Ya tenemos Papa. Como siempre, que yo recuerde, todo el mundo se ha llevado una sorpresa: inesperado. En el fondo es lo que se espera, que sea inesperado. Así se puede atribuir un papel misterioso al Espíritu Santo. (Ese Espíritu Santo que es parte de Dios pero no, pues Dios es uno indivisible pero Trino, luego es Dios también, un dogma indigestible que empezó que cuajar en el concilio de Nicea, aunque el Credo de ese Concilio no era tan "cerrado" como el definitivo.
Creemos en un Dios Padre Todopoderoso, hacedor de todas las cosas visibles e invisibles.Y en un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios; engendrado como el Unigénito del Padre, es decir, de la substancia del Padre, Dios de Dios; luz de luz; Dios verdadero de Dios verdadero; engendrado, no hecho; consubstancial al Padre; mediante el cual todas las cosas fueron hechas, tanto las que están en los cielos como las que están en la tierra; quien para nosotros los humanos y para nuestra salvación descendió y se hizo carne, se hizo humano, y sufrió, y resucitó al tercer día, y vendrá a juzgar a los vivos y los muertos.
Y en el Espíritu Santo.
Como ven, nada de la Trinidad, que vino después, en el Concilio deConstantinopla, que dice:
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
El nuevo Papa es jesuita. Al principio me inquietó. A ver si este le va a dar la vuelta a la lucha exitosa del Papa Wojtyla contra la teología de la liberación... Pero no, parece que no es de esos jesuitas.
Los "entendidos" se han lanzado inmediatamente a ponerle deberes. Las "asignaturas pendientes" de la Iglesia. Para ver una milésima parte de las tonterías que se han dicho, vean
aquí (Papa progresista, amigo de la dictadura, partidario de las Malvinas para Argentina, tolerante con el preservativo, lector de Borges - que no le hace progresista, afortunadamente-... En fin, un fenómeno.
Véanlo, al progre, en una foto de hace años:)
Así, leo: Ecumenismo: fusión ya con las demás religiones "del Libro", Ortodoxos e Islámicos. Estos últimos nunca han sido del libro, nunca. Tergiversaron el libro para que toda la historia quedara coronada en Mahoma, nada más. ¿Y los judíos? Parece que no entran en las prioridades de los que marcan la agenda papal.
También leo: activar el papel de la mujer. Ahí no entro, pero no me suena mal. A lo mejor los curas, al menos los de arriba, dejan de hablar con esa voz meliflua, asexuada y atemporal (que no sé de donde la sacan ¿del Seminario?), tan irritante.
Nada por supuesto sobre la unión con los Evangélicos, o sea se, protestantes, porque la esencia de ellos es el anti papismo. Y no me imagino ni a los protestantes sometiendo se al poder temporal del Papa, ni a sus dogmas, ni al Papa disolviéndola en la nada. Imposible. La unión quiere decir "sométete a mí", y los Luteranos se hicieron los dientes liberándose de la Iglesia. De ahí nació, con el tiempo, la liberación del papado, pero también del poder temporal. La democracia no nació en Grecia, fue una liberación ante todo religiosa.
En todo caso, los periódicos de hoy viene llenos de listas de deberes que estos "entendidos" le quieren poner al nuevo Papa. Todas ellas, las listas, perfectamente imposibles, además de incompatibles entre sí. Denotan un afán de que su iglesia entre en política, un afán apenas oculto de que se meta en asuntos terrenales conflictivos.
Y eso es lo más erróneo de los católicos, que creen que su sistema moral es único y que se puede imponer en lo terrenal a todos. Nada de lo que dijo Cristo, (mi Reino no es de este mundo, dad al César lo que es del César) San Pablo (no nos preocupemos por el que manda) o ídem san Agustín: la cuidad de Dios es nuestro fin, la ciudad de los hombres no debe ser nuestra inquietud.
Observése que ninguno de ellos aconsejaba rebelarse contra la autoridad civil. De hecho, todo lo contrario: sé buen ciudadano, paga tus impuestos, "da al César lo que es del César". Sólo en caso de que el mandatario te obligue a abjurar de tu fe, puedes rebelarte. Es decir, todo lo contrario de la cantidad de injerencias que vinieron desde la iglesia a través de los siglos, hasta que eso provocó el gran cisma de Lutero. Y todo lo contrario de la insidiosa teoría de la liberación, que afortunadamente, ese gran Papa luchador, Juan Pablo II, venció. Imaginen una Iglesia Latinoamericana escindida y comunista. Los que mandaron a Alí Agca a asesinar a Juan Pablo II sabían lo que hacían. (Por cierto, que de ese atentado se sabe todo.)
Ahora la Iglesia no tiene más que un poder, que es la persuasión en sus fieles. Pero los fieles le piden frecuentemente cosas imposibles, y los infieles también.
Para mi la Iglesia, que fue mi casa cuando fui niño -pese a sus afán por el terror moral, el infierno, y esas lindezas en las que se regocijaba- , debería ser una casa de acogida de almas atribuladas. No una dispensadora de pecados y perdones, no una examen de dogmas imposibles, no un escrutinio de almas y conductas, sino todo lo contrario. No una casa regida por gente ceñuda. Una casa donde te sugieren, no te obligan a creer ideas abstractas imposibles de que encajen en un cerebro humano. Debería alejarse al otro extremo de las ideologías, sin que eso empece la protección de los más débiles. La medicina que debería expender es la Esperanza, como decía Charles Peguy, "la hermana pequeña de las tres virtudes", y por ello, la más importante. Yo veo a la Iglesia la casa donde uno vuelve a ser niño.
Como ven, algo imposible también.