"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
lunes, 12 de septiembre de 2016
La Cataluña de Sostres
domingo, 11 de septiembre de 2016
España en el atolladero
"Si nadie acepta la posibilidad de perder, la condición de perdedor se generaliza"
sábado, 10 de septiembre de 2016
Ahorro en la Contabilidad Nacional

Gabriel Tortella: España y Cataluña
viernes, 9 de septiembre de 2016
Economía realista y Economía académica
jueves, 8 de septiembre de 2016
Se acercan momentos inquietantes: FED, BCE, sin munición
"We have to contemplate the rather alarming possibility that Congress will fail to act. There is so much animosity, and that is what is scary," said David Wessel, director of the Hutchins Center on Fiscal and Monetary Policy at the Brookings Institution.
"If we had a huge exogenous shock like Lehman Brothers or 9/11, they would act. But what if it were not quite that bad? We would have prolonged argument," he said. It would be paralysis all too like 1931 and 1932.
It is even worse in Europe where Germany is still running a budget surplus despite a current account surplus of 8pc of GDP, and is inflicting its destructive nostrums on the whole of the eurozone through the mechanisms of monetary union.
Budget austerity is built into the EMU system by treaty law and the contractionary ratchet of the Fiscal Compact. The rigid structure makes it impossible to jetisson a policy regime that amounts to slow suicide in the current macro-economic circumstances.
The eurozone needs a complete demolition of the Stability Pact in order to break out of its bad equilibrium before the next recession, with a €3 trillion spending blitz over the three years to buttress the brave but increasingly folorn efforts of the European Central Bank.
No such thinking is remotely on the cards even though Germany and Holland can borrow at negative rates for ten years, France and Belgium for nine, Austria and Finland for eight, Spain for four, and Italy for three.
miércoles, 7 de septiembre de 2016
RIP del TTIP. Moribundia del libre comercio
martes, 6 de septiembre de 2016
La glorificación de ahorro
Vivimos todos bajo el paradigma victoriano de que el ahorro es la mayor virtud económica de la gente corriente. Merkel es en realidad una victoriana, una especie de reina Victoria alimentada por la colmena europea.
La era victoriana, la del apogeo de la economía neoclásica, propagaba que la gente debería ahorrar para su futuro y el de sus hijos.
De ahí viene la parábola de que el Estado es como la familia, que debe ahorrar virtuosamente para que las deudas no pasen de padres a hijos.
Es claro que en una vida intertemporal por necesidad, cualquiera debe tener en cuenta el futuro. Debe hacer una elección entre el consumo presente y el consumo futuro, del que se deriva de ahorro. Yo ahorro para que el el futuro, cuando no pueda trabajar, pueda consumir lo que he guardado, y dejar algo, si queda, para mis hijos.
Aquí la parábola evangélica hippy de que las aves de cielo y las flores del campo no se cuidan de sí mismas porque el Señor provee su alimento, es bastante falsa, porque hasta los pajarillos intentan guardar algo para el día siguiente. Si acaso Dios ha creado el infernal Tiempo. Y a partir de eso, es imposible no preguntarse por el futuro.
Ahora, cuando se habla de ahorro, ¿ de qué se habla?
Porque la economía neoclásica supone que esperará a consumir en el futuro debe tener un recompensa, por la ley de la preferencia del consumo presente y desestimación del futuro. La gente tiende a pensar que "más vale pájaro en mano que ciento volando", y se gastaría todo hoy si no hubiera algo que le compensara. Ese algo es el tipo de interés.
¿Y de dónde sale este tipo de interés? porque esto no lo ha creado Dios, esto es una cosa humana. Es más, el ahorro y el préstamo siempre han estado mal visto por las religiones. Las religiones no ha entendido bien la interconexión entre presente y futuro. Todo lo ha resumido en el paraíso. Mientras se llegaba a él, daba igual cómo nos iba en este mundo, si cuidábamos del futuro de nuestra prole o no. Es más, el evangelio es una invitación a despreocuparse. El hecho de pagar los estudios de un hijo es una forma de ahorro, como es obvio. Tu renuncias a ciertas cosas para ello, y lo haces orgullosamente.
