"How can I know what I think until I read what I write?" – Henry James
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Ni a los muertos
martes, 22 de noviembre de 2016
Colau y Bitcoines, según Rallo
lunes, 21 de noviembre de 2016
El dinero y la política
Pero, en la zona euro, la lucha por la supervivencia se ha convertido en una batalla entre los políticos y la aritmética. Aunque el resultado futuro no se puede conocer, la historia está de parte de la aritmética. La tragedia de la unión monetaria en Europa no es que pudiera hundirse, sino que, dado el grado de compromiso político entre los líderes de Europa, pudiera continuar, llevando al mayor bloque monetario del mundo al estancamiento económico, lo cual lastraría la recuperación de toda la economía mundial. Esto está en el núcleo del desequilibrio en el mundo hoy día. La ambición francesa de reducir el poder económico de Alemania, y especialmente de su banco central, el Bundesbank, llevándola a una unión monetaria que estuviera controlada por funcionarios franceses ha fracasado. La economía francesa es más débil que la alemana, y la unión monetaria ha aumentado, y no reducido, el dominio político de Alemania. La responsabilidad por las condiciones económicas de otros Estados se achacará a Alemania. La idea de una unión federal pretendía representar el alumbramiento de una nueva Europa, nacida de la experiencia común de la derrota y la ocupación durante la segunda guerra mundial entre todos los miembros originales de la Comunidad Económica Europea. Los intentos de recrear el Sacro Imperio Romano Germánico han atraído con frecuencia a la élite europea, pero zozobraron ante la resistencia de sus pueblos. La relación entre una nación y su dinero refleja la política más que la economía. Y lo mismo rije para las relaciones entre las naciones y sus bancos.
Merkel y Europa
domingo, 20 de noviembre de 2016
Por qué no hay una república
viernes, 18 de noviembre de 2016
Krugman y Trump
El exceso de ahorro, déficit de inversión y el PIB del mundo
jueves, 17 de noviembre de 2016
España, ¿sin problemas ya por el nuevo gobierno?
(Departamento de Análisis Económico Universidad de Castilla – La Mancha)
El TARGET2 ha adquirido cierta relevancia debido a que, desde finales de 2007, los bancos centrales de la periferia europea han ido acumulando deudas con el sistema al tiempo que el Bundesbank ha acumulado un saldo acreedor.
Nuestra conclusión es que, si bien los crecientes saldos deudor y acreedor con el BCE a través del TARGET2 no son problemáticos en sí mismos, sí que son el reflejo de otros problemas que deberían ser corregidos por medio de la acción política.
miércoles, 16 de noviembre de 2016
El signo de los tiempos: trabajo a tiempo parcial y/o temporal
Política monetaria, nivel bursátil y "Trumpreflation
martes, 15 de noviembre de 2016
Ada Colau quiere una moneda
lunes, 14 de noviembre de 2016
La intervención salvadora de Draghi para el euro en 2012
A la gente de toda Europa parece gustarle la idea del euro, pero no les gusta lo que el euro les está haciendo—.
