"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James


There are a few lone voices willing to utter heresy. I am an avid follower of Ilusion Monetaria, a blog by ex-Bank of Spain economist (and monetarist) Miguel Navascues here.
Dr Navascues calls a spade a spade. He exhorts Spain to break free of EMU oppression immediately. (Ambrose Evans-Pritchard)

domingo, 12 de octubre de 2014

De la deuda privada a la pública

Como se puede comprobar en el cuadro de abajo, la deuda privada es en general mucho más alta que la pública en los países desarrollados (DM).

Sin embargo la deuda sobre la que se hace caer la culpa de la crisis y el estancamiento es la deuda pública.

Si nos fijamos en los países del sur de Europa, los que peor lo han pasado y lo siguen pasando, tenemos el siguiente cuadro:

% de PIBN

Deuda pública Deuda privada

Irlanda. 124 318

Francia. 91 161

España. 94 206

Portugal. 129 250

Italia 133 125

Grecia. 175 129

Comparemos estas cifras con dos países no Euro:
 
EEUU. 105       160

RU.       90        186

Es decir, observamos lo mismo. Pero en estos dos países, la deuda privada ha seguido una trayectoria  a la baja. 

La obsesión con la deuda pública es malsana, porque la deuda pública es un peso mucho menor para la economía que la deuda privada. Demostración: la fuente del crecimiento productivo es el sector privado, el único que ha de vender su mercancía por un precio, que luego se convierte en fuente de ingresos para las empresas, trabajadores, y la Administración vía impuestos.

Lo que impide el crecimiento del PIB es la deuda privada, pues son los sectores productivos, trabajadores y empresarios, los que han de dedicar una parte de sus ingresos a devolverla.

Lo que vemos en el cuadro es que hay países con una deuda sobre PIB (es decir, sobre ingresos totales) dos veces o incluso dos veces y media más grandes que la deuda pública.

España tiene una deuda privada más de doble de grande que la deuda pública.

Ahora veamos como se han generado estas deudas siguiendo el caso de España. En 2008, España era felicitada porque tenía la deuda pública más pequeña de Europa y una de las más pequeñas de mundo: 37% de PIB. Era felicitada efusivamente por todo el mundo. Seis años después, tiene una deuda/PIB de 100% que se ha multiplicado casi por tres. Un cambio tan dramático se debe a la caída se los ingresos fiscales y al aumento del gasto debidos ambos a la crisis y al aumento de las necesidades sociales.

En vez de programar una vuelta a cifras normales en un plazo largo, hasta que la economía se recuperara, se decidió enérgicamente lo contrario: que el mal era la deuda pública y que debería ser reducida inmediatamente.pr ellos e dictamino una reducción de gasto y un aumento de los impuestos.

Esto ha sido letal para la economía privada, que es quien paga los impuestos. Esta se ha visto aplastada primero por la crisis: caída de los ingresos y aumento del paro. Luego por el aumento de la presión fiscal: menos renta disponible: luego por la caída del gasto público: caída de ingresos sociales. A ello se ha de añadir la caída de la inflación por debajo de lo esperado.

Mientras la deuda públicas se controlaban, pero malamente, porque los ingresos fiscales no aumentaban pese al aumento de la presión fiscal, las deudas privadas no podían devolverse, lo que contraía a su vez las rentas de los acreedores: el desapalancamiento se estancaba.

Lo que se necesita en un caso así es: un estado que se financia a bajo coste para apoyar y suplantar al sector público mientras éste devuelve su deuda. Para ello es necesario un banco central que compre el exceso de deua pública en el mercado, para que su tipo de interés se mantenga bajo. Mientras la inflación sea muy baja, no hay ningún problema: el tipo de interés nominal será positivo, y de lo que se trata es bajarlo lo más posible.

En suma, sería más sano que el sector público absorbiera más deuda privada, que el banco central comprara la deuda pública sin preocuparse por la inflación (que no existe), y que el sector privado se viera estimulado cuanto antes a invertir y producir y crear empleo.

Lo que ha hecho EEUU, en donde la deuda pública ha aumentado mientras la privada disminuía.


Pero antes que nada hay que admitir que los agentes económicos no tienen muchas luces, que se equivocan al predecir el futuro, y que contraen deudas con información asimétrica respecto a los acreedores. Lo cual dista mucho de ser una realidad: la mayoría de los modelos siguen basados en la clarividencia de los agentes. 

 

Del malestar a la revolución

Recomiendo encarecidamente la lectura del artículo de PJ Ramírez hoy, en El Mundo. Es curioso porque es traducción del francés de su conferencia de presentación ante la edición de su libro sobre la Revolución Francesa: quizás por eso el texto sea mucho más terso y directo, sin tantos meandros habituales en el autor. Esclarece algunas claves del porqué en tiempos atribulados se hace fácilmente con el poder el grupo más audaz un sin escrúpulos. 
No estoy de acuerdo con su tesis principal: que las revoluciones la traen las deudas públicas. Las deudas pagables no traen la revolución. Japón tiene la deuda más alta del mundo, y no hay revolución ni visos de haberla.  Como se ve en las columnas F G del cuadro de abajo, las deudas importantes son las privadas, las que realmente impiden que se pongan en marcha el engranaje económico. 
Lo que trae la revolución es la miseria y la desesperanza debida a la inanidad de las autoridades. Lo que trajo la revolución a Europa en los años treinta fue el duro castigo impuesto a las potencias perdedoras de la segunda guerra mundial, la deuda privada, la presión fiscal sobre una economía hundida...que inevitablemente abocaba al estallido social. Si el estallido lo lideró Hitler, fue porque supo ser más hábil e inescrupuloso para hacerse con el poder. 
Aún así, pese esa tesis errónea a la que se dirige PJ Ramírez, imbuido de aire general que se respira aquí, el artículo es recomendable. 
Aunque debe leerse completo, destaco algunos párrafos:
"Mi libro demuestra que hasta que en abril de 1793 las secciones más radicales de París elaboraron la lista de 22 diputados moderados que debían ser expulsados de la Convención por no votar de acuerdo con los deseos «del pueblo», nadie denominaba girondinos sino a los diputados de la Gironde. Fue el hecho de que 4 de los 22 tuvieran ese origen lo que permitió marcar con el mismo hierro a los demás.
Lo que planteo no es una mera cuestión semántica. Los jacobinos controlaban una maquinaria propia de un moderno partido político. Tenían una sede central -la de la rue Saint-Honoré- con delegaciones en todas las ciudades importantes. Tenían un grupo parlamentario: la Montaña. Tenían un líder: Robespierre. Tenían una administración afín: la de la Comuna de París. Incluso una fuerza armada: la guardia nacional de las secciones revolucionarias.
Enfrente no existía nada equivalente. Sólo un archipiélago de personalidades que habían votado de manera diferente ante la cuestión clave de la muerte del Rey, que en algunos casos ni siquiera se relacionaban entre sí y cuyo único denominador común era oponerse a las pretensiones de los jacobinos de monopolizar la Revolución. No es cierto como pretende Soboul que «la Montaña se había definido poco a poco por oposición a la Gironda», sino más bien que la Montaña -autodefinida ya desde la Asamblea Legislativa- había inventado a la Gironda para tener un enemigo al que oponerse, un chivo expiatorio contra el que canalizar las frustraciones colectivas y un traidor imaginario al que destruir. Una coartada en suma para hacer una demostración de fuerza que le permitiera someter a la mayoría desorganizada de la Convención; al principio por el temor, después por el Terror.
 ...Por eso lo que se vivió aquel primer domingo de junio en París no fue una «jornada revolucionaria» más -hay historiadores que todo lo blanquean con este eufemismo- sino un auténtico golpe de Estado, pues fue desde dentro de la estructura del Estado -la Comuna y el Departamento de París, la propia Convención- desde donde se fraguó la sublevación que convirtió a la mayoría en esclava de la minoría.
Es el modelo que copiaron los bolcheviques y que durante dos siglos han venido reproduciendo militares golpistas en todo el mundo. Sus coartadas también se parecen a las de 1793 pues siempre hay un enemigo exterior que amenaza las fronteras, siempre hay traidores como Dumouriez, siempre hay condiciones de pobreza como las que soportaban los sans culottes, siempre hay gobiernos incompetentes capaces de locuras como la incontinente impresión de los asignados, siempre hay personajes que necesitan radicalizarse para tapar su corrupción como ocurría con Danton, siempre hay apóstoles de la violencia como Marat y fanáticos de la virtud como Robespierre.
 Ahora que se publica esta edición francesa, la tercera fuerza política en intención de voto en mi país, Podemos, justifica la utilidad histórica de la guillotina, ensalza a Robespierre y Marat y propone medidas económicas similares a las que sirvieron a los jacobinos para cavar su propia tumba. Su líder Pablo Iglesias participa en los programas de televisión rodeado de la misma mística que acompañaba las apariciones del Incorruptible en el club de la calle Saint-Honoré. En lugar de una peluca empolvada exhibe una larga coleta y una cuidada barba que impactan especialmente en el electorado femenino. Habla sin levantar la voz pero actúa, como el diputado de Arras, como si estuviera subido sobre un púlpito.
...No deja de ser significativo que mientras en Francia el descontento se canaliza a través del Frente Nacional en España suceda a través de Podemos. De nuevo en la Historia la extrema derecha confluye con la extrema izquierda en la enmienda a la totalidad al sistema. Ambas se alimentan de la corrupción de la casta dominante y ahí está como último ejemplo el escándalo de las tarjetas de crédito opacas que casi cien altos cargos utilizaban en un banco salvado con dinero público como Caja Madrid. Su descubrimiento ha causado a los españoles la misma indignación que causó a los franceses el descubrimiento del libro de tapas rojas en el que Luis XVI apuntaba las asignaciones secretas a sus cortesanos."