Bien, bien, ¿pero de dónde rayos sale el tipo de interés? Es más, ¿no hay ahorro si no hay tipo de interés? Por supuesto que sí. Todos guardamos algo de dinero por razones de prudencia, y eso es ahorro.
Keynes (con perdón) decía que la gente primero decidía cuando de su renta periódica no consumía, es decir, ahorraba. Y luego tomaba una segunda decisión: en qué forma o en qué instrumento guardaba ese ahorro. Podía dejarlo 100% en dinero, o bien repartir ese 100% entre formas de ahorro rentables peor menos seguras. Esas formas rentables menos seguras conllevan un riesgo frente al dinero, que es la fuente del tipo de interés. En realidad el tipo de interés es fruto de una negociación entre el ahorrador y el inversor, en la que éste le da una parte de la ganancia al ahorrador, que piensa que le dará la inversión, para que éste abandone la seguridad del dinero.
En realidad el esquema de la desestimación de las necesidades futuras no satisface plenamente la explicación del ahorro. No habla de riesgo e incertidumbre, que me parecen más esenciales que el consumo presente y futuro sin incertidumbres.
Pero al decir eso, Keynes (pido otra vez perdón) hizo una revolución: introdujo el dinero como instrumento más de ahorro, es decir, como capacitado plenamente para ser depósito de valor, cosa que no habían hecho los clásicos. Los clásicos se fundamentaban en otro esquema. El dinero sólo se guardaba transitoriamente para hacer frente a los pagos previstos y por prudencia, pero no por motivos especulativos. Keynes, en cambio, dijo -y eso no ha cambiado en la teoría monetaria, hasta Friedman hubo de aceptarlo - que el dinero era una forma alternativa, la más decisiva, como tenencia de ahorro. El dinero es un activo.
Según los clásicos, la gente recibía su renta y lo que consumía lo gastaba y pagaba con dinero, porque el dinero tenía rentabilidad 0%. Lo demás lo colocaba en otros activos, como acciones o bonos, que le daban un tipo de interés. Pero el dinero, según la ley de Say, iba inmediatamente al mercado a gastarse, en bienes o en activos, no valía la pena retenerlo. Keynes descubrió que en situaciones especiales, no tan excepcionales, todos querían tener dinero. El deseo de dinero no era estable. Y si en determinado momento todo el mundo quiere lo mismo, el precio de eso sube. El precio del dinero es lo que se puede comprar con él. Si todo el mundo quiere dinero, éste aumenta infinitamente su poder adquisitivo, porque el que tiene una casa te la vende a mitad de precio con tal de conseguir dinero. Todo baja de precio - deflación- porque el dinero sube de precio.
Así Keynes introdujo una explicación en la teoría económica de porque había fases depresivas-deflacionistas, algo que los neoclásicos no habían logrado. Para los neoclasicos, esas fases eran un problema de que los precios y salarios no se ajustaban al nuevo punto de equilibrio, es decir, que no bajaban lo suficiente; ¡pero lo hacían puesto que había deflación!, pese a lo cual las cosas iban a peor. Había que introducir otros conceptos analíticos, como las expectativas, para poder explicar las depresiones. Y un punto central que emborrona las expectativas es la incertidumbre, que es, literalmente, no saber qué va a pasar al momento siguiente porque no hay información, al revés, hay confusión.
En estos casos de crisis y confusión, y preferencia de todos por el dinero, el ahorro se dispara. ¿Es bueno que el ahorro suba cuando la gente está perdiendo su trabajo, su salario, y no sabe que va a pasar al día siguiente?
Obviamente es pésimo. Para cada individuo es una reacción lógica, pero para la sociedad es letal que todos intenten aumentar su ahorro. Según los neoclásicos, el aumento del ahorro haría resurgir la inversión, puesto que el tipo de interés bajaría. Pero no bajaba, al revés. El desconcierto y el miedo no invita a la gente a prestar su ahorro fácilmente, sino que lo atesora debajo del colchón. Incluso intenta sacarlo del banco, pues sabe que este puede no haber frente a sus acreedores.