Grecia se convirtió en el primer país europeo en experimentar una depresión de la magnitud de la Gran Depresión de los años treinta en Estados Unidos. Entre 1929 y 1933, la producción total en Estados Unidos cayó un 27 por ciento. En Grecia, entre 2007 y 2015, la producción bajó un poco más que eso, y el gasto doméstico (el consumo y la inversión tanto en el sector privado como en el público) en no menos del 35 por ciento, una situación que nunca hubiera podido concebir cuando era estudiante en los sesenta con nuestro novedoso entendimiento de cómo impedir depresiones. Existían, y siguen existiendo, muchas ineficiencias en la economía griega. Pero, en ausencia de una unión política, las decisiones que los atañen corresponden a los ciudadanos de Grecia. En marzo de 2012, Grecia incumplió con su deuda, o, para ser precisos, la «reestructuró». La reestructuración transfirió gran parte de la deuda de acreedores del sector privado a acreedores del sector público. En 2015, alrededor del 80 por ciento de la deuda soberana griega se debía a instituciones del sector público de otros sitios de la Unión Europea o al Fondo Monetario Internacional. La unión monetaria, lejos de propiciar una mayor integración política, estaba demostrando ser el proyecto más divisorio en la Europa de posguerra."A finales de julio de 2012, la salida del euro de Grecia, y quizá también de otros países, se estaba empezando a aceptar como probable. El BCE, la Comisión Europea y el gobierno alemán tenían planes sobre cómo manejar una salida griega. En general, se daba por sentado que la salida implicaría la imposición de controles de capital en Grecia, y probablemente un período de vacaciones bancarias para permitir al gobierno nacionalizar muchos, si no la mayoría, de los bancos locales. Entonces ocurrió un movimiento que transformó el sentimiento de mercado. El 26 de julio, en una Conferencia de Inversión Global, para marcar el comienzo de los Juegos Olímpicos de Londres, presidí un panel de gobernadores de bancos centrales. Uno de ellos era Mario Draghi. Cuando se levantó para hacer sus observaciones, me di cuenta de que, excepcionalmente, no tenía la intención de leer un texto preparado. El BCE haría, dijo, «lo que haga falta para preservar el euro. Y créanme, será suficiente». Sus palabras resonaron por todo el mundo, pero igual de importante fue la declaración conjunta realizada al día siguiente por la canciller Merkel y el presidente Hollande, indicando su compromiso pleno con el euro y su apoyo a las intenciones de Draghi. Estaba claro que el BCE compraría, o estaba activamente considerando comprar, deuda soberana española e italiana. Los rendimientos de los bonos españoles a diez años cayeron desde el 7,6 por ciento hasta algo menos del 7 por ciento. Las acciones bancarias de la eurozona subieron entre el 5 y el 10 por ciento en el día. Fue el comienzo de un marcado cambio en el sentimiento que iba a resultar en importantes caídas en los rendimientos de los bonos soberanos en los siguientes dos años."A finales de 2014, los rendimientos de los bonos a diez años en Grecia habían bajado desde el 25 por ciento hasta justo por encima del 8 por ciento, y los de España, desde por encima del 6 por ciento hasta por debajo del 2 por ciento. En efecto, a finales de 2014, España era capaz de financiarse a menor coste que el gobierno de Estados Unidos. Obviamente, el compromiso de Draghi había funcionado. Pero también planteó un serio problema. El mandato del BCE no se extiende a las transferencias fiscales. Y era obvio, por los comentarios realizados tanto pública como privadamente, que el Bundesbank se oponía frontalmente a cualquier compra selectiva de deuda soberana, lo cual pensaba que podría ser inconstitucional."Ciertamente, ante esto es difícil reconciliar el programa de compra de deuda soberana con la cláusula de «no rescate» del Tratado Europeo. Así fue unas semanas antes de que el BCE anunciase el programa de operaciones monetarias de compraventa que le permitía comprar bonos estatales de países de la periferia a cambio de peticiones de asistencia para estos países prestada por el nuevo Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE). Desde la puesta en marcha hasta 2015, no se realizó ninguna compra."Globalmente, sin embargo, la promesa de Draghi de «hacer lo que haga falta» devolvió la calma a los mercados financieros y puso fin a una larga serie de fines de semana de crisis. Parecía que Alemania había abandonado la idea de una salida griega del euro. Los inversores de fuera de la zona euro fueron inducidos a comprar activos financieros, particularmente deuda soberana, en los países de la periferia; los rendimientos de los bonos cayeron aún más, y el BCE fue capaz de reducir sus préstamos a los bancos.
Me alegra que haya perdido, señora Clinton
No es de extrañar que la relación de Hillary con el aborto y la multinacional Planned Parenthood haya sido la principal preocupación de los norteamericanos. Recordamos que Clinton se ha erigido como la principal defensora de este negocio en EEUU. En lugar de condenar el hecho de hacer negocio con los tejidos y órganos de niños no nacidos, Clinton declaró que “es lamentable” que Planned Parenthood haya sido objeto de “un ataque concertado durante tantos años”.
La demócrata ha arremetido en numerosas ocasiones contra las asociaciones pro-vida, que según sostiene, han estado durante años planeando un ataque contra el gigante del aborto. Cabe destacar que Planned Parenthood aborta más de 320.000 bebés estadounidenses cada año, una práctica que financia con alrededor de 554 millones de dólares de los contribuyentes.
