conflictos con muertos o sin ellos no tienen cabida en la profesión en una sociedad bienintencionada como la nuestra.

Así están las cosas, Europa juega a la Viridiana de Buñuel con unos mendigos con hacha. Es el suicidio más absurdo, el absurdo suicida. La mayoría de los millones de musulmanes que han venido o vendrán no quieren matarnos. Aunque los haya que sí y no pocos. Pero de no darse un golpe de timón esa mayoría nos destruirá aunque no quiera. Sin un giro radical en la forma de controlar la inmigración y exigir la integración y expulsión de los que se nieguen a integrarse, las sociedades europeas estallarán en divisiones y enfrentamientos y se hundirán las instituciones democráticas del sistema político más próspero, generoso y libre jamás habido.

Voters deserve responsible nationalism not reflex globalism

Larry Smmers

July 10, 2016

It is clear after the Brexit vote and Donald Trump’s victory in the Republican presidential primaries that voters are revolting against the relatively open economic policies that have been the norm in the US and Britain since the second world war.

Populist opposition to international integration is on the rise in much of continental Europe and has always been the norm in Latin America. The question now is what should be the guiding principles of international economic policy? How should those of us — who believe that the vastly better performance of the global system after the second world war than after the first world war is largely due to more enlightened economic policies — make our case?

The mainstream approach starts with a combination of rational argument and inflated rhetoric about the economic consequences of international integration. Studies are produced about the jobs created by trade agreements, the benefits of immigration and the costs of restrictions. In most cases the overall economic merits are clear. But there is a kind of Gresham’s Law of advocacy whereby bolder claims drive out more prudent ones. Over time this has caught up with the advocates of integration.

While there is a strong case that the US is better off than it would have been if the North American Free Trade Agreement had been rejected, the most extravagant predicted benefits have not materialised. And it is fair to say that claims that China’s accession to the World Trade Organisation would propel political liberalisation have not been borne out. The willingness of people to be intimidated by experts into supporting cosmopolitan outcomes appears for the moment to have been exhausted.

The second plank of the mainstream approach is to push for stronger policies to resist inequality, cushion disruptions and support the poor and middle class, and then argue that if domestic policies are right, the pressure to resist globalisation will reduce. The logic is right and certainly measures like government assurance of mortgages and the interstate highway system were part of the political package that permitted the US to underwrite an open global system.

But the last eight years have seen America at last adopt universal health insurance, expand a variety of support programmes for the poor and bring unemployment below 5 per cent with trade becoming ever less popular. It is not that strong domestic policies are unnecessary to undergird global integration. It is that they are insufficient.

A new approach has to start from the idea that the basic responsibility of government is to maximise the welfare of citizens, not to pursue some abstract concept of the global good. People also want to feel that they are shaping the societies in which they live. It may be inevitable that impersonal forces of technology and changing global economic circumstances have profound effects, but it adds insult to injury when governments reach agreements that further cede control to international tribunals. This is especially the case when, for reasons of law or practicality, corporations have disproportionate influence in shaping global agreements.

If Italy’s banking system is badly undercapitalised and the country’s democratically elected government wants to use taxpayer money to recapitalise it, why should some international agreement prevent it from doing so? Why should not countries that think that genetically modified crops are dangerous get to shield people from them? Why should the international community seek to prevent countries that wish to limit capital inflows from doing so? The issue in all these cases is not the merits. It is the principle that intrusions into sovereignty exact a high cost.

What is needed is a responsible nationalism — an approach where it is understood that countries are expected to pursue their citizens’ economic welfare as a primary objective but where their ability to harm the interests of citizens elsewhere is circumscribed. International agreements would be judged not by how much is harmonised or by how many barriers are torn down but whether citizens are empowered.

This does not mean less scope for international co-operation. It may mean more. For example, tax burdens on workers around the world are a trillion dollars or more greater than they would be if we had a proper system of international co-ordination that identified capital income and prevented a race to the bottom in its taxation. Taxes are only the most obvious area where races to the bottom interfere with the achievement of national objectives. Others include labour and financial regulation and environmental standards.

Reflex internationalism needs to give way to responsible nationalism or else we will only see more distressing referendums and populist demagogues contending for high office.

 





lunes, 25 de julio de 2016

Jajajajajajaja

El ABC, inefable  decano de la prensa española, publicó esta foto (cola de espera para coger el transbordador)  como una huida masiva de Reino Unido al Continente por culpa del Brexit. Como si fuera la caída del muro de Berlín, mismamente. 
¿Hay un periódico más estupido y divertido a la par? 
 