sábado, 11 de octubre de 2014

CAP 22

Han logrado introducir tal cantidad de connotaciones negativas en los sintagmas "Keynes", o "keynesiano", que la gente se pone de uñas cuando intentas sacarla de la falacia económica actual. Así que es mejor no mencionar la economía de Keynes como alternativa, y hablar simplemente de "Economía del desequilibrio". 
La diferencia esencial es que la Economía del desequilibrio niega que la economía de mercado sea capa de volver al pleno empleo una vez abandonado. Los ciclos económicos no son circulares, con alzas y bajas que se compensan. Los ciclos se deben a la conjunción de variables importantes que impiden recuperar la senda del pleno empleo. Es más, nada garantiza que con el tiempo se corrijan esas disfunciones por sí solas, sin intervención de la autoridad. 
Pensemos un momento en la cantidad de actividades sociales que funcionan aparenemente gracias a la coordinación espontánea. Un sencillo ejemplo, es la circulación peatonal por la acera. Puedes confiar que la gente vaya andando son pensar en ello, sino en otras cosas, o hablando, con otra hablando por teléfono, etc. En ciertas condiciones muy amplias, la circulación peatonal será fluida, sin necesidad de un agente exterior que intervenga y la dirija. 
Ahora supongamos que las circunstancias varían: que aumenta la cantidad de gente; que se producen atascos y aglomeraciones, que hay obras que obligan a hacer maniobras, que dichas maniobras hacen frenar al que va detrás que se topa con el que va más atrás aún, quién vuelca la cesta de la compra de una señora sin querer, la cual se enfada y se tira al suelo para recoger los nabos y las alubias, lo que produce otro pequeño incidente... 
Toda esta gente que andaba automáticamente por la acera ha visto frustradas sus expectativas personales que se había formado inconscientemente. No de una manera severa que le obligue a cambiar de planes, pero quizás de una manera irritante para algunos, que ven que ya no podrán hacer todo lo que tenía pensado, o que tendrá que volver al mercado a comprar alubias, o que tendrá pedir dinero a su madre de nuevo para comprar otra piruleta que se le ha caído con los nabos de su madre... Pequeños incidentes cotidianos, generalmente insignificantes a nivel colectivo, pero... 
Con los términos que he usado se puede trasladar el escenario a la circulación de los coches. Entonces aquí la frustración de expectativas es un poco más grave, incluso puede tener consecuencias mortales, si una ambulancia se ve atrapada con un caso urgente: no llegará al hospital a tiempo de salvar la vida del paciente. Esto será una alteración sería de los planes de los médicos que estaban esperando la ambulancia a una hora, les obligará a retrasar otras urgencias previstas, lo que les pide alterar su agenda incluso para varios días. 
Creo que podemos aceptar que un colapso circulatorio de una gran ciudad necesita la intervención de los políticos y expertos para solucionarlos. Es fácil imaginar que, sin eso, el colapso no mejoraría, se agravaría con el tiempo, y que podría llegar a una situación. Desabastecimiento, riesgo social de la salud, agravamiento de situaciones precaria... Podemos quejarnos de que las autoridades y los expertos tarden más o menos en solucionar el problema, pero no de que intervengan. ¿No trataríamos de locos a los que protestaran por la injerencia del poder político en una situación de riesgo progresivo, con reacciones individuales de efectos acumulativos arriesgados y peligrosos para los demás? Pues eso es a lo que exactamente nos invitan los economistas liberales, con su pretensión de que en una situación de colapso de los sistemas de coordinación espontánea, de aumento del pesimismo e incertidumbre, las cosas fluyen por sí mismas porque cada individuo y empresa, persiguiendo sus propios intereses, ponen en marcha una "mano invisible" que devolverá tarde o temprano la fluidez de la circulación económica. 
He subrayado tarde o temprano, porque el tiempo que se tarda en salir del colapso no es relevante para los liberales. No entra en sus objetivos que el tiempos es lo menor posible. Ellos priorizan que se cumplan los principios liberales, es decir, sencillamente, que no haya injerencia del estado. No computan los costes exponencialmente crecientes para la sociedad que la crisis se prolongue años y años. 
Transpongamos eso a un economía compleja en la que han de armonizarse intereses contrapuestos,  pero que se influyen unos a otros. Esas influencias mutuas son positivas siempre, según los liberales. Pero según el sentido común, no tiene por qué ser así. La experiencia de la tremenda crisis que sufrimos hace difícil de conciliar con esta idea simplista. Es un idea simplista pensar que las expectativas de los inversores se concilia espontáneamente con la de los trabajadores, y que estos vn a consumir exactamente lo que quieren vender los productores. 
Los inversores tienen en mente lo que van a ganar con la inversión, pero esto no depende de un cálculo objetivo válido para todas las estacione y circunstancias. Hay épocas de boom en que se conforman con un tasa de ganancia muy baja, porque creen que su capital va a ser más rentable que su coste de adquisición y mantenimiento. Pero cuando el boom revierte y viene la caída, su percepción de lo que vale la pena invertir es muy distinta. 
En definitiva, los agentes dejados a sí mismos, no tienen un motivo para creer que todo volverá prontamente a la normalidad. Lo mismo, el que ha perdido su trabajo tiene una visión más pesimista sobre encontrar otro y mantenerlo establemente. 
Luego el plazo de tiempo de normalización no está escrito en los genes humanos, ni en ninguna ley social, al contrario. Y el tiempo aumenta el pesimismo y se retrasan las decisiones tendentes a restablecer la normalidad. 
Para cualquier propuesta alternativa, incluso no Keynesiana, recortar el  el tiempo de normalización es crucial, porque las pérdidas en recursos físicos y humanos es incalculable, pero sobre todo porque la angustia de los parados de larga duración no se puede paliar más que con ayudas nunca satisfactorias, y menos cuando tiene un vencimiento fijo. 
El objetivo declarado de una economía Keynesiana es el pleno o empleo. El objetivo e declarados de las economías de raíz liberal es que se respeten las decisiones individuales sin injerencia pública, tarden lo que tarden en surtir efecto.  

Lencería fina

Juan Iranzo es uno de los perseguidos por la prensa por el caso de las tarjetas B. Bah, tampoco es para tanto. Se gastó con la dicha tarjeta 46800 euros, pecata minuta. Lo único que llama la atención es que se gastó una buena parte en lencería, lo que me deja con cierto sabor a pecado: ¿un señor tan serio y tan moralista comprando lencería? La palabra "lencería" tiene sugerencias polisémicas. A mi siempre me ha hecho vibrar, y siento no haber sido capaz, por mi timidez, de haber entrado en una tienda del ramo y decir: -"hala, póngame unos cuantos kilos de lencería variada, y sin preguntas inútiles!" No me imaginaba a don Iranzo haciendo eso, pero me suscita un cierto punto de admiración.

