Pero había un equilibrio en esas combinaciones ingenuas bellas y con algo de picante transgresor.
La decadencia es la confusión. Se van combinando poco a poco lo bello y lo feo, lo bueno y lo malo, en combinaciones binarias tomadas de cuatro en cuatro, y se va perdiendo la seguridad en uno mismo. El envilecimiento es lento, pero afecta a todos los estamentos. Se va infiltrando insidiosamente, guiada por "una mano invisible" que va diluyendo los criterios, cuando más ricos y profundos eran, en una sopa que al final es insípida, porque siempre sabe a lo mismo: los miles de sabores que había flotando por el mundo se pierden. ¿Por que se pierden? Porque los que antes demandaban obras bellas se ha retirado ante la confusión; porque ahora el criterio es funcionarial, viene del recóndito despacho de un museo municipal espeso y mostrenco, de la subsecretaría del ministerio en cuestión, que cuanto peor gusto tenga, más estará en el cargo.
¿Es bello esta nueva adquisición del Reina Sofía?
No lo sé. No hay una guía para perplejos, como la había en la Edad Media de la España morisca. Sólo sé que me alejaría lo más rápidamente posible de esa cosa y esa persona que parece tan satisfecha de sí misma por gustarle lo que ve y haberlo traído.
Porque el arte es ahora eso, satisfacción de haberse conocido y pertenecer al círculo de los que van y vienen, trayendo y llevando mierdas como esa. Perdón, yo lo llamo mierda por caridad, porque una mierda me parece más útil que esa mierda.
Ud va a un museo, pone una burger en un pedestal, y conseguirá que fuera de turistas en shorta se paren a admirarla. Lo sé porque alguien lo ha hecho.
Miles de lazos invisibles entrelazaban sutilmente todo, y arriba había lo bello y lo bueno. Esos lazos tan dinos se van rompiendo por la entropía de Occidente.
Y así vamos decayendo, dando nuestra sensibilidad a la burocracia, que nos dicta qué debemos amar y creer. Es la entropía, el desgaste de la energía de Occidente, la fuga de energía del "Hombre Faustico", que tuvo su apogeo no sé cuando, la verdad, pero que como todo organismo delicado y complejo se va agotando. Es la decadencia anunciada por Ortega y Gasset: el hombre masa se ha apoderado de la fábrica de criterios. El hombre masa orteguiano no es la masa informe, es el hombre sin pasado, el Adán que cree que el mundo en el que vive es así de siempre y que no hay que hacer esfuerzo alguno para conservarlo. El hombre masa es el futuro burócrata que dictará los criterios desde su cobachuela, en un documento que pasará de mano en mano para ser pulido hasta que no se entienda nada, hasta que cuando va la luz nadie lo lea, aunque haya sido traducido a todas las lenguas de la Unión. Desde el español al Filandés, pasando por el Italiano. Son importantes papeles que nacen muertos, como casi todos los papeles satinados que se reparten en saraos y congresos y actos y... La entropía avanza. Es normal en un organismo vivo. Una roca no decae, sólo la desgasta lentamente el viento. No somos una roca. Entropía (esta parte -Wikipedia-no hace falta leerla):
Esta idea de desorden termodinámico fue plasmada mediante una función ideada por Rudolf Clausius a partir de un proceso cíclico reversible. En todo proceso reversible la integral curvilínea de sólo depende de los estados inicial y final, con independencia del camino seguido (δQ es la cantidad de calor absorbida en el proceso en cuestión y T es la temperatura absoluta). Por tanto, ha de existir una función del estado del sistema, S=f(P,V,T), denominada entropía, cuya variación en un proceso reversible entre los estados 1 y 2 es:
- .