 

domingo, 24 de julio de 2016

El exceso de capitalización bursátil en dos imágenes

(Artículo para Inbestia). He vuelto a leer tres veces el muy buen artículo de Niko, y creo que no hay tanta divergencia con lo que digo. El habla de Amazon como ejemplo de una empresa que se está haciendo con el mercado de otras, gracias a Internet. Estoy de acuerdo, además soy un usuario creciente de Amazon. Pero el crecimiento de Amazon no es indicio del crecimiento del mercado real ni, por ende, de justa valoración de la bolsa. Al revés, como dice Krugman, los beneficios crecientes se debe  que hay cada vez menos empresas y más monopolios, que se llevan los beneficios. Al fin y al,cabo, yo soy un cliente de Amazon que solo piso librerías para mirar, ojear e informarme, y luego vengo a casa y oops! 
Pero eso no quiere decir que el mercado en su conjunto se esté ampliando. Estoy de acuerdo en que las acciones de Amazon suben porque sus beneficios aumentan en flecha, pero yo estoy hablando de la valoración bursátil total, que  mí me parece exagerada. Por otra parte, las acciones de Amazon, en caso de una caída de la bolsa, sufriría como las demás, como siempre ha pasado. Quizás sudor tan menos, pero si hay crisis bursátil todas las acciones sufren, sean buenas empresas o no. 
Ahora voy a explicar por que vengo avisando de una situación inaoatenible, cada vez más arriesgada.
En la gráfica pueden ver, en escala logarítmica, la capitalización accioneial de la empresas cotizantes en EEUU. 

 

La escala semi logarítmica no quiere decir más que nos permite una visión más homogénea de lao altibajos de una serie tan larga. Vemos que, cada vez que hay recesión (franjas grises) es precedida de una corrección bursátil. Cierta vez leí a Hugo Ferrer que "si no hay recesión, no hay que temer una caida de la bolsa". Yo creo, y el gráfico me da la razón, que la relación causa efecto es al revés: primero hay turbulencias financieras, que se traducen en correcciones bursátiles, y luego hay recesión. Por supuesto, estoy convencido de que hay una misma causa común, que es el empeoramiento de las expectativas, pero el orden lógico es financiero-económico simplemente por la velocidad con la que se hacen deshacen posiciones en los mercados financieros no en comparación con los reales. Para mí es un dato fundamental. 
Obsérvese que que cada vez que se llega a un máximo de capitalización, viene un corrección, debido posiblemente que la FED sube tipos, lo que enfría la bolsa y la economía. 
Obsérvese también que estamos en un máximo histórico. 
Ergo, yo no puedo más que deducir que estamos más cerca de una corrección que hace meses... Que se puede producir o no, pero que es más probable que hace meses. 
Eso es lo que quería decirle a Niko, que seguro él ya ha tenido en cuenta. Matizaciones: la FED no va subir tipos, lo que hace probable que dure la sobre valoración. Pero hay otros riesgos de otras partes del mundo, que pueden incidir en las expectativas. 
Ahora otro gráfico, muy elocuente, que compara la evolución de la capitalización (esta vez escala normal) con la tasa de empleo (empleo dividido por población en edad de trabajar): 

 

Cada vez hay más intercambio de acciones en bolsa para una tasa de empleo cada vez más ridícula. Otro signo de que algo va mal en la conexión financiación-inversión real-empleo. 
Debo decir una vez más que no pretendo corregir a los expertos como Niko. Solo quiero que exponer mi punto de vista de que la subidas bursátiles no indican siempre buenos tiempos. Depende. 

Que Dios confunda a todos

Ah! Los vericuetos y complejidades de los rojos cambiando nombres a las calles! ah! Dedicar tanto esfuerzos neuronal a la venganza! Ah, la venganza, la envidia y el rencor, alma de nuestro país! Unamuno, ese anciano que se enfrentó con riesgo de su vida a Millán Astray y una panda de falangistas dispuestos a comérselo, no puede tener calle, pero March, que financió la guerra de Franco, puede tener una honorable fundación. Son como Stalin tuneando las fotos en que aparecían compañeros caídos en desgracia y por ende ajusticiados. 
Que Dios confunda a todos, si es que queda algo por confundir. De Arcadi Espada, hoy: 