Ahora bien, ¿para quién era la lencería? Quién era la afortunada/o? Un hombre capaz de entrar en una tienda del ramo y comprar lencería pensando en un oscuro objeto de deseo, es un tierno corazón. Sólo por eso me olvidaría de las cantidades -por otro lado ridículas, bah, un sueldo alto de un año- que ha usado. Pelillos a la mar. Claro que este paso puede llevar al divorcio, porque, imaginen: el regalo no era para la legítima, y la legítima ha visto en los periódicos que su legítimo había comprado cositas que ella no ha recibido, y ha tenido la visión de una pécora luciendo lencería que su legítimo estruja con frenesí . buffff

Juan por otra parte, se ha apresurado a devolver el dinero, lo que no es un gran trastorno para él, a tenor de la lista de cargos que ocupa (u okupa) en diversos organismos todos de profunda raigambre pública. De Wikipedia,

Y actualmente es Catedrático de Economía aplicada de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Vicepresidente del Instituto de Estudios Económicos, Decano-presidente del Colegio de Economistas de la ciudad deMadrid, Profesor del CUNEF, Académico de la Real Academia de Doctores de España, Consejero del Grupo Empresarial San José, Consejero FERTIBERIA, Miembro del Consejo Asesor de Capgemini y del Grupo Agbar, Presidente del Club de Consejeros de España, Profesor del máster Programa Superior de Dirección en Responsabilidad Corporativa en el IE Business School, Vocal de la Comisión Central de Caja Madrid, Consejero independiente de la REE y también es Miembro del Consejo Asesor de Sanidad y de la Comisión Permanente del Consejo en el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

O sea, es un tipo valiosísimo (literalmente vale más que su peso en oro), porque sólo el cargo de consejero independiente de REE (Red Eléctrica Española, que preside su amigo Pepe Folgado -un brigante que el año pasado tuvo que rebajarse, a instancia de parte, sus emolumentos porque eran demasiado altos, escandalosos- es un momio de esos que sólo va cuando hay consejo y te meten en el bolsillo unas dietas que ríete tú de la tarjetita Black de Caja Madrid.

En suma, que los de las tarjetas debe de exhibirse con información complementaria que es la valiosa de verdad. Si sumáramos (cosa que no puedo hacer, pero sī imaginar), lo que cosecha Juan al mes de la siembra de sus estimados consejos, nos marearíamos.

viernes, 10 de octubre de 2014

El marxismo y la democracia en España

Una vez, en mi juventud, quise ser revolucionario. Me lié a unos amigos que me hicieron comprender que el marxismo era la única verdad revelada por el hombre. Eso, y el hecho incontestable que las chicas que iban a las asambleas de la Facultad eran mucho más guapas y más frescachonas, me inclinó definitivamente.

La primera asamblea a la que fui tuve suerte: una joven guapísima, con la falda corta y que daba unos saltos preciosos, se me abalanzó y estuvo toda la asamblea abrazándome. Pero no fue más que un fugaz espejismo, pues resultó ser la novia de uno de los de la mesa, o sea, un verdadero revolucionario, y desapareció en cuanto la asamblea se disolvió porque era la hora de comer. Como siempre, me quedé perplejo.

Desde mucho antes yo había aprendido que a las mujeres no hay perseguirlas, sino dejar que ellas te persigan, si quieren: y desde luego, que no hay que ligar con ayuda de la ideología. Así que me fui a comer con mis amigos, aunque estos me miraban con envidia y recelo, como siempre pasa en casos así. No se daban cuenta que el que estaba frustrado con motivo era yo. Había probado el sabor de la miel más exquisita, pero me había despertado estrepitosamente del sueño antes de engullirla. Ellos, en cambio, no habían caído desde tan alto.

Después mi marxismo se fue enfriando, porque poco a poco (siempre he sido muy lento, seguro pero lento), me di cuenta de que mis amigos marxistas eran de una rama completamente nueva para mi: el Troskismo, de Trosky. Tuve que disimular mi ignorancia antes está incómoda revelación. Eso me obligó a unas lecturas fatigosas e incomprensibles para ponerme al día, pero que no asimilaba bien, pues ellos se irritaban cada vez que postulaba una afirmación revolucionaria. Si leer a Marx me resultó siempre una tortura, por su retorcimiento y fanatismo, tener ahora que aprender sutilezas troskistas me nubló la mente. Y no por eso volvió a presentarse un par de piernas asamblearias como aquellas. ¿Sería troskista la dueña? Yo creo que sí, porque el Troskismo, como el anarquismo, siempre ha tenido mucho atractivo en España.

Aunque llegué a tener una idea de Marxismo, nunca tuve ni pajolera de Troskismo. Me decían que era más humano que el primero, pero nunca supe por qué. Lo único que llegué a colegir es que debería ser así, porque Stalin, que empezaba a estar mal visto entre mis amigos revolucionarios, había mandado ejecutar a Trosky, o sea, que sí, debería ser más humano. Trosky fue asesinado en su exilio en México por Ramón Mercader, un stalinista catalán, mediante un azadón, o un hacha, no recuerdo bien, hincada en la cabeza. Troskista o no, esa imagen me retrajo aún más de mi ardor rojo. (Ahora recuerdo que quizás fuera un Píolet, algo que siempre he odiado - como el alpinismo- y que me pregunto como llegaría allí.)

Me autodefiní, entonces, como marxista en teoría, que quería decir que no pasaba del plano intelectual: no entraba en la acción revolucionaria. Me dijeron inmediatamente que eso no era válido, pues el marxismo se culmina en la acción o no es marxismo. Era como darse un lote, decían, pero con ropa, o follar con condón, otra metáfora muy usada (muchos no había follado ni con ni sin). Oir eso, desde luego, era duro. Me atuve a las consecuencias, sobre todo porque la policía respetaba a los que estaban en su casa dándole al intelecto, pero para nada a los que iban por ahí armando follón. Debe ser por eso que el atractivo que irradiaba hacia las piernas con minifaldas decayó mucho: porque no era un hombre de acción.

Tampoco es que mi labor intelectual fuera intensa y fructífera. Seguía en un estado de confusión total, y además el Marx que se destilaba de mis colegas de universidad no me caía bien. Me quedaron unas frases altisonantes, sobre la plusvalía y el inevitable desplome del capitalismo, pero eso me impedía comprender por qué había que hacer la revolución si de todas formas iba a caer. Es decir, proponían cortar el árbol antes de que creciera y el fruto madurara, lo que me parecía abortar el proyecto antes de tiempo. Cuando me oían decir eso recelaban. Empezaron a pensar si no era yo un infiltrado, en todo caso un poco tonto. Me fueron dejando de lado, y yo a ellos. Pero bueno, algunos de ellos consiguieron yacer con piernas bonitas, aunque otros probaron el duro suelo de la cárcel.

Eso de la cárcel y el sexo parece ser que era un dopaje que reforzaba la fe. Porque muchos de ellos se hicieron más y más fanáticos; otros se hicieron hippies, una salida muy concurrida entonces, y mucho más recomendable. A mi me sacaron de mi atontamiento unos nuevos amigos ilustrados, que me quitaron las telarañas dándome una perspectiva más abierta, lo que nunca les agradeceré bastante. Cuando un día, sin apenas darme cuenta, me dije -"coño, ya no soy marxista"- me quité un peso de encima, o mejor dicho sentí como si me lo quitara, porque en realidad hacía tiempo que me había liberado.

La fiebre del marxismo en España está inversamente relacionado con el catolicismo. España es anticlerical desde el siglo XIX. Leyendo a Caro Baroja, resulta que no se sabe muy bien el porqué de ese anticatolicismo virulento, que sacó a la gente a la calle a matar curas. Entonces surgieron las leyendas negras de que los curas envenenaban las fuentes de Madrid y eran los culpables de las epidemias que mataban más a los pobres que a los ricos. Muchas de esta municion ideológica salía de las logias masónicas, que entonces bullían, en torno al trienio liberal. No era un liberalismo pacífico y constructivo, y por eso apenas duró unos años. Y eso que la Constitución de 1812 era rigurosamente respetable con el catolicismo -aunque no con las propiedades y abusos de la Iglesia.

Con el tiempo ese liberalismo masónico fue sustituido por el marxismo, y sobre todo por el anarquismo. Ese odio contra la iglesia se amalgamó en una nueva ideología, que decía que "la religión era el opio del pueblo". Ningún crisol mejor para acoger y reactivar los resquemores contra la iglesia española; la cual, por su parte, había hecho muchos méritos para ello.