Quiebra de los bonos, suben los tipos: ¿expectativas alcistas?
Da la impresión que Trump va a ser el descorche de champán. Ha desatado las expectativas de más gasto público, más crecimiento, más inflación. Ergo, mayores tipos de interés por desplazamiento de capitales de nota fija a variable.
El cambio alcista de expectativas, si no cambian las cosas, es impresionante. La subida de rendimientos de los bonos es elocuente.
El subido del S&P también.
Es relativamente fácil apostar a que esta movida - que no se hubiera visto con Clinton - se va a prolongar mientras Trump vaya cumpliendo al menos una parte de sus intenciones de "movilizar keynesianamente"la economía.
Ya se especula que no la subida de la curva de rendimientos, los bancos subirán en bolsa, pues recuperan su fuente principal de beneficios. Asimismo, las citas de seguros. No baladí este aspecto. A poco que se contagie a Europa, nos beneficiará.
Por lo tanto, ahora sí que veo un horizonte alcista para la renta variable. Un horizonte sólido, gracias al evento inesperado llamado Trump.
No creo en el chartismo. Creo que los fundamentals, y aquí hay uno nuevo, sí, sorpresa, del que nadie puede decir: ya lo dije yo.
domingo, 13 de noviembre de 2016
Lo que significa el comunismo (según el papa Francisco, cercano al cristianismo)
No tengo palabras para comentarlo.Lo que más teme la mente colectiva de Rusia es el caos; lo que más anhela, la estabilidad, y lo que más aprensión le causa, el futuro incierto. ¿Y cómo iba a ser de otra manera en una nación que perdió veinte millones de almas con los verdugos de Stalin y otros treinta millones con los de Hitler? ¿ Realmente iba a ser mejor la vida después del comunismo que todo aquello que habían conocido hasta entonces? Ciertamente, cuando adquirían confianza o suficiente audacia, los artistas y los intelectuales hablaban con pasión de las libertades que muy pronto tocaban madera—disfrutarían. Pero entre líneas tenían sus reservas. ¿Cuál sería su situación en la nueva sociedad que se avecinaba? Si habían gozado de privilegios con el Partido, ¿cómo iban a reemplazarlos? Si habían sido escritores aprobados por el Partido, ¿quién iba a aprobarlos en un mercado libre? Y si habían caído en desgracia, ¿les iría mejor en el nuevo sistema? En 1993, volví a Rusia con la esperanza de averiguarlo.
El nacionalismo que viene, el rencor
viernes, 11 de noviembre de 2016
Dinero y nación. Credibilidad nacional e internacional
"La legitimidad democrática se ha construido a lo largo de los años, en parte gracias a una mayor transparencia y responsabilidad, y funciona a nivel nacional. No está nada claro, sin embargo, que cualquier mandato democrático pueda funcionar a un nivel supranacional. El intento de romper el vínculo entre el dinero y las naciones ha estado siempre plagado de dificultades.