Luego no se puede decir que el ahorro sea siempre bueno. Hay mucha gente que ha perdido sus ahorros en crisis como esta, lo cual es como si un terremoto le deja sin casa y sin bienes. ¿Es el momento de decirle que se apriete el cinturón?
Porque al final de la cadena de ahorro - banco, préstamo, acciones, etc - tiene que haber una inversión rentable de la que se saca la recompensa para ese ahorro. El ahorro no es rentable si da vueltas sobre sí mismo, sin llegar nunca a financiar un proyecto de inversión real. Entonces tiende a convertirse en un círculo especulativo, con un sobrepeso de las finanzas sobre la economía real y productiva. Las finanzas son necesarias, pero lo son para financiar el futuro de nuestras necesidades. Si se dedican a devorarse a sí mismas, son perniciosas y originan crisis como la de 2008.
El ahorro puede ser venenoso. Puede acentuar los perfiles más graves de una crisis, y puede alargarla sin límite. Es mentira que a más ahorro más inversión (aunque en la contabilidad nacional Ahorro = Inversión es una identidad contable, pero que esconde la frustración de la inversión y el ahorro planeado). Al revés, un aumento del ahorro es irremediablemente igual a una caída del consumo, lo que puede incitar una caída de empleo y de la inversión.
lunes, 5 de septiembre de 2016
El misterio de la productividad desaparecida
Creo que el meollo está en la tasa de crecimiento e inversión. ¿La productividad ha sido una víctima más de la crisis, o ya se ven en el gráfico tendencias descendentes? ¿Hay que ir por el lado de la oferta, método europeo, o hay que echar más leña al fuego de la demanda, consolidar una tendencia de inversión alcista? Hasta cierto punto ambos enfoques son compatibles. Pero hay uno inequívocamente de condición prioritaria: crecimiento, confianza, demanda. La estrategia europea ha fracasado: la estrategia americana a medio funcionado, con grandes lagunas. Señal en todo caso que el daño está en la demanda. Señal que la productividad no es un problema de la oferta, sino del crecimiento de la demanda. A más crecimiento, más productividad, incluso con aumento del empleo.The Congressional Budget Office has found that rises in broader federal investment increase productivity via three channels: spending on physical capital like roads and bridges facilitates commerce; education expenditure boosts skills; and research & development promotes innovation.
“You get a lot of bang for your buck with infrastructure investment,” said Stephan Danninger, a Washington-based division chief at the International Monetary Fund.
The cost of inaction in this area is heavy. The American Society of Civil Engineers said this year that gross domestic product would take a $4tn hit between 2016 and 2025 because of lost business sales, rising costs and dented incomes if the country continues to underinvest in its infrastructure.
Past studies have found construction of the US interstate highway system, that began in the mid-1950s, increased productivity growth as businesses found it cheaper to produce and transport their goods. That was a game-changing project, however: future advances may be more marginal.
Dios
Dios, señor del universo, tú que creaste los animales y las plantas, e hiciste al hombre Consejero Delegado de todo ello, frente a la diversidad y la izquierda y la derecha, para que todo fuera más gobernable...-Eh? Alto ahí amigo. Yo no creé tales cosas. ¿La izquierda dice ud? no me suena. Yo hice diestros y zurdos, pero para que hubiera de todo, que todo fuera diversidad, pero alguno de ud se empeñó en hacer grupitos aparte, eso no lo creé yo, ni en broma siquiera. Lo de las facciones y las etiquetas no es cosa mía, aunque he de reconocer que sí fue un fallo no prever lo que iba a pasar.Yo creé la tentación máxima, que es el infiernos de la belleza, en el que arden las personas hasta que se mueren. El deseo, que incita a vivir y a la vez a desesperarse. Todo lo demás que uds han ingeniado gira en torno a eso. El deseo, la ansiedad, en como eludirlos inventando juegos y ciencias. Pero no hay ni un juego, un cuento, una ciencia que no tenga en su núcleo todos los males de mi Caja de Pandora, sobre todo la Belleza, pero también el insomnio. ¡Ah qué invento tan increíble, el insomnio! ¿Y el aburrimiento, eh, qué me dice? qué fineza!Dejé pistas clarísimas para que vierais que no existe la felicidad, si no es como una brevísima ilusión. Tasé los segundos que un ser humano podría sentirse feliz. Un tal Blaise Pascal descubrió el truco, cuando dijo que el hombre era incapaz de estar mucho tiempo en una habitación cerrada, aunque fuese dotada de todos los juguetes de mundo. Sería incapaz de dormirse y tendría que echar a correr angustiado.