El dinero a disposición de los golpistas de Franco resurge con irónica belleza en la última operación de condena decretada en Madrid por la alcaldesa Carmena. La comisión ad hoc que preside Francisca Sauquillo ha propuesto 27 cambios en el callejero. En la relación hay muchos asuntos interesantes. La historia es difícil. La historia moral es dificilísima. Fíjate, mi liberada, si es que has conseguido llegar hasta aquí, en el nombre de Juan Pujol. Fue un periodista importante, un gran corresponsal de guerra en Abc, al que Fernández Flórez, que era un agudísimo crítico, puso como ejemplo de narrador. De Pujol habla también Augusto Assía en el capítulo Los corresponsales en el extranjero de la Enciclopedia del periodismo. Este párrafo: "Julio Camba, GazielRamiro de MaeztuSalvador de MadariagaEugenio XammarRamón Pérez de Ayala, Juan Pujol, Corpus BargaManuel AznarJosé PlaFernando Ortiz Echagüe constituyeron el más extraordinario plantel de corresponsales que, a la vuelta de la primera guerra mundial, poseía país europeo alguno». Observa al lado de quién está Pujol en el párrafo de Assía. Sí, Corpus Barga, otro gran periodista y autor de unas memorias, en especial su primer volumen, maravillosas. Corpus tomará posesión de la que hoy es la pintoresca plaza Juan Pujol, en Malasaña. Está bien así. Un rato cada uno. Se me ocurre que la comisión podría haber inventado el lapidario rotativo. Diez años, o mejor los 15 de la generación orteguiana, para cada uno. Ahora todo es digital y ya no hay que hacer tarjetas ni tarjetones ni sobres ni los Saluda que tanto gustan en Madrid. Ahora 15 años Corpus. Luego Gaziel. Luego Aznar. Luego Camba.

El castigo a Pujol es interesante, sobre todo, por otra cuestión. La cuestión es Juan March, el financiador principal de la rebelión franquista. Pujol trabajó para él, estrechamente. March no tiene calle en Madrid. Pero tiene una fundación. A diferencia de otras fundaciones de onomástica delicada, la Fundación Francisco Franco, sin ir más lejos, la Fundación March está honorablemente cosida al establishment. He visto que un Ernesto Moreno rescata en la web Drugstore un párrafo pasmoso (bueno, pasmoso: meramente socialdemócrata) de un editorial de 1980 del diario El País: "Esta fundación, que ahora vuelve la vista atrás, hace balance y puede enaltecerse de la densidad y calidad del trabajo realizado, que con toda seguridad hará pervivir el nombre de su fundador más allá de cualquier leyenda, de cualquier mito o polémica". Eso es. Repítelo conmigo despacito, el sic ya lo pongo yo: «...hará pervivir el nombre de su fundador más allá de cualquier leyenda [sic], de cualquier mito [sic], de cualquier polémica [sic, sic]. El País atina. Solo se trata de eso. De comprar la memoria. A Juan Pujol, el cortesano, no le alcanza.

En la lista de la comisión hay muchos más intersticios en los que fijarse. Te gustará saber que el teniente Castillo tendrá calle. Es pedagógico observar que si esa víctima del terrorismo fascista ha pasado las aduanas de la memoria se debe al asesinato que se ha interpretado como su réplica: el de José Calvo Sotelo, diputado de la derecha, víctima del terrorismo socialista pocas horas después del asesinato del teniente. Esta secuencia especular de la historia española la quebró el franquismo cuando llenó las calles de placas alusivas a Calvo Sotelo (la de Barcelona la sustituyó el alcalde Serra por la de Francesc Macià, golpista delirante, y por esas dos razones presidente de la Generalidad), sin que la memoria del teniente se evocara en lugar público. Ahora hay en Madrid una oportunidad de corregir la práctica simétrica. Si bien es verdad que Tierno Galván mandó quitar el Paseo Calvo Sotelo, sobrevive una mínima calle Calvo Sotelo (producto de la incorporación de Aravaca a la municipalidad de Madrid) en un margen de la carretera de La Coruña. Será interesante ver qué hacen con la calle la comisión y la alcaldesa. Otro añico del mismo espejo está en la propuesta de quitarle calle a Millán Astray y dársela a la Inteligencia, una tierna pompa que recuerda los días prometeicos en que se daban honores a la Electricidad. Se le quita la calle al militarote para que su faz feroz y tuerta no asuste a los niños, pero ahí queda oblicua su invectiva: el ¡Muera la inteligencia! que le espetó al viejo, valiente y digno Miguel de Unamuno. En ese caso la operación Castillo no ha podido practicarse, porque al parecer, con la ley de Memoria Histórica en la mano, ¡Unamuno no puede tener una calle! por su apoyo de primera hora al golpe militar.

La farsa principal de este cuento lapidario, tan hipócrita, es que se haga en nombre de La Memoria. Cuando se hace en nombre de La Bondad. De lo que se entendía por La Bondad en las primeras décadas españolas del siglo veintiuno después de Cristo.