La credibilidad monetaria no deviene de unas instituciones, por muy bien que se crean diseñadas (BCE), sino de un conglomerado bien articulado de ellas, en el que casi nadie piensa pero sabe que está ahí, y es difícil que el salto de la nación a la supranacionalidad sepa tener en cuenta todos los problemas que conlleva. Nick Rowe: "cuando se crea una moneda, o se crea una nación o se crea un problema". El euro será un problema mientras Europa no sea una nación."Compartir una moneda significa agrupar soberanía monetaria aceptando un único tipo de interés oficial en toda la unión—. Lo restrictiva y costosa que sea esta limitación depende del grado al que los países elegirían tipos de interés diferentes si fueran libres para hacerlo. Si un país desea subir tipos porque la demanda es fuerte y podría elevar la inflación—y otro quiere bajarlos porque se enfrenta a una demanda débil, que presiona a la baja la inflación—, entonces surgirán las tensiones entre los miembros de la unión monetaria. Esos «impactos asimétricos» a la demanda requieren, dentro de la unión, un mercado de trabajo flexible que comprenda a toda la zona de tal forma que la mano de obra pueda moverse con facilidad desde un país con poca demanda de ella hasta un país donde la demanda sea alta."En cambio, conservar una moneda independiente significa que es posible usar movimientos en el tipo de cambio para coordinar en términos de divisa extranjera los cambios en los salarios y precios domésticos que sean necesarios tras las conmociones en la competitividad, así como para responder a una caída local en la demanda. De esa forma es posible evitar las altas tasas de desempleo que podrían de otro modo ser necesarias para reducir los precios y salarios en moneda doméstica en una economía de mercado descentralizada. La experiencia del período de entreguerras en toda Europa demostró que los tipos de cambio eran más efectivos que los edictos gubernamentales o el empleo masivo para coordinar la necesaria reducción de salarios reales.Las zonas monetarias «óptimas» comprenden países o regiones que experimentan impactos similares y tienen un mercado de trabajo único. También comparten una actitud similar hacia la inflación. Estos aceptan la elección de un objetivo de inflación media de largo plazo, decisiones sobre la contrapartida entre inflación y empleo en el corto plazo, y credibilidad a juicio de los mercados en la consecución de esos objetivos. Lejos de ser únicamente económicos, esos factores son altamente políticos. Así que no deberíamos sorprendernos de que las disposiciones monetarias se determinen tanto por factores políticos como por factores económicos. El dinero y las naciones son ambos instituciones sociales importantes con una larga historia. Como ha escrito la historiadora Linda Colley, los Estados nación son: [...] creaciones sintéticas y sujetas a cambios, y la mayoría han sido el resultado de conflictos violentos en alguna etapa [...]. A fin de persistir y cohesionar, los Estados normalmente requieren instituciones políticas eficientes, un grado de bienestar material, medios eficientes de defensa contra enemigos externos, mecanismos para mantener el orden interno y, muy frecuentemente, alguna clase de sustento ideológico o religioso."Prácticamente lo mismo podría decirse del dinero. Como expresó John Stuart Mill en el siglo XIX, «todavía sigue habiendo tanta barbarie en las transacciones de la mayoría de las naciones civilizadas que casi todos los países independientes eligen afirmar su nacionalidad manteniendo, para su propia inconveniencia y la de sus vecinos, su propia moneda peculiar».Como para ilustrar esta afirmación, el 14 de noviembre de 2014, el grupo extremista militante Estado Islámico anunció que pretendía emitir su propia moneda, compuesta de monedas hechas de metal precioso, para ayudar a crear un nuevo país el califato. No pocas veces, la fuerza fue el factor que ocasionó el dominio de imperios y su posterior destrucción, creando nuevos Estados nación en el proceso."Es importante no ver las naciones o el dinero como fijos. Gran parte de lo que ahora damos por hecho no era evidente en épocas anteriores ni debemos limitarnos a mirar sólo por el cristal de atrás, sino que debemos imaginar también que miramos por el parabrisas para tratar de entender qué determinó la creación de monedas y de las naciones en las que se usaban—. Ha habido una expansión notable del número de países en el mundo durante el período de posguerra. Hoy día, existen 196 países en el mundo (los 193 miembros de la Organización de las Naciones Unidas más Kosovo, Taiwán y el Estado de la Ciudad del Vaticano) y 188 miembros del Fondo Monetario Internacional. Y existen alrededor de 150 monedas en uso en esos países."
Reacciones de mercados a Trump
jueves, 10 de noviembre de 2016
Trump y la futura economía
¿Ha muerto la sociedad abierta?
"La Rebelión de las masas", citada por todos pero que nadie ha leído. Recomendable hacerlo antes de que se vuelva a repetir el ciclo que se desarrolló en los años 20-30 y Ortega supo acuñar como nadie.El daño que Trump pueda hacer a América está por ver. Pero su tremenda victoria introduce un tóxico letal en las democracias. Ya no son un territorio seguro, regido por la autoridad y una red de contrapesos más o menos sutiles. Las sociedades abiertas han cumplido un ciclo. Y del mismo modo que han tenido que rearmarse logística y moralmente contra el terrorismo exógeno y esporádico deben hacerlo ahora frente a la amenaza endógena y sostenida del populismo. La larga paz peligra más por éste que por aquél.