Así que nada más natural que la oposición más visible al franquismo fuera de cuño marxista. Eso permitía a los partidos comunista y otros "compañeros de viaje" presumir que eran la única oposición al franquismo. Simplemente era la más ruidosa, como se vio en las primera elecciones.

Es más, el dictador, sutilmente, permitía la difusión de libros marxistas, pero no liberales. (Esto lo habían los dictadores del mundo entonces, pues así conseguían más ayudas de EEUU en su guerra fría con la URSS.) No sé si Franco lo hacía por eso, pero en todo caso sabía que los españoles nunca confiarían en una ideología que probablemente sería minoritaria. En cambio, temía el apoyo de EEUU a una oposición liberal o democristiana. En todo caso, Franco se manifestó siempre adversario acérrimo del liberalismo, la causa de la caída del régimen dinástico y la entrada del comunismo. Para él el comunismo era un efecto colateral del liberalismo. Por cierto, ¿han observado la poca ostentación de marxismo que hace "Podemos"?

Que Franco era antiliberal se puede ver en el asesinato de su más fiel colaborador, Carrero Blanco. Si Carrero hubiera heredado el poder a la muerte de Franco (como parecía ser su intención al nombrarle Presidente de gobierno, cargo que siempre había ostentado él mismo), la apertura democrática hubiera tardado demasiado, o no hubiera llegado, para el gusto de algunos como EEUU, que quería meter con urgencia a España en la OTAN y en la Comunidad Europea (por ese orden, como efectivamente sucedió). El retraso de la homologación democrática hubiera supuesto un riesgo de involución o algo peor, la caída en una revolución de dudoso final, apoyada quizás por el bloque soviético.

EEUU tenía prisa, así que dejó hacer, o teledirigió, o participó, en el asesinato de Carrero Blanco ejecutado por ETA, el único escollo a la monarquía parlamentaria homologada. Entre el asesinato de Carrero y la llegada de la democracia pasaron menos de tres años. Hubo que quitarse de en medio al presidente que sucedió a Carrero, Arias Navarro, un nostálgico plasta pero que no fue difícil hacerle dimitir con la presión del "Amigo Americano".

En todo caso, la apertura llegó de los enemigos de Franco, los que querían sustituir a su régimen y sus débiles apoyos, que dentro y fuera de España no eran ya importantes. Otra interpretación pasaría por admitir que Carrero era un demócrata, algo harto inverosímil. Así que nuestra homologación total con el mundo occidental llegó gracias a la geoestrategia y a la Guerra Fría. Los comunistas quisieron subirse al carro, pero sin mucho crédito con su eurocomunismo fracasado. EEUU estuvo presente siempre en la,transición, como desveló José María de Ateilza, conde de Motrico (uno de los puntales de EEUU y del rey) cuando dijo: vino Kissinger, y nos dijo, tenéis que hacer, esto, esto y esto...
Que nosotros los españoles hayamos dilapidado esa chance, es una tristeza, porque no es fácil que se repitan circunstancias tan propicias...Pero era de esperar. En España hay demasiados que quieren siempre partir de cero, poner las manecillas del reloj en las doce, no tener en cuenta la historia, redefinir la democracia, que no es una idea, es una evolución histórica.
Las oportunidades como esa no están siempre disponibles, por mucho que pertenezcamos a Europa. Europa es débil, así que no se puede esperar de ella en las crisis graves más que reglamento. Europa se lavará las manos como Pilatos, como siempre ha hecho. Y EEUU no es el de hace 40 años. 

El Ébola y las economías de escala

El gran esperpento del Ébola tiene una causa de fondo que nadie, creo, se ha molestado en señalar. Este tipo de servicios punteros, con proyección internacional, tiene que estar gestionado y financiado por el gobierno central. Muchos otro servicios no deberían haberse descentralizado.

Soy cada vez más centralista: expongo mis razones. Hay montones de servicios públicos que deben aprovechar al máximo las economías de escala naturales de que goza un gobierno central frente a uno regional. Es absurdo que un caso como el Ébola haya ido a parar a un hospital con pretensiones, pero que hace años fue relegado a la Comunidad de Madrid. En realidad el lastre que ha hundido las finanzas de todas la CCAA es la sanidad, y la misma Esperanza Aguirre, antes de intentar privatizarla, dijo que era más racional devolverle las competencias al gobierno, pies así se ahorraba dinero.

Pero no. En plena vorágine centrifugadora, acelerada con el efecto del Estaturo catalán sobre el resto, era imposible la racionalidad. Se siguió adelante con una carga que sólo el gobierno debería sobrellevar. Pero a ver quién es el macho que dice no a una competencia.

España tiene urgentemente que recuperar, recentralizar, competencias; las primeras, las que han supuesto un aumento del gasto y de la deuda de las CCAA por una centrifugación absurda. Y creo que las primeras por empezar deben ser las de menos carga política. Porque por mí, habría que recentralizar la educación urgentemente.

Yo comprendo que hay servicios, como los bomberos, que naturalmente deben ser locales. Pero en general lo que es del estado y afecta a todos los ciudadanos, debe ser centralizado y pagados con el mismo sistema fiscal, sea este progresivo, proporcional, o lo que sea. El día que se descentralizó la sanidad se metió la mata hasta el corbejón.

A eso hay que añadir las chorradas que han hecho las CCAA con el dinero, como aeropuertos sin viajeros, ciudades de la cultura fantasmas, parques acuáticos sin terminar, etc. El paraíso a la vuelta de la esquina. No sé muy bien por qué, la población baja la guardia más cuando ser trata de su Comunidad que cuando se trata del Gobierno. Se supone que debía ser al revés (más cercanía más control ciudadano) pero en España al menos no, es al revés: se teme más al poder cuanto más cercano está. Es más, la imposición de inmersiones liguisticas, no sólo en Cataluña, en Baleares, en Valencia (como nos cuenta Pablo Bastida), en contra del sentir de la mayoría de la población, no ocurrirían desde el gobierno central.

En resumen, hay dos razones para que muchos servicios, los más importantes, buelvan a manos del gobierno: por economías de escala, y por justicia distributiva de cargas fiscales y beneficios. Estos dos criterios son muy superiores a los que generalmente se aluden, como el de justicia ínter territorial. Una falacia.

Pesadilla española

Cristóbal Montoro. Extorsionador. Mentiroso descarado
 

Sosias de. Nadie le ha visto. Aquí, pillado de improviso.
Gasta mala leche cuando le despiertan 
Topilla. No ves tres en un jaguar.
 Experta mundial en importar e diseminar virus
 
Ana Botella. Adicta a the cups of café con leche in the plaza Mayor
Impresentable. Im-presentable. Literal.
Merece ser Arrojado al pilón todos lo días.
Pero el pilón de mierda.
Gran esperanza del Titanic
Hutsi, Colono de las colonias españolas del norte
Casillas. Ex portero. Ex topo
Del Bosque. Ex seleccionador
Bolivariano. Afincado en España.
Posible presidente de la primera República
de la federación castellano/Valencia/andalusí (o lo que quede de España).  
Iranzo. Descubridor de la devaluación interna con cobertura de riesgo gratis a través de las tarjetas B
 

Mismamente el Pueblo español
 

jueves, 9 de octubre de 2014

La deuda impagable

En el gráfico, de AFI, la deuda de España por sectores no financieros, expresada en % de PIB. Es la deuda bruta que cada sector le debe a los demás. Las cifras de la derecha indican el debito de cada uno de los sectores. La suma de los tres es casi del 330% del PIB.

La deuda pública ha pasado de un 37% de PIB al principio de la crisis, a un 130,4% (deuda total, sopon ajustes del PDE). La deuda empresarial se ha reducido ligeramente, lo que explica en buena medida la caída de la inversión. Por su parte, la deuda de las hogares apenas se ha reducido.

Sin embargo, este gráfico -que nos permite ver la evolución desde el principio de la crisis-, está incompleto, pues falta la deuda del sector financiero. Una visión más completa, aunque de un sola fecha(final de 2013) nos la ofrece el cuadro de la OCDE de todos los países desarrollados (DM):
El gráfico está fechado en final de 2013, por lo que hay algunas discrepancias, pero nos permite calcular el total de deuda incluyendo el sector financiero. En la columna "d" tenemos esa cifra, que es el 95% del PIB. Sumando esto a las cifras del gráfico (que llega hasta marzo de 2014), obtenemos una deuda total del 425%.