¿Pero la izquierda y la derecha? No, eso no es mío. Eso es de la Caja esa de Pandora, que fue un residuo de mis ancestros, los dioses clásicos, a los que les compré la idea. Si ellos también hicieron al hombre desdichado, sería por alguna razón, me dije, y por si acaso creé mi propia Caja de Pandora. Y la,verdad, tenían razón, el hombre es más divertido cuando es infeliz, guerrea ¡en mi nombre! Se descuartiza por imponer su verdad. Esa idea me la sugirió el Circo Romano, al que fue muy aficionado un tal Agustín de Hipona, hasta que hablando conmigo -o eso creía él- se disuadió a sí mismo que no eran dignas de mí tales aficiones arrabaleras. A mí no me disgustaban.El caso es que desde aquí se ve un espectáculo magnífico, el hombre en conflicto día y noche, con otros o consigo mismo, es el único divertimento que tenemos.Por cierto, que no lo estáis haciendo del todo bien. A ver si os esmeráis un poco y dejáis de ser tan melifluos.
La izquierda
domingo, 4 de septiembre de 2016
Inversiones y colocaciones a largo plazo. De haberlo sabido...
My decade started as the credit bubble was reaching bursting point, continued through the worst financial crisis in living memory, and then gave way to an anxious and disliked stock market rally, underpinned by historically low interest rates that have driven ever greater anger.How should we have positioned ourselves for this ten years ago?If Hindsight Capital LP, my imaginary hedge fund blessed with perfect foresight, had put on a trade in September 2006 when I took over the Long View, it would have invested heavily in the US (up 69.4 per cent compared with a fall of 8 per cent for the world outside the US, according to MSCI), and avoided Europe (down 12.6 per cent). I should also have told my readers to invest in developed (up 28 per cent), more than emerging markets (up only 14 per cent), although a ten-year bet on Brazil would still be looking good (up 60 per cent in dollar terms).Hindsight also preferred long-dated Treasury bonds to stocks, but it was close; long bonds returned 8.4 per cent per year, against 7.65 per cent for the S&P 500. Outside the US, readers would have been far better off in bonds. It is true that stocks usually beat bonds, but not over the past decade. And we would all be very grateful if we could receive the returns of either US stocks or bonds over the next decade.To sum up ten years in one paragraph: a historic speculative bubble in credit finally burst, and the US came out ahead thanks to looser monetary policy and swift action to fix its banks, while emerging markets slowed down, and Europe was left behind thanks to its bloated banking system and badly designed currency.
Realismo rajoyano
Eso creo yo. Estamos tan mal, que de esta crisis no se saldrá más que con otros hombres con más visión de conjunto, menos miedo, que sepan unificar voluntades.Jon JuaristiREALISMOS'ABC'SE cumplen estos meses los cien años de la ofensiva del Somme, un conjunto de batallas que se sucedieron en el llamado Frente Occidental desde el 1 de julio hasta el 18 de noviembre de 1916 en un desesperado intento por parte de los británicos de aliviar la presión alemana contra sus aliados franceses en Verdun. Las bajas en total ascendieron a más de un millón doscientos mil, entre muertos, desaparecidos y heridos graves de todos los ejércitos contendientes. Fue el verano más sangriento de la Historia, que la cambió de modo radical en muchos aspectos. Por ejemplo, en el de la condición de las mujeres. Hizo más por los objetivos del feminismo la gran matanza de varones en los campos de Flandes que todas las campañas anteriores de heroicas