miércoles, 9 de noviembre de 2016
Trump, el Brexit de EEUU
martes, 8 de noviembre de 2016
Demasiado pronto para comprarlo
More plausible, perhaps, is the idea that financial markets had overdone the deflationary fears. Bank of America Merrill Lynch has compiled data on financial assets (equities and government bonds) and real assets (commodities, property and collectibles) going back to 1926. It found that the latter are cheaper, relative to the former, than at any time in this 90-year period. The adoption of quantitative easing (QE) by central banks has had a much greater impact on the price of financial assets than on property.So some of the recent market trends may simply stem from a feeling that real assets have become too cheap (or financial assets too expensive). Perhaps this may turn out to be a significant change in trend, but even then the really tricky bit will be deciding whether there is more money to be made from buying property and gold, or from selling equities.
En definitiva,
In short, there may well have been a short-term turnaround in financial markets because deflationary fears went too far, and bond yields fell too low. But a lot more evidence is needed to declare this a long-term turning-point of the kind seen back in 1982.
Convulsa España
lunes, 7 de noviembre de 2016
Trump, al borde de la Victoria
La atipicidad de Trump puede hacer saltar por los aires el patrón que ha marcado las elecciones americanas desde hace más de 150 años. "Nunca antes hemos visto un candidato tan descarada e impúdicamente mentiroso. Alguien que se ha pasado la vida enriqueciéndose a expensas de los demás, que no ha hecho nunca nada por los demás, que todo lo hace lo hace en su propio beneficio, incluso sus supuestas obras de caridad. Nunca hemos tenido un candidato que haya incitado a la violencia contra su oponente", asegura Lichtman, dejando muy claro que no le importaría nada que por una vez su método fallara.
domingo, 6 de noviembre de 2016
La insurrrecion contra el centro izquierda
The main issue is not whether a Keynesian policy response would be economically correct. The more important point is that if the centre-left does not offer it, the populists will. Unless the centre-left returns to its Keynesian roots, I think there is a good chance that the politics of insurrection will succeed.
El PIB y su relación con los beneficios
¿Qué pasa si gana Trump?
Imposible saber qué puede pasar si el martes da como resultado la victoria de Trump. Trump es un factor de incertidumbre radical a la que no se le pueden asignar probabilidades (Frank Kniht). Incertidumbre por antonomasia; y eso no es unca bueno para los mercados ni la economía. Debemos esperar unos días de confusión como al día siguiente del Brexit, con turbulencias en todos los mercados y una posible caída de dólar. Que después las cosas se serenen como ha pasado con el Brexit, o no, no se puede saber, porque Trump ha hecho una campaña poco clara sobre sus verdaderas intenciones. ¿Empezará a construir el muro para aislar EEUU de México? se aliara con Putin en los conflictos abiertos mundiales? ¿Gobernará la economía como ha prometido, a base de poner todo patas arriba? Entonces los primeros sustos de los mercados pueden ampliarse y prolongarse.
Clinton tiene más votos asegurados que Trump, pero no cuenta con la mayoría, y Trump tiene asegurados suficientes para conquistar los que están en duda y ganar. Las encuestas sobre esos indecisos le dan ligera ventaja. Lo que pasa es que los liberales (léase progres) de EEUU ven tal cosa como una enorme pesadilla, de manera que no quieren reconocer ni la más mínima posibilidad. Pero puede suceder. Y si sucede será una incógnita hasta que se vea claro por qué camino van a discurrir las cosas. Ahora bien, diluir en la normalidad esa imagen de payaso con peluca teñida y maquillaje naranja, de boca soez y disparatada, va a costar mucho tiempo.
Así que abróchense los cinturones. Trump puede liquidar el orden económico actual; puede iniciar una era de proteccionismo que jalearían con regocijo gente como Marie Le Pen y otros muchos llamados populistas, en realidad una combinación de neocomunismo y neofascismo dispuesto a secundarle, con tal de que la consecuencia sea cerrar el comercio internacional y levantar fronteras, acabar con el euro y la UE, y todo lo que huela a internacionalismo. No será intrascendente su victoria, hará que las cosas cambien, pero no se sabe muy bien hacia dónde. Y que los liberales de aquí - sí, los austriacos - recen, porque será un paso decisivo lejos del mundo sin intervención que sueñan.