Nótese que el cuadro toma como válida la deuda pública oficial, es decir, afeitada mediante el PDE (Protocolo de Déficit Excesivo de Bruselas). De ahí el ejercicio de ajuste de las cifras financieras al gráfico, que acierta al dar como deuda pública el 130% del PIB.


El cuadro nos permite distribuir esta deuda entre externa e interna, distribuyendo la diferencia del 30% de PIB entre ambas fuentes. Así, tendríamos un 245% de deuda interna (lo que nos debemos mutuamente los españoles) y 180% de deuda externa (lo que le debemos al Resto del Mundo).

¿Es pagable esta deuda? Como se sabe, y hemos repetido muchas veces, eso depende de dos variables fundamentales: el nivel inicial de deuda, el tipo de interés devengado por cada sector y el crecimiento de la renta nominal de ese sector. Si el tipo de interés es menor que el crecimiento, la deuda es pagable tanto más cuanto mayor sea la diferencia. Mientras el interés supere al crecimiento, la deuda/PIB aumenta.

Ahora mismo, la deuda es impagable, puesto que el crecimento del PIB nominal, y por lo tanto, el de la renta, es inferior al tipo de interés. El tipo más bajo es el de la deuda pública, de un 2%. Pero el tipo de los demás sectores es mucho más alto, lo que frena la creación de renta nueva: eso lleva a un crecimiento de la serie deuda/PIB.

La deuda ha sido un problema crucial en muchos momentos históricos cruciales. O quizás mejor sería decir las deudas. Las deudas tienen muchos efectos perniciosos a largo plazo, lo cual invalida el casquivano argumento de los de derechas de que bajando los salarios se crea empleo y todo solucionado, como decían esos señores de la tarjeta B (a ver si se atreven ahora). Esto es falaz porque los sectores que quedan más endeudados en una crisis son los de baja renta, que son los que se han hipotecado. En cambio, los sectores de alta renta se endeudan mucho menos en proporción a su renta y su patrimonio. No es que no pierdan con ña crisis, pero en términos relativos salen menos tocados que los pobres. La crisis ha producido una agudización del reparto de la renta y el patrimonio, lo que explica en buena parte el resurgir de ideologías radicales a los que se adhieren las que no tienen nada que perder... Que son cada vez más.

Eso no puede de dejar de tener efecto a largo plazo, tanto más cuanto las autoridades se retraigan en solucionar el problema. Las auroridades europeas se han retraído. Las deudas siguen pesando enormemente en las economías productivas. En EEEUU, han sido infinitamente más activas -aunque no tanto como se requería: la ideología malsana del Tea Party ha hecho lo imposible para torcer cualquier ayuda a los más endeudados. Como podemos ver en "House of Debt", la ayuda directa a los hipotecados hubiera sido mucho más rápido y eficaz.



En realidad "sólo" han hecho política monetaria y bancaria (cosa que no ha hecho el BCE), pero el resultado ha sido espectacularmente distinto:

Mientras la deuda pública/PIB se ha mantenido, la deuda de las familias se ha reducido notablemente, mientras que la de las empresas ha resurgido para financiar inversión. La deuda total de EEUU es un 362% de PIB, muy inferior a la española de 425% (el más endeudado de los desarrollados). Además, su capacidad de pago está garanrizada y es creciente.

Mientras Europa no tenga un voluntad política de afrontar el poblema de verdad, el,e poblema de la deuda seguirá aplastándonos.

Nobel de literatura

Patrick Modiano lo vengo leyendo desde los setenta, cuando hacia guiones para Louis Male. Cada vez que iba a París por razones de trabajo me compraba el último de sus libros. El último que leí era una pequeña maravilla sobre la vida truncada de tres chicas, sin futuro muy esperanzador, sólo agarradas a su presente. Creo qes se llamaba "Trois filles vies" (tres vidas) una joya.  Modiano sabe crear ambientes, imágenes, sensaciones físicas, personajes. Me alegro que por una vez el Nobel se lo den a uno de mis escritores favoritos. Leerlo en francés es un placer casi físico, pero en español no desmerece.
Leer a Modiano es como un adulce e inocua droga, muy parecida a leer a otro autor francés (de origen belga) Simenon. No tienen nada que ver, pero el placer que producen ambos es muy parecido. 

El FMI, la banca y el Informe Génova

Pablo Pardo hace una crónica excelente en El Mundo de la reunión anual del FMI y del Informe de Estabilidad Financiera. De ella se infiere que, en el mejor de los casos, la banca tardará mucho tiempo en aumentar sus crédito al 5% anual, cifra mínima para un despegue sostenible.

Es tan clara la crónica que no necesita comentarse:

Los bancos europeos «necesitan, claramente, un nuevo modelo de negocio». Así lo expresó ayer el director de Asuntos Financieros y Monetarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), José Viñals. Lastrados por una morosidad de 633.000 millones de euros (800.000 millones de dólares), las entidades financieras de la Eurozona no son capaces de conceder los créditos que necesita la economía para salir de la crisis.
Un estudio realizado por el FMI entre un grupo de bancos europeos –cuyas identidades no han sido hechas públicas– revela que nada menos que el 70% de ellas no son capaces de aumentar su volumen de créditos vivos en un 5% anual, que es lo mínimo necesario para mantener una reactivación sostenida.
La situación es, presumiblemente, peor en España, donde el crédito sigue desplomándose, aunque lo hace a un ritmo ligeramente menor que hace un año, según explicaba el informe del Fondo Perspectivas de la Economía Mundial, publicado el lunes. Además, España es, junto Portugal e Irlanda, uno de los países europeos en los que la deuda de las familias es más alta en relación al PIB. Eso hace que la caída del crédito sea todavía más dura.
Claro que ése no es el único problema de la economía española que fue señalado ayer por el FMI. El informe sobre estabilidad fiscal del organismo deja claro que España es, de los países desarrollados, el segundo, tras Japón, que va a tener un déficit público más grande –del 5,8%, medio punto por encima del Presupuesto– en 2015. Sólo el rescate de los bancos y cajas de ahorros ha supuesto siete puntos porcentuales del PIB, es decir, cerca de 70.000 millones, de acuerdo con los datos del Fondo. No obstante, la institución no cree que vaya a repetirse una crisis de la deuda como la del periodo 2010-2013.
Pero una cosa es que la crisis vuelva en toda su crudeza y otra muy diferente que la recuperación sea visible. Los bancos de la Eurozona han escapado del colapso, pero todavía no pueden contribuir a la reactivación. El Informe sobre Estabilidad Financiera Mundial, que ayer publicó el FMI, recomienda a los bancos que sigan controlando el pago de dividendos, y propugna el cierre ordenado de instituciones que no son viables, el final de las ofertas a los clientes que no son sostenibles –como depósitos con remuneración excesivamente alta– o el establecimiento de sistemas seguros de titulización de créditos.
En las titulizaciones, los bancos transforman sus créditos en activos que venden a otras instituciones financieras. Bien hechas, son una forma de dispersar el riesgo. Mal hechas, reparten la basura tóxica entre todos los partícipes del sistema financiero, como pasó en EEUU en 2008 con las hipotecas basura.
El problema es que, como el propio FMI admite, ninguna de esas medidas va a dar resultados rápidos. Al contrario: también exigen un refuerzo de la regulación. Una regulación que la institución, al igual que la Reserva Federal y el Gobierno de Obama, cree que debe ser clave para que las instituciones financieras no tomen excesivos riesgos.
El FMI cree al igual que EEUU que los tipos de interés no deberían subir para controlar posibles burbujas, ya que ése no es el objetivo de la política monetaria. En vez de eso, deben ser las políticas prudenciales –o sea, la regulación– quien se encargue de eso.
En definitiva, como dicen los expertos del Informe Génova, como el resto de políticas del euro, la de la sostenibilidad bancaria ha a fío más que deficiente.
Indeed, it can be argued that, in the absence of action to recapitalise the banks, one of the consequences of the LTROs was to keep insolvent banks alive, particularly in the euro periphery, and to delay the deleveraging of the banking sector. As shown above, financial debt remained almost constant in 2011-12.
The LTROs did not prevent a credit crunch in the economy, as the funds they provided were used to buy government bonds rather than to lend to the economy, as shown by the increase of the ratio of sovereign bonds to assets in the Eurozone banks’ balance sheets (Figure 4.13). This change in asset composition, particularly strong in Spain and Italy, has been a significant feature of the Eurozone banks’ adjustment and has involved, in particular, domestic sovereign bonds (see, amongst others, Battistini et al., 2014). As a consequence, as argued by Reichlin (2014), lending in the second recession was weaker than in the first if we control for the fact that the decline in real economic activity had been less pronounced (see Figure 4.14).
In sum, weak lending and a change in asset composition in favour of sovereign bonds are the result of a combination of factors: undercapitalisation in the banking sector; restrictive fiscal policy; geographical segmentation of financial markets leading to a high correlation between bank risk and sovereign risk; the ineffectiveness of monetary policy in this context; and persistent stagnation of the real economy. Progress has been made towards the establishment of the banking union which, together with the new European Systemic Risk Board, promises to lead to more timely action on banks in the future (although with much uncertainty related to the limited resources to be available for use in crisis resolution).