pioneras como la señora Pankhurst. Cambiaron las técnicas militares, las formas de reclutamiento (desaparecieron, por ejemplo, las levas feudales por comarcas). Pero, sobre todo, cambió la política. El Somme se cargó los regímenes deferenciales, restrictivos o censitarios, y alumbró la época de la democracia de masas. Hoy la mayor parte de los historiadores coincide en admitir que, tras la ristra de batallas del Somme, la humanidad entró en un tiempo nuevo. El siglo XX comenzó realmente en el verano de 1916, hace cien años.Yo creo que, en nuestro siglo, los tiempos empezaron a cambiar drásticamente el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y que la transición al XXI culminó en la misma ciudad y en el mismo distrito seis años después, en agosto de 2007. Cambiaron muchas cosas, pero, sobre todo, cambió la política. El terrorismo ubicuo y la crisis financiera global dieron la puntilla a las distintas versiones del idealismo que dominaban hasta entonces, y se comenzó a llevar el realismo. Incluso las elecciones legislativas de 2011 en España, habitualmente uno de los últimos países occidentales en enterarse de por dónde sopla el viento, demostraron que nada podía sustraerse a esa tendencia. No ganaron los idealistas, ni los del buen rollito ni los indignados. Ganó Mariano.Y sigue y seguirá ganando, aun en el caso de que hiciera poco o nada por conseguirlo, porque no hay otro realista en el terreno de juego. Yo que Sánchez Pérez-Castejón iría pensando en qué me gustaría ser de mayor, después de que se nos vaya la Pascua, mozas. Tiene Sánchez tantas dotes naturales para la política como servidor para la ópera. Es una lástima, y hablo muy en serio, que lo haga después de haber completado la demolición del PSOE, la única izquierda que alguna vez fue compatible con el bipartidismo. Ciudadanos y Podemos, dos formas terminales del idealismo, la untuosa inquisitorial y la populista vociferante, sobrevivirán enquistados en la administración local hasta las próximas elecciones...Arcadi Espada,El Mundo,Crisis de secesión y su salidaMi liberada:
... Rajoy ha cometido errores en la gestión de los años más difíciles de la democracia española. El principal, el de Cataluña, que es el de permitir que en una parte del Estado no se cumpla la ley. Ningún partido, ni siquiera C's, ha hecho de este reproche la base de su oposición política. El reproche por antonomasia ha sido el de la corrupción. Tiene poco sentido. La corrupción es un problema absolutamente menor comparado con la rebelión del gobierno de Cataluña. Esa rebelión ha bloqueado España y Rajoy no ha sabido impedirlo. No solo eso. Como demuestran las sórdidas conspiraciones del ministro Fernández ha pretendido combatir a los desleales de modo subterráneo, a la manera -moral, no técnica- con que el felipismo combatió a ETA. El fracaso ronda el sainete. Y lo peor: disemina una sospecha de debilidad sobre el funcionamiento del Estado absolutamente desmoralizadora.
No han de buscarse sofisticadas interpretaciones de este fracaso de Rajoy. El problema, simplemente, ha sido más grande que él. Su descargo es que no ha tenido a su lado a los socialistas. Más allá de la apariencia, la actitud del PSOE ha sido de una gran irresponsabilidad. Ha flirteado estúpidamente con la falsa solución de la reforma constitucional -ninguna que no suponga la autodeterminación satisfará a los nacionalistas- y permite que sea un gobierno en funciones, maltrecho y sin base parlamentaria el que vaya a hacer frente a las próximas patadas nacionalistas a la ley. La unidad ante la rebelión debió ser la misma que ante el terrorismo de ETA, pero el socialismo nunca lo ha entendido así. El socialismo proclama la necesidad de "una solución política para Cataluña". Pero solo lo hace para disponer de un arma más contra la derecha. Rajoy no puede formar gobierno a causa de Cataluña. Pero tampoco puede hacerlo sánchez, y a causa de lo mismo. La única manera de superar el bloqueo pasa por el acuerdo -y por un acuerdo a la larga, no meramente circunstancial- entre los dos partidos mayoritarios. Pero los dos no son igualmente responsables de su inexistencia: uno lo reclama y el otro se niega.
De esta crisis solo se sale de un modo, y es por la articulación de un nuevo gran partido español a la izquierda del PP. Este partido aún puede ser el PSOE: bastará que pedro sánchez castejón, su núcleo de dirigentes y su política sean derogados. Si la solución no la dan los militantes socialistas habrán de darla los que hasta ahora han sido sus votantes, empezando por los gallegos y vascos. Vista la inutilidad del actual partido para la práctica de ninguna política real deberán ceder, según carácter, sus votos al partido Podemos y tumultos asociados, y a C's. Eso es lo que ya ha pasado en Cataluña, vanguardia siempre, y lo que debe pasar en España, si el PSOE dimite de sí mismo.
Ni que decir tiene que semejante pulverización de la burocracia socialista aumentaría la posibilidad de que C's, ya beneficiado por la corrompida política de los fernández y los moragas del PP, daría a Ciudadanos la posibilidad de convertirse en un decisivo partido español, no solo capaz de lubricar la razón, sino de imponerla. Para ello sería interesante que, más allá de malabarismos, se dedicara a fijar con precisión quién es ahora el responsable de la catastrófica situación española, es decir, quién es el principal aliado objetivo de los que trabajan activa, y exitosamente, por la destrucción del Estado de derecho. Un heroico mainstream, que fue de Álvarez de Miranda a Fernández Ordóñez, permitió salir de la crisis del franquismo. De la crisis de la secesión no se saldrá de otra manera.
sábado, 3 de septiembre de 2016
El hambre el el mundo existe porque se quiere
Evolución del liberalismo al antiliberalismo
Como habrán notado, no soy austriaco. Pero durante mucho tiempo fui un fan de Hayek y Mises. Hay algunas cosas que todavía respeto de estos dos. No de Rothbard , que me parece un espanto sacado de Juego de Tronos. Siempre pensé, y discutí con un amigo liberal, que a esta escuela le faltaba una macroeconomía. No la tenía por rechazo de ambos autores a tal concepto. El conjunto era la suma armónica de los individuos, según ellos.
Yo pensaba que la macroeconomía que faltaba era Friedman, un liberal con una teoría monetaria que cubría el vacío macroeconómico de los Austriacos.
Lo que me ha hecho cambiar ha sido la crisis. La crisis me ha descubierto que los mercados financieros no se auto regulan, que no son eficientes, que provocan enormes sacudidas, y que la mayoría de las recesiones están mal enfocadas por prescindir de las sacudidas financieras en su análisisis. Creo que sin finanzas no habría más que suaves ciclos, en contra de lo que creen los Nuevos Clásicos, Lucas & al. Los mercados financieros tienen reacciones mucho más rápidas, unisireccionales, e imparables que los mercados de bienes y servicios, cuyos precios relativos son más lentos al masificarse.
Pero sin finanzas y dinero viviríamos en un mundo de trueque: no hubiéramos llegado a ninguna parte. Las finanzas son ineludibles, pues ponen en contacto el presente con el futuro. Sin finanzas estaríamos estancados. Ahora bien, esa conexión presente-futuro no es segura. Está rodeada de incertidumbre y de errores, y la corrección de esos errores por parte de los individuos no lleva necesariamente a la corrección del conjunto, al revés, puede acentuar los desequilibrios.
En fin, que no creo ni por un momento que la acción y reaccion individuales sean auto correctoras y acaben bien. Pueden producir un desconcierto enorme, y la caída de piezas fundamentales del sistema capitalista - que creo que hay que defender frente a su contrario, el comunismo o sistema administrado desde arriba - puede ser decisiva.
Cuando las cosas van normal, porque no hay sacudidas financieras, los predios de los bienes y servicios sirven bastante bien de orientación de las decisiones. Pero esa apariencia de normalidad y equilibrio puede estar ocultando un "Cisne Negro", como en 2008. 2008 demostró que a los mercados financieros hay que regularlos, porque producen riesgos sistemicos que no se ven venir. Hay que evitar en lo posible esos riesgos sistemicos, lo que implica regulación y supervisión: injerencia de una autoridad, lo que va en contra de la Escuela Austriaca y la teoría de la Eficiencia de los Mercados, o EMH.
En cuanto al dinero, creo que en los pánicos, la gente pierde el sentido del precio de equilibrio, y entonces se hace necesaria una política monetaria a los Friedman, porque la gente busca liquidez como sea, a costa de liquidar malamente activos. Hay que evitar esas ventas frenéticas, esa sed de liquidez, esas subidas astronómicas de los tipos de interés, porque sino todo se puede ir al garete, como casi sucede en 2008.
2008 es el clásico caso que una vez pasado se cree que ganaron los buenos porque tenían razón. No. Ganaron los buenos -se evitó el colapso total del sistema financiero- porque unos hombres se esforzaron por convencer a los politicos que si no se salvaban los muebles, el mundo podía caer en el marasmo total. En otras palabras, no porque era inevitable, sino por chiripa. Alguien les escuchó y convenció al Congreso en el último momento, cuando los mercados de liquidez estaban secos.
Quizás fue un error de Paulson dejar caer Lehman Brothers, bajo su visión liberal de que el estado no debe salvar una entidad llena de pufos, pero pienso que si eso agrandó la crisis ya en marcha, quizás esa ampliación del susto tuvo un efecto ejemplarizante. No lo sé. Con todo, creo que el ejemplo ya ha durado demasiado, y que la post crisis se ha gestionado pésimamente, especialmente en Europa. No se puede exigir que una generación entera pague con la frustración su vida activa cuando hay recursos para evitar tanto coste humano. Y creo que ese coste tiene efectos externos sobre la sociedad enormes, como los tuvo en la crisis de los treinta. Hitler no floreció en una sociedad sana y equilibrada.
Sobre libros
Versos de unos de sus últimos libros de poesía. Eduardo García de Enterría, fino crítico literario y "comprador" de libros, aparte de gran jurista, decía que Borges era mejor poeta que narrador. Creo que tenía razón. Comparaba la sencillez y llaneza de los versos de Borges con el barroquismo de nuestros mejores poetas, y es verdad. Nosotros tendemos al barroquismo, a la viguería retorcida, por naturaleza,"que otros se jacten de los libros que han escrito,yo sólo me enorgullezco de los que he leído".
viernes, 2 de septiembre de 2016
La falta de potencia de la artillería de los Bancos Centrales: fracaso del monetarismo
El problema de España
jueves, 1 de septiembre de 2016
Si quieres ilusiones, vete al cine
"Si de lo que está hablando entre líneas Pablo Iglesias es de eso, desde luego, no está apelando a ninguna quimera disparatada. Bien al contrario, eso se podría hacer; es más, se debería hacer, claro que se debería hacer. El problema es que, se llame como se llame el próximo presidente de España, su capacidad efectiva para materializar una iniciativa tal tendería a cero. Sin duda, en las convenciones económicas de los tecnócratas del PP y del señor Garicano no hay nada apasionante. Pero, sin embargo, rebosan de algo en extremo perentorio en el universo de los adultos: sentido de la realidad. Y el gran inconveniente que plantea la realidad es que existe, incordio que todos los que han dejado de ser jóvenes descubrieron en su día con algún pesar. En puridad, lo que abandera Iglesias no es una alternativa a nada, sino una simple falacia de composición. Porque su querencia únicamente se antojaría factible dentro del marco supranacional de la Unión Europea en su conjunto. Algo que, huelga decirlo, no va a ocurrir."
miércoles, 31 de agosto de 2016
Efectos del QE sobre bonos privados: más especulación, no inversión
On the issue, numerous doubts are still in place: in Japan, the big corporations have used the new liquidity trickling from the monetary authorities to the banking and corporate sector to benefit the existing shareholders, both directly by boosting the dividends and indirectly via buybacks. The buybacks have exploded from ¥ 1000 billion in 2012 to over ¥ 4000 billion in 2015, but visible effects have been appreciated only on the stock markets, where the ETF and corporate bonds purchases have been determinant in sustaining the Nikkei index to high levels. The dynamics of corporate investment have been largely unaffected by the BoJ unconventional measures. Paradoxically, the market rewarded these strategies since a reduction of the floating stocks increases by definition the earning per share. Time will tell. Surely, the small businesses, cut off by Draghi’s CBPP, will continue to endure a persistent credit crunch due to the difficulties of the Eurozone banking system, especially in peripheral countries. This is not exactly encouraging from the perspective of growth in countries where the small-medium enterprises are the core of the manufacturing sector, like Italy.