miércoles, 8 de octubre de 2014

Por qué es incompatible Keynes con la economía al uso

David Glasner lo explica aquí brillantemente, además de explicar por qué Keynes, siendo un pionero, no puede dar la solución final. El poblema es haber abandonado las vías de investigación que él abrió, pero de eso no tiene la culpa. La culpa la tienen los que han cerrado la universidad e investigación a otras alternativas. Naturaleza humana: actitud defensiva contra todo lo nuevo. Lo bueno y lo malo. Lo malo es la defensa corporativa contra el pasado!
Keynes es incompatible con la economía al uso porque admite la posibilidad de que los movimientos de las variables clave en la economía al uso (salarios, tipo de interés, precios) no se coordinen en el sentido positivo. En la economía al uso, los salarios y el tipo de interés juegan en la misma dirección: un aumento del paro mueve a la baja los salarios, a la vez que una caída de la inversión mueve a la baja el tipo de interés.
En Keynes, una aceptación de algunos trabajadores  de un salario menor no se traduce en pleno empleo, aparte de tener efectos colaterales sobre el consumo. Además: El tipo de interés puede subir por aumento de la prima de riesgo e incertidumbre. A eso lo,llama Glasner fallo en la coordinaciones de mercados. Ese fallo puede ser transitorio, pero a lo mejor que lo sea requiere mucha suerte. 

El euro no es un fin moral

Juan Iranzo es un economista señero. No porque tenga una gran obra, que no la tiene, sino porque ha sabido uncirse al carro ganador. Ahora está pasando un mal momento por lo de las tarjetas Black de Caja Madrid. Un mal momento relativo, porque lo suyo no es penal. Es una simple falta que se liquida con una multa de Hacienda. Un error humano (de momento, porque no es imposible que esto no sea más que la punta de un iceberg. Saldrán más escándalos, no lo duden).

Lo que pasa es que hay un componente moral en el tema. Un componente del tipo "Epístola moral a Fabio", ese pestiño que en mis tiempos había que estudiar en el bachillerato. Juan Iranzo, como otros colegas, fue recompensado por difundir una idelología económica. La ideología que le convenía al PP cuando gobernaba. Era la Buena Nueva, el Evangelio: al fin había llegado el liberalismo a España. Un liberalismo que nos iba a introducir en el mecanismo del euro suavemente, como la vaselina. Gracias al liberalismo ya no sufriríamos más de males económicos, y, encima, estaríamos en el euro, que sería el sello definitivo, pues ya no habría marcha atrás. Liberalismo + euro, un cura-lo-todo definitivo.

Yo puedo comprender que antes de poner en marcha el engendro, hubiera gente que creyera en él. Pero ahora, después de ver los resultados, que esta gente siga predicando con fanatismo que la culpa de no haber digerido el euro es nuestra, es una muestra fehaciente de rigidez neuronal preocupante. No sé que será de su cerebro cuando tengan veinte años más.

Pero siguen. Esta mañana, el mismo FJL, tan faltón cuando le da la gana, tan sobrado siempre, decía:
Por si no revestían suficiente gravedad el estancamiento industrial alemán, la crisis a cuenta del déficit entre Bruselas y París (que muestra la incapacidad de Francia para asumir su realidad económica y los compromisos del euro), la ralentización del incipiente crecimiento español, que puede verse frenado por la crisis de Francia, la UE y el euro, amén de las incógnitas de China y el dopaje monetario de los USA...
La incapacidad de Francia... ¿Y España? ¿Y Italia, Y Portugal, y Grecia? No me extraña que algunos, muchos hayan hecho el petate y se hayan largado de ahí. 15 o 20 años ya diciendo lo mismo, que consiste en que la realidad falla porque no se ajusta a sus teorías... Cuando la realidad falla tanto tiempo y tan intensamente, hay que cambiar de perspectivas, de teorías. Si Francia "es incapaz de asumir los compromisos con el euro" será porque esos compromisos sencillamente no se pueden cumplir. En fin, ¿se puede culpar a tanto millones de gentes, condenarlas a la indigencia, por profesar una creencia falsa?
¿Y lo del dopaje USA? Como se puede decir las mismas memeces tantos años.

Claro, así no se le puede pasar por el magín que la crisis del euro (que no ha terminado, pese a la apariencias) haya podido aumentar el malestar social y con ello hacer triunfar ideologías utopistas, como el independentismo catalán. ¿O no era éste minoritario hasta hace escasos años, pongamos que antes de la crisis? Es que no ha sufrido un subidón inexplicable, si no metemos en la ecuación el derrumbe de la economía?

Esas ideologías siguen avanzando, como todos sabemos ver. No hace falta saber mucha historia para encontrar paralelismo, sobre todo a una persona que se las da de sabelotodo. Yo he aprendido mucho de la crisis, que me ha descolocado, y he tenido que cambiar, estudiar miles de páginas, de economía y de historia. Pero don FJL ya lo sabe todo desde que nació. Aprendí con dolor una cosa: que el resultado global no depende de las acciones individuales, que eso es un error mayúsculo, y un arma ideológica arrojadiza que deja indefensa a la gente.

El problema de FJL y mucha gente que conozco de derechas, es que se cree que somos seres eminentemente morales. Creo en la responsabilidad personal, pero no en la clarividencia. En realidad, las circunstancia nos dominan muchas veces. No tenemos un comportamiento igual de ético cuando estamos hambrientos que cuando estamos de lujo. Entonces es muy fácil dar consejos y escribir "Epístolas morales a Fabio", y decirle a Francia que no "cumple con los compromisos con el euro", ¡como si Francia fuera culpable de lo nuestro! Esto denota que en el fondo mucha gente invoca al euro como un fin moral, es decir, un fin en sí mismo, cuando no es más que un instrumento para lograr un fin. El instrumento ha fallado más que una escopeta de feria. No hay nada vil en denunciarlo. Hay algo morboso, en cambio, en defenderlo contra viento y marea, contra una evidencia abrumadora. Hace sospechar de la capacidad, o peor, de los intereses ocultos.

Berlanguiano (a Guille)

Cada vez que pasa algo en este país caemos en la cuenta de que somos una película de Berlanga (genio olvidado); como aquel monumento a la esencia española, "Plácido" en el que no falta de nada, ni siquiera una "solución habitacional nocturna" en un urinario que a la vez está abierto al público de día, mientras las beatas reciben a cenar en Navidad a un pobre que traen de un asilo. El pobre no quiere champán, pide vino con gaseosa o Anis del Mono, y se come el turrón con disciplina. Pero hete aquí que uno de estos pobres se muere cenando, y resulta que vivía "en pecado" con otra anciana del asilo, y deciden que no puede morir así y hay que casarlos antes de que fallezca, pero ella pone objeciones, etc, etc...Y que me dicen del "Verdugo", aquella parábola maravillosa en la que, para ser funcionario, un pelanas se cuela de aspirante a verdugo, pensando que no hay ya penas de muerte, porque le van a dar un piso... ¡Qué español!

Yo tenía un amigo que siempre estaba a la cuarta pregunta, pero conoció a un alto cargo de UCD que siempre estaba borracho, y le convenció en una noche de farra que podía ser un buen jefe de prensa. Pero, a punto de firmar, un día antes, cayó aquel gobierno, y mi amigo nunca fue funcionario. Se quedó para siempre con un poso de amargura por la jugarreta del destino,tan español la jugarreta. Lo hubiera hecho mejor que nadie.

Parece que no ha cambiado nada, aunque aquellas películas eran en Blanco y Negro, y ahora dicen que la realidad española es en colores... Sin embargo, seguimos chapuceando en un océano de despropósitos y conseguimos ser el primer país del mundo mundial en tener un caso de Ébola, aparte de África. Y desde entonces, somos más cínicos, más amargos, y más corrompidos.

Todo es voluntarismo y chapucería. Aquel primer misionero traído a España por razones nunca explicadas no tendría que haber venido. Se corría un riesgo pequeño, pero de consecuencias enormes. Un "Tail Risk" de esos que provocaron la crisis en 2007. No debía haber venido. Fuera misionero, o fuera un sabio, premio Nobel, o delincuente. Luego dicen que "se respetaron los protocolos escrupulosamente" cuando ya desde el principio se violó la primera regla prudencial. Hubo informes de sanitarios denunciando que en España no había suficiente equipamiento ni -sobre todo- personal adecuado. La señora auxiliar que ahora tiene el Ébola era una voluntaria (aquí se estima mucho eso) sin preparación suficiente. Pero afirma, como la ministra, que "respetó escrupulosamente los protocolos" (no entiendo muy bien que su marido, o pareja, sea medido y se lo haya permitido, pero bueno, pasemos). Incluso, incluso, el ministerio de Sanidad se permitió el brindis al sol de invitar a una comisión de la Comunidad Europea para aprovecharan allá, en el Norte, la experiencia de nuestra maestría en el tratamiento del Ébola.

Una nueva hipercagada de este gobierno, lleno de mediocritas (por ser benévolo), corrompidos y chapuceros, como esta ministra de sanidad, tristemente famosa por el Jaguar que no veía en su garaje. Yo creo que se quedó ciega el día de los confetis de Gürtel, que le entraron a puñaos en los ojos. Dicen que es amiga de Rajoy: y digo yo, ¿si se trata de colocarla para que salga adelante, no es suficiente con un carguito donde no haga nada?

Y ¿cómo van a ser los cargos inferiores, que está lumbrera ha nombrado? Pues no había más que verlos en la rueda de prensa, mientras ella escurría el bulto sin rebozo, con signos de irritación cuando la pregunta era comprometida. Por cierto, hasta cuando vamos a oír temblar la voz agónica de un periodista que se atreve a hacer una pregunta pertinente? otro signo más de la precaria democracia que tanto nos satisface. La ministra le mirò no muy malas pulgas, pero yo me levanto el sombrero. Bien chaval, eres el único justo que a lo mejor nos salva de que Jehová convierta en cenizas está porquería maloliente.

La única promesa de esta señora, cuando la nombraron, fue "que a lo largo de la legislatura iba a mejorar su letra, por culpa de la cual no entendía las notas que tomaba en las ruedas de pensa y respondía mal a las preguntas". No tiene un pase. Una prensa libre se hubiera ensañado en esa pueril respuesta, o se hubiera levantado por llamarlos gilipollas. Indigna responsable de Sanidad, a cuyo cargo tiene miles de profesionales que no pueden sentirse representados por tanta imbecilidad y descaro.

Pero así es el gobierno de Rajoy. Unos idiotas que juegan a ser más de lo que jamás podrán ser. Unos imbéciles que hablan de la "Marca España" con fruicción, y luego le dan patadas hasta que la dejan moribunda, y que miran con odio africano al que se atreva a poner en duda la veracidad de sus imbecilidades, cada vez más toscas. Pues a ver como hacen para no hundir la campaña turística del año que viene.

España habrá alcanzado niveles similares de negación de sí misma, pero no sé cuando ni quiero saberlo, porque siempre es mejor tener la esperanza de que esto se acabe.

martes, 7 de octubre de 2014

Efecto boomerang del austerismo

De Bill Mitchell blog

The German experiment has failed

In the last week, several new data releases have shown that the Eurozone crisis is now consolidating in the core of Europe – France, Italy and … yes, Germany. The latter has forced nonsensical austerity on its trading partners in the monetary union. And, finally, the inevitable has happened. Germany’s factories are now in decline because the austerity-ravaged economies of Europe can no longer support the levels of imports from Germany that the latter relied on to maintain its growth and place it in a position to lecture and hector the other nations on wage and government spending cuts. The whole policy approach is a disaster and is exacerbating the flawed design of the euro monetary system. The leaders should find a way to dismantle the whole charade and allow nations to seek their own paths to prosperity with their own currencies. The German experiment has failed.
.......

Where are all those Ricardian households and firms that were just poised to launch a spending boom as soon as the fiscal balances started to fall back towards zero signalling to these robust, perfectly foresighted economic agents that they wouldn’t have to pay any further debt rises back?
Note that the nonsense about a fiscal contraction expansion, which has been used to vilify government spending and deficits was introduced by the Monetarists initially in the 1980s.
As an alternative, they introduced the rather bizarre turnaround in logic that said that when there is unemployment the correct strategy for government is to cut its spending, that is, introduce what is now popularly known as ‘fiscal austerity’.
This policy view was based on an arcane theoretical notion that economic textbooks promote called ‘Ricardian Equivalence’.
It sounds scientific, but in simple terms it refers to the assertion that private spending is weak during a recession because households and firms form the view that the government will have to increase taxes in the future to pay back the debts it incurs due to the higher deficits.
As a consequence, the households and firms deliberately stop spending and save up to ensure they can pay the higher taxes. Once the government starts to cut the deficit, the theory claims that a signal is sent to the private sector that future taxes will be lower and so they start spending again. Problem solved.
Remember, Jean-Claude Trichet who is presumably in retirement with a very comfortable pension and plenty of financial security.

Culturas económicas dispares

Como se puede ver en el excelente artículo de Ambrose Evans-Pritchard, en Europa conviven tantas culturas económicas como países. Hay tres países decisivos en la UE: Alemania, Francia y RU. Los tres son, se podría decir, "de su padre y de su madre" desde el punto de vista de sus prioridades económicas. Detrás de esas culturas hay una masa de electores bien diferentes, que están en un amplio tanto que va de los alemanes adoradores del rigor alemán a los españoles que no creen en el trabajo. 
No sólo hay unas diferencias que ellos mismos reconocen, como ha hecho el Primer Ministro francés, Valls (español de origen), en una visita a su colega Cameron"
"Mr Valls plays down any suggestion that he is pursuing an Anglo-Saxon market agenda. "We will not get rid of the 35-hour working week. We are not a Thatcherite government," he said. Yet his aim is to slash the size of the French state from 56pc of GDP to average European levels, a drastic overhaul of the French model."
Es decir, esas diferencias profundas obligan, involuntariamente, a marcar territorio ideológico: "sí, pertenecemos al mismo club, pero ud ni nadie me va a decir qué producto vendo en mi casa y cómo lo vendo."
Lo malo es que economía teórica sólo hay una, pero ningún miembro de ese club la quiere comprar, porque choca frontalmente con las culturas de cada país. Ni siquiera hay una base de entendimiento común entre Francia y Alemania, algo que podríamos llamar "Economía continental". Por su parte, RU a ni es una sociedad que abrace el liberalismo thatcheriano, como se ha visto en Escocia, cuyo independentismo era sobre todo un deseo de alejarse la Londres Tory. También la fuerza creciente en contra de la UE es otro signo de hartazgo de intrusismo, sea este veraz o no.
En el artículo se aprecia vívidamente la desesperación de Francia, que ha dado un giro de 180 % hacia la política de austeridad, pero que se da cuenta que ha sido suicida y reclama a Alemania (como Italia) que levante el pie del acelerador de la austeridad ruinosa.
"The warnings came amid reports the European Commission may strike down France’s draft budget for 2015, refusing to give Paris two extra years until 2017 to meet the 3pc limit. Brussels is also threatening "infringement proceedings", a process that could ultimately lead to fines. This would put the new Juncker Commission on a dangerous collision course with both France and Italy, two of the eurozone’s big three, now closely aligned in a joint push for EMU-wide reflation and New Deal policies."
Porque a todo esto, hay un poder suelto en Bruselas, un poder que amenaza con castigar a los países incumplidores con el déficit (cuidado, Rajoy). Este poder suelto tiene su ideología propia, que es la administración de los Tratados sacrosantos (sólo para ellos) y no atiende a circunstancias particulares a la hora de poner la regla y medir desviaciones y luego darte con ella en los nudillos. Si de alguna parte del imperio sale una propuesta innovadora, Bruselas es la encargada de encajar eso en El Santo Tratado de Lisboa, Summa teológica de todos los Tratados habidos. Le importa mucho menos la efectividad.
Pero bajo este poder Bruseliano sólo caen los países que no llegan a una determinado peso específico. España por ejemplo. Alemania esta "par dessus de la mêlé" en cuanto a Bruselas, y todo lo demás: el BCE es una sucursal del Bundesbank.
Francia e Italia, países fundadores, pueden aspirar a colocar a alguien "de los nuestros", como Draghi en la presidencia del BCE, pero eso Junkers, nuevo presidente de la Comisión, viejo aliado de Merkel, se lo pasa por la entrepierna. España ni siquiera puede evitar que un independentista catalán fuera el jefe de gabinete del Comisario de Economía Olin Rehn... La concesión de puestos en la burocracia no son más que premios de consolación de cara a la opinión pública, totalmente inanes.
Y no tiene efectos similares un política económica sembrada en tan distintos barbechos. No puede tenerlos, pero es que además, la ortodoxia económica europea es en realidad falsa, porque nadie la apadrina. Es un modelo de corte anglosajón utilizado por el BCE, pero al que nadie hace caso, ni Alemania, que es un país cooperativista, en el que los precios macroeconómicos decisivos (interés, salarios, precios) se deciden en comandita por el gobierno, los empresarios y los sindicatos. La geometría de la mesa puede cambiar, pero la esencia es esa.
En suma, salir medio bien de esta urdimbre es difícil, porque no hay la más mínima posibilidad de unión ente dos países grandes, menos de tres.


Por eso creo que de tan gran diversidad de cultura y, por ende, de intereses, pueda salir un gobierno económico que hiciera una política económica para sacarnos del pozo. Para empezar, Alemania no está en el pozo.



El ciclo según Keynes (conjetural)

La Teoría General de Keynes no está centrada en el ciclo económico, aunque le dedica un capítulo que es sumamente revelador sobre sus innovadores ideas.

Para Keynes, debemos romper con la teoría clásica del ciclo, que se basa en los tipos de interés y sus movimientos, y centrarnos en lo que él llama la (esperada) Eficiencia Marginal del Capital (EMC). Debemos tener presente que cuando Keynes habla de la EMC, siempre alude a la expectativa: es la idea que se ha en los empresarios de la rentabilidad de la inversión física. No es una magnitud observable, como lo es el tipo de interés, y no depende de éste. El tipo de interés o coste financiero unitario de la adquisición de capital es un elemento importante, pero el decisivo que determina los puntos de giro de la economía hacia un boom o una caída, es la EMC. Del capítulo 22 de la TG:
"Now, we have been accustomed in explaining the "crisis" to lay stress on the rising tendency of the rate of interest under the influence of the increased demand for money both for trade and speculative purposes. At times this factor may certainly play an aggravating and, occasionally perhaps, an initiating part. But I suggest that a more typical, and often the predominant, explanation of the crisis is, not primarily a rise in the rate of interest, but a sudden collapse in the marginal efficiency of capital."
Dicho de otra manera, el tipo de interés es el quicio de la banlanza en el que se apoyan el ahorro, por un lado, y la inversión por otra. No hay nada relevante entre ellos, salvo unos intermediarios financieros que no obturan, bien al contrario, ayudan a que las expectativas de unos y otros sean correctas. El ahorrador, a través de su banco o directamente, compra activos financieros que representan derechos de cobro de una renta y recuperación del principal, y los inversionistas pagan esa renta (expresada en %) mientras esta no sobrepase la rentabilidad esperada de su inversión. Por lo tanto, en un mercado libre, es de esperar que haya un tipo de interés que satisfaga a ambos lados, y es llamado tipo de interés natural.
Un tipo de interés natural según Wicksell, que todos los economistas pre keynesianos heredaron, es aquel que igual el ahorro y la inversión en su nivel óptimo, en el sentido de que si el banco central intenta forzar una bajada del uno de mercado por debajo del natural, lo que provocará es un exceso de consumo e inversión que sólo se podrá mantener con más inflación (el ciclo de los austriacos tiene otros matices, pero no es pertinente ahora examinarlos. También en ellos un tipo de interés por debajo del natural produce excesos e inflación).

Keynes estable un cortocircuito entre la formación del tipo de interés y la EMC. Y hay ocasiones en que los movimientos de tipos no pueden hacer nada para cambiar la EMC, pues ésta
"We have seen above that the marginal efficiency of capital[1] depends, not only on the existing abundance or scarcity of capital-goods and the current cost of production of capital-goods, but also on current expectations as to the future yield of capital-goods. In the case of durable assets it is, therefore, natural and reasonable that expectations of the future should play a dominant part in determining the scale on which new investment is deemed advisable. But, as we have seen, the basis for such expectations is very precarious. Being based on shifting and unreliable evidence, they are subject to sudden and violent changes."
Esto no quiere decir que el tipo de interés, los cambios en la propensión marginal a consumir y en la preferencia por la liquidez no sean capa de agravar más aún la caída de la EMC. Pero eso es una consecuencia de lo primero: la causa original del ciclo a la baja es la caída brusca de la EMC. Esto lleva a una consecuencia muy importante: una recesión no tiene por qué corregirse por sí misma.
"Moreover, the dismay and uncertainty as to the future which accompanies a collapse in the marginal efficiency of capital naturally precipitates a sharp increase in liquidity-preference — and hence a rise in the rate of interest. Thus the fact that a collapse in the marginal efficiency of capital tends to be associated with a rise in the rate of interest may seriously aggravate the decline in investment. But the essence of the situation is to be found, nevertheless, in the collapse in the marginal efficiency of capital, particularly in the case of those types of capital which have been contributing most to the previous phase of heavy new investment. Liquidity-preference, except those manifestations of it which are associated with increasing trade and speculation, does not increase until after the collapse in the marginal efficiency of capital."
"It is this, indeed, which renders the slump so intractable. Later on, a decline in the rate of interest will be a great aid to recovery and, probably, a necessary condition of it. But, for the moment, the collapse in the marginal efficiency of capital may be so complete that no practicable reduction in the rate of interest will be enough. If a reduction in the rate of interest was capable of proving an effective remedy by itself, it might be possible to achieve a recovery without the elapse of any considerable interval of time and by means more or less directly under the control of the monetary authority. But, in fact, this is not usually the case; and it is not so easy to revive the marginal efficiency of capital, determined, as it is, by the uncontrollable and disobedient psychology of the business world. It is the return of confidence, to speak in ordinary language, which is so insusceptible to control in an economy of individualistic capitalism. This is the aspect of the slump which bankers and business men have been right in emphasising, and which the economists who have put their faith in a "purely monetary" remedy have underestimated.
La volatilidad de la inversión, mucho mayor que la del consumo, parece dar la razón a Keynes sobre la particularidad de las decisiones sobre la primera. Para Keynes los ciclos de inversión (y su determinante: los ciclos de EMC) es lo que determina la intensidad y la duración de los ciclos.
En el gráfico se muestra la variación del PIB comparada con la de la inversión productiva en EEUU.

 
No disponemos de un indicadores diablee que podría representar las expectativas empresariales de la EMC. En el,gráfico, ofrezco una comparación de la variación de la inversión empresarial (privada no residencial) con el PMI de manufacturas, que es un indicador de expectativas, pues se pregunta a la empresas cuales son sus perspectivas de compras en los próximos meses.

 
Se observan dos cosas: una relación en la dirección de los cambios, y una anticipación de unos meses del indicador de expectativas sobre los cambios en la inversión productiva, aunque la prueba dista de ser suficiente (pero seguro que podría refinares matemáticamente), en comparación ofrezco la evidente ausencia de relación entre la inversión no residencial y el tipo de interés más representativo: el del tipo del tesoros a 10 años.

 
Resumiendo: en el camino recorrido de Keynes a hoy, se han ido dejando caer conceptos en mor de la precisión matemática, a su vez exigida en realidad -como dice Krugman- para arrinconar a Keynes, que durante décadas era el Mal Absoluto. Sólo dejaron sacar la cabeza a los Neo keynesianos, que no son más que monetaristas disfrazados.

Ciertamente, lo que se ha perdido en ambigüedad se ha ganado en precisión, pero no sabemos si ha